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He aquí un hombre de Dios, que en breve cerrará una etapa vital intensa y extensa al servicio de la Iglesia. Ricardo Blázquez Pérez (Villanueva del Campillo, Ávila, 1942) recibirá al mediodía de este sábado 7 de mayo el título de hijo predilecto de la ... Ciudad de Valladolid, en la que ha residido los últimos 12 años como arzobispo. Desde la capital de Pisuerga, primero por encargo de Benedicto XVI y después de Francisco, que hace siete años le creó cardenal, ha recorrido medio mundo ejecutando encargos de la Santa Sede. Algunos de ellos, para investigar las denuncias de abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia. En esta su última entrevista con El Norte como titular de la Archidiócesis vallisoletana, vuelve a expresar su repulsa por semejantes comportamientos y manifiesta sentirse muy tranquilo por haber actuado al más mínimo indicio. Muy pronto pondrá rumbo a su Ávila del alma, pero quiere que cuando llegue el momento, sus restos reposen en la catedral de la ciudad que hoy le otorga el mayor honor que reserva para los vallisoletanos de adopción.
–Imposible no notar aire de despedida en la entrevista...
–¡Qué le vamos a hacer!
–Hora de decir adiós.
–Los 80 años cumplidos es la fecha de referencia. Poco antes o poco después se pasa a situación de descanso.
–Recibe el título de hijo predilecto de la ciudad de Valladolid. ¡Muy importante tiene que ser lo que ha hecho como arzobispo!
–¡Pues eso me he preguntado yo!
–¿Y qué se ha contestado?
–Fue una sorpresa. He deseado cumplir el ministerio que se me confió lo mejor que he podido y sabido, con cercanía a las personas, con preparación para cada una de las actividades pastorales, con la mayor dedicación y fidelidad posibles. Se une la sorpresa con la conciencia de no haberlo merecido, pero con la gratitud por la decisión. Me siento honrado y dignificado y para mí significa una vinculación mayor con la ciudad de Valladolid, de afectividad, de sentimiento, que toca fibras profundas del alma.
–La izquierda a la izquierda del PSOE no apoyó darle el título.
–En esas cuestiones no he entrado. Gracias a Dios, aquí y en otros lugares la relación con la autoridad constituida ha sido siempre de recíproca colaboración. He sido consciente de lo que puedo y debo pedir a la autoridad y de lo que sería propasarme si intentara otro tipo de otorgamiento. Que unos partidos u otros se sientan inclinados a tomar una postura u otra depende de ellos. Haré un pequeño obsequio a todos los concejales y no haré distinción.
–¿Con qué horizonte trabaja para dejar al Arzobispado?
–Todavía no he recibido ningún tipo de comunicación.
–¿Todavía? ¿No ha hablado con el Papa ni con nadie de Roma?
–No. Suele hacerse público simultáneamente en Roma y en la diócesis concernida. En cuanto me llegue, informaré de ello y después de la comunicación hay siempre un tiempo hasta que el designado pueda tomar posesión.
RICARDO BLÁZQUEZ
Cardenal arzobispo de Valladolid
–Si usted no sabe nada de lo suyo, preguntarle por qué sabe de quien le sustituya...
–Es que tampoco lo sé.
–¿No sabe o no puede decirlo?
–Es que yo no participo en la Congregación de los Obispos, que es donde estas cosas se tratan.
–¿Le gustaría que su obispo auxiliar, Luis Argüello, ocupe su despacho tras su marcha?
–Lo que puedo decir es que es un candidato excelente. No puedo decir más. No tengo la capacidad de pensar que pueda ser este o el otro.
–¿Cree que se va como pastor con suficiente olor a oveja, como pide Francisco a sus sacerdotes y obispos? Se ha recorrido usted varias veces todos los rincones de la Archidiócesis...
–El juicio sobre la persona, su recorrido y su comportamiento lo hacen otros. Lo que puedo decir es que he procurado cumplir con la misión que se me había encomendado, pero cómo la han percibido los que en el trato más o menos frecuente han tenido conmigo han de decirlo ellos. Me he sentido bien acogido en Valladolid, me siento contento en Valladolid, dejo Valladolid con esta vinculación nueva de hijo predilecto y, si Dios quiere, deseo ser enterrado en la catedral de Valladolid. Me siento igual de ciudadano de Valladolid que los demás ciudadanos de aquí.
–¿Su carpeta del debe tendrá anotaciones?
–Voy a regalar a los concejales un librito cuyo epílogo se titula 'Gracias'. Ese es el sentimiento que para mí predomina al terminar el ministerio. Gracias a Dios por el ministerio que me ha confiado y gracias también a Valladolid por la acogida y los 12 años. Me voy gratificado. Evidentemente, hay cosas que podía haber hecho de otra manera, pero el sentimiento de gracias es el que predomina.
–Su marcha coincide con la decisión de los obispos de abrir los archivos de las diócesis al bufete de abogados al que han encargado investigar los abusos a menores. ¿Tendrá ese bufete plena capacidad de investigar también en el de Valladolid?
–Los obispos hemos dicho mil veces que estamos dispuestos a colaborar con la autoridad constituida y también, evidentemente, con esta auditoría. Por lo que se refiere a los archivos, hay un acuerdo de que no se abren como tales, pero sí que pueden pedir información sobre tal persona; entonces, se facilita.
–Cabe pensar que en la investigación de la pederastia el Papa va por delante de sus obispos: hasta ha encargado un informe anual sobre cómo avanza y las iniciativas para frenar los abusos.
–Nosotros hemos actuado siempre de acuerdo con el Papa, de modo que querer enfrentar al Papa y su actitud en relación con este campo y a la Conferencia Episcopal no tiene fundamento. Estamos en comunión profunda con lo que el Papa ha ido haciendo y las medidas que hemos tomado siempre se han consultado y contrastado con la Santa Sede y hemos recibido su aprobación.
–Francisco reclama permanentemente a las diócesis transparencia sobre los abusos a menores. De 0 a 10, ¿cómo deja usted la Diócesis de Valladolid en esta materia?
–Puedo decir, y algunos son testigos de primera mano: siempre en el momento en el que he tenido el mínimo indicio, con la mínima información he actuado. Siempre. En este sentido, tengo la conciencia completamente tranquila y también la responsabilidad social perfectamente adecuada.
–Que los obispos colaborasen activamente en la investigación del Defensor del Pueblo sobre la pederastia, ¿no rebajaría el permanente señalamiento al que hoy se ven sometidos sacerdotes, religiosos y religiosas?
–Hago un poco de historia. La reacción de gobernantes más consistente y fundada que he escuchado ha sido a Merkel....
–La excanciller alemana...
–Hubo en Alemania abusos que en dos colegios. Merkel ordenó una investigación a fondo y que se le informara. La información que le dieron fue muy concreta, con muchos datos y desde un punto de vista social incluyó cómo estadísticamente se distribuían los abusos a menores. También de personas especialmente vulnerables. La distribución porcentual de los abusos tenía diversos ámbitos: la familia, la educación, el mundo deportivo, la Iglesia Católica, la Iglesia Protestante y otras instituciones.
–¿Y qué concluyó la excanciller?
–Merkel dijo que ese era un problema no solo de la Iglesia Católica y de la Iglesia Evangélica, sino de la sociedad. Y en este sentido, lo digo con total respeto pero con claridad: nosotros nos sentimos como Iglesia discriminados cuando solo se quiere investigar a la Iglesia.
RICARDO BLÁZQUEZ
Cardenal arzobispo de Valladolid
–¿Habría que ampliar las investigaciones a otros campos?
–Nosotros no queremos privilegios, pero tampoco discriminaciones. Y desde aquí interpretamos también esa invitación para que formemos parte de esa comisión presidida por el Defensor del Pueblo. Estructuralmente nosotros no formamos parte de esa comisión, por otra parte conectada con el Parlamento. Vamos a prestar toda la colaboración, como hemos dicho siempre, y como se viene haciendo, ¿eh? Como aquí en Valladolid se viene haciendo la colaboración con las autoridades constituidas.
–Entrando en otro tema...
–Me alegra que lo haga, porque me acuerdo que en la visita 'ad limina' que tuvimos alguien nos dijo: «Miren ustedes, en la Iglesia hay más problemas que este y muchas más tareas que esta». Esta también existe, pero no es la única, ¿eh?, ni es la predominante. Ni tampoco podemos focalizar nuestra atención en esta cuestión. Hay que afrontarla con lealtad y verdad.
–Pasa usted a la reserva activa en pleno proceso sinodal de la Iglesia. Este proceso da voz a los feligreses. ¿Notan que participan, que les interesa el asunto?
–Ha coincidido esta fase diocesana en buena media con la pandemia y esto ha limitado mucho la participación. Es verdad que la pandemia ha remitido, pero no nos ha dejado del todo y hay muchas personas con prevenciones, retraimientos, un 'sí, pero...', 'ten cuidado'... Eso sí, en muchas parroquias está habiendo mucha participación.
–Muchas parroquias rurales se están despoblando. Hay ermitas e iglesias que solo abren una vez al año. ¿No teme la Iglesia que le estalle pronto un grave problema con el patrimonio que albergan esos edificios?
–Acabamos de firmar el convenio entre la Diputación de Valladolid y el Arzobispado para la restauración de muchos templos que no son BIC (bien de interés cultural), en el que colaboran ayuntamientos y parroquias. En la mayor parte de los pueblos el edificio fundamental es el templo y todos los hijos de cada pueblo, estén en él o no, lo consideran como algo precioso que han recibido de sus antepasados. Y quieren mantenerlo, restaurarlo, vivirlo y mantenerlo para las generaciones siguientes. Tengo confianza en que con el interés que todos tenemos, la autoridad civil, la autoridad eclesiástica y los propios vecinos del pueblo, lo podamos mantener. Hasta ahora se ha mantenido bastante bien.
–Que la Iglesia desarrolla una labor social del máximo nivel es un hecho constatable, por ejemplo vía Cáritas. Pero, ¿por qué la propia Iglesia no 'vende' mejor de puertas afuera esa tarea?
–Por muchos factores. Qué duda cabe que también está la limitación de los medios de comunicación de la Iglesia, pero hay otro factor: a veces no se oye lo que no se quiere oír.
–Explíquese.
–Se dice pero no se oye. O no se toma nota. Me refiero también a que los medios de comunicación social en ese sentido son fundamentales. Y, también, si quiere, otro factor es que nosotros no vivimos de imagen, no vivimos presentando solo fachada. Aquello del Evangelio de que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu mano derecha... Hay servicios que pasan con mucha mayor discreción y conviene que así sea porque sería poner en la plaza pública imágenes de personas y familias que no quieren y hay que respetarlas.
–Pero, insisto, gracias a la Iglesia en muchos hogares hoy hay un sostén alimenticio.
–Eso es verdad. Mire, un dato que vivimos en Valladolid: en el momento más álgido de la pandemia, cuando estábamos confinados, se nos pidió y pudimos hacerlo, en el Seminario estuvieron viviendo unas veinte personas que estaban sin techo, en la calle. ¿Hemos hecho propaganda de ello? No. Lo digo ahora porque me pregunta. Y lo que podamos hacer lo queremos hacer. Ahora estamos en la etapa de la Declaración de la Renta y decimos a la gente que necesitamos su colaboración para seguir haciendo lo que hacemos. Y además informamos de cuánto se ha recibido y a qué causas se ha dedicado.
RICARDO BLÁZQUEZ
Cardenal Arzobispo de Valladolid
–Francisco le creó cardenal, pero usted con 80 años ya no podrá participar en un cónclave para elegir a un futuro Papa. ¿Desde el punto de vista humano es una espina que le queda clavada?
–No, no. ¡Yo pido al Señor que conserve al Papa muchos años! Que lo conserve, lo consuele, lo fortalezca y le dé salud. En el último encuentro con él le pregunté por su rodilla y me dijo que empezar a caminar le cuesta mucho, que le duele mucho.
–Con 55 años de sacerdocio, con 34 de obispo (12 en Valladolid como arzobispo) y 7 de cardenal, ¿tiene ya claro qué quiere ser de mayor?
–Hay tres expresiones para designar la etapa que empiezo: pasar a la condición de emérito, pasar a la condición de jubilación, y pasar a la condición de retiro. Así que yo, arzobispo emérito de Valladolid.
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