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«Me recibís como hijo de la ciudad y yo me uno cordialmente a vuestra familia en una relación recíproca», ha destacado este sábado el arzobispo de Valladolid, el cardenal Ricardo Blázquez (Villanueva del Campillo, Ávila, 1942), antes de ratificar su comunión con la capital ... que le acoge desde hace doce años y que acaba de nombrarle Hijo Predilecto. El acto de entrega del pergamino que le acredita como tal, que fue entregado por el alcalde, Óscar Puente, ha tenido lugar al mediodía bajo los muros de la Catedral, templo en el que al arzobispo ha ratificado su deseo de ser enterrado «para sellar de esta manera mi doble pertenencia (a Valladolid), como arzobispo y ciudadano con vosotros».
Ricardo Blázquez ha remarcado que considera a Valladolid «como mi ciudad» y ha apelado, en un tono de despedida a sus ochenta años (hace cinco que presentó su renuncia, aún sin respuesta, al Papa Francisco), a que el ministerio pastoral, y la Iglesia, contribuya con su «servicio a la ciudadanía». Eso además de recordar que «al bien común contribuye también la celebración y predicación de la fe cristiana con la repercusión en la convivencia de los ciudadanos, en la educación y en el cuidado de los necesitados».
«Con la distinción de Hijo Predilecto me he sentido dignificado y me siento vinculado a Valladolid con un lazo permanente», ha reiterado el cardenal antes de incidir en que ha sido «obispo para vosotros y vallisoletano como vosotros». Blázquez ha querido destacar también la «cordial relación» entre el Ayuntamiento y la Diócesis y ha deseado que «estas dos perspectivas (civil y religiosa) convivan amigablemente». Eso además de mostrar su alegría porque su nombramiento manifiesta a su vez «la estima por la presencia de lo religioso en la ciudad y el reconocimiento que ofrece a los ciudadanos como signo de aprecio de la administración por la contribución de la Iglesia al bien común».
«La fe cristiana», ha recordado, «es libre, pero no es irrelevante; a nadie se le puede imponer, pero su beneficio es perceptible cuando se despliega auténticamente en las personas y en la convivencia». Ricardo Blázquez, que fue recibido en la plaza de Portugalete con la banda sonora de La Misión, una de sus «músicas favoritas», ha terminado su discurso reiterando su «gratitud» y ratificando su «vinculación como ciudadano de Valladolid».
Antes, el alcalde, Óscar Puente, ha recordado su trayectoria desde que naciera en el seno de una familia de labradores y pastores de la localidad abulense de Villanueva del Campillo y se ordenara sacerdote a los 25 años antes de dar el salto a Roma para completar su formación en teología. En su trayectoria figuran su paso como obispo auxiliar de Santiago y ya como obispo en Palencia y Bilbao antes de recalar en Valladolid en 2010. Cinco años después sería nombrado cardenal. Entre medias protagonizó distintas etapas como presidente de la Conferencia Episcopal, así como en la docencia en la Universidad Pontificia.
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El regidor ha destacado su figura «conciliadora» y ha considerado que es «un ejemplo de bondad, respeto y tolerancia». Valladolid, ha añadido, «reconoce su trayectoria con cariño, afecto, admiración y respeto», así como su «compromiso» con la ciudad, en la que hoy se ha sumado a un lista de hijos ilustres. «Hoy honramos a un hombre bueno, a un hombre que habla bajito y pausado, pero dice verdad y que ha destacado por su sentido de la responsabilidad y conciencia de la importancia de la Iglesia en Valladolid».
El obispo auxiliar, Luis Argüello, también quiso destacar «la sabiduría y la capacidad de generar paz y encuentro» de Ricardo Blázquez, una persona que «ni altera ni se altera».
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