Puente posa junto al carril bici de Isabel la Católica sobre las 14:30 horas del pasado lunes. Alberto Mingueza
Entrevista con Óscar Puente, alcalde de Valladolid

«Me he convertido en una figura bastante apartidista, me apoya gente con otras ideas»

«Para que Ámsterdam fuera Ámsterdam hicieron cosas como las que estamos haciendo aquí», subraya el regidor

J. Asua

Valladolid

Sábado, 29 de mayo 2021, 07:38

Ya advierte de que no se va a salir del carril. Al menos del ciclista, porque el vuelco en el modelo de movilidad, dice, no tiene marcha atrás. Óscar Puente (Valladolid, 1968) llega al ecuador del mandato convencido del respaldo ciudadano, pese al tráfico, y ... desvela estar acomodándose en el «apartidismo» para seguir pescando entre un electorado más amplio y con Ciudadanos en declive. «Gente de otras ideologías me respeta», subrayaba en la entrevista el pasado lunes. Con ustedes, el alcalde.

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–Cumple dos años de mandato y seis como alcalde, ¿mantiene esa optimista previsión de lograr mayoría absoluta en 2023?

–Sí. Es el curso de los acontecimientos: crecer, ganar espacio político, gobernar más claramente para todos y representar cada vez mejor a los ciudadanos. Eso tiene una consecuencia: la mayoría crece y eso espero que pase.

–Malos presagios para el PSOE. Las encuestas auguran el fin de Pedro Sánchez. ¿La hecatombe que se anuncia le arrastrará?

–Es mucho augurar. Estamos al inicio de la recuperación económica, llegando al final de proceso de vacunación, antes de empezar la gestión de los fondos europeos... No es un momento para encuestas. Tengo muy claro que el PSOE llegará fuerte a 2023.

–Los problemas en el tráfico, que el PP han cogido como principal ariete de oposición, igual atascan su carrera en la próxima cita con las urnas. Muchos están muy cabreados.

–Me gustaría poder medir eso. Cuánta es esa gente. Se hace mucho caso a unos pocos que hacen ruido y se olvida uno de los muchos que no lo hacen y que están conformes con los cambios. Los que estamos haciendo en materia de movilidad son los que van en la dirección de los tiempos y estoy convencido de que el ciudadano lo entiende y lo entenderá cada vez mejor.

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–El otro día, de Batallas a Parquesol pasando López Gómez, donde teníamos que hacer un recado, nos comimos un lío considerable a las 14:30 horas.

–Es verdad que hay alguna zona, en concreto las calles López Gómez y Miguel Íscar, que tienen algún problema, pero estamos en vías de solucionarlo con un cambio en la regulación semafórica para que vaya más fluido el tráfico. Son episodios circunscritos a una hora muy concreta. El 90% del día se circula con muchísima fluidez.

–¿Y si prospera el recurso de los populares ante los tribunales como ha pasado con 'Madrid Central'?

–Hay que esperar el resultado. La comparativa con Madrid no es muy buena para el PP. Se han cargado 'Madrid central' en los tribunales y ahora el alcalde Almeida quiere que siga funcionando. Es una cosa un poco de locos. En eso se parecen al PP de otras ciudades. Proponen cosas en la oposición que luego si llegaran al gobierno, las mantendrían. Nadie quiere revertir cambios que suponen una ciudad más sana, sostenible, segura, con un tráfico más pacificado, con más espacio para el peatón... Es el signo de los tiempos. Lo otro es volver al siglo XX.

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–Primero los carriles bici y luego los ciclistas. Ahora tampoco se ven bicis en exceso.

–Sin carriles, no hay bicis. Los ciudadanos no van a lanzarse a la calle a coger la bici si tienen que compartir la plataforma del vehículo privado. La infraestructura tiene que ir por delante y luego habrá una dinámica que se irá desarrollando. Cuando pusimos el aforador el 30 de agosto en Isabel la Católica pasaban trescientas bicis al día. Hoy hay picos de mil. El Paseo de Zorrilla marcará la diferencia. Cuando se pueda recorrer de cabo a rabo por un canal seguro serán muchos más los que se echarán a la calle con la bici. Creemos que tenemos la oportunidad por mil razones: orografía, climatología, distancias... En Vitoria ya se están alcanzando niveles de utilización centroeuropeos. Ya sé que Valladolid no es Ámsterdam, pero como dice el cónsul de Holanda en San Francisco tampoco Ámsterdam era Ámsterdam antes de serlo. Hubo que hacer muchas cosas como las que estamos haciendo ahora nosotros. El tiempo nos dará la razón. No tengo la más mínima duda.

–¿Recuperará entonces esa bicicleta con la que hizo campaña en 2015 y de la que nunca más se supo?

–Muchos días tengo la tentación de volver a cogerla, pero tengo una agenda incómoda. Hay días que tengo que ir a tres sitios distintos. Lo importante no es si uso o no la bici. No gobierno para mí, hago cosas de las que no soy beneficiario. Los carriles bici que ejecutamos llevan en el PGOU treinta años. No nos hemos inventado ni uno solo. Lo que ha habido es valentía para plasmar en la realidad lo que el papel llevaba años diciendo.

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–Salvando todas las distancias, se puede decir que es usted la Ayuso de Castilla y León con su defensa a ultranza de la hostelería en estos tiempos pandémicos. ¿Al sector se lo tiene ganado?

–Preguntad en la calle. El otro día vino un amigo de Madrid y estuvimos en algunos locales. Todos los propietarios me dieron las gracias. Les hemos dado ayudas, hemos flexibilizado la instalación de las terrazas, que también nos ocasiona problemas con ciudadanos que no lo ven tan claro. El sector de la hostelería, del comercio y de la empresa tiene en el Ayuntamiento un aliado y eso tendrá un reconocimiento. Para eso trabajamos. Para que la gente viva mejor y nos apoye.

–Ahora su amigo Igea está menos estricto, pero no se ha olvidado de enviarle la multa por la Cabalgata.

–Están trabajando los servicios jurídicos. Trataremos de pelearlo. Más que por los 5.000 euros por sentido común. No tiene lógica multar una actuación que no ha conllevado ningún tipo de riesgo para la salud. Forma parte de una obsesión que le va a costar cara al protagonista.

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«Yo a los zombis los veo en Netflix; no ha aprendido gran cosa y mira que se ha dado galletas»

Ceciclio vadillo

–Su relación es tensa.

–De verdad, no tengo nada en contra de él. No le he tratado. Es un hombre que ha ido mucho al choque. Parece que ahora ha entendido que no le va bien. Políticamente ofreció una serie de cosas a los ciudadanos con las que no ha cumplido. Dijo que no le daría cuatro años de prórroga al PP y se los ha dado. La realidad es que su punto de partida es un incumplimiento flagrante.

«La sensación es que el que estaba prohibiendo al mismo tiempo estaba disfrutando»

Junta y covid

–Él y Verónica Casado han sido los responsables de gestionar esta crisis sanitaria con la que usted ha sido muy crítico.

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–Parto de la base de que les ha tocado lidiar con un toro muy difícil. Pero han transmitido una constante sensación de incertidumbre, vaivenes y decisiones difícilmente comprensibles. No han sabido gestionarla con un poco más de templanza, sentido común y empatía. Hemos llegado a tener la sensación de que el que estaba prohibiendo al mismo tiempo estaba disfrutando.

–Ya tiene suelo para la Ciudad de la Justicia, ahora falta el dinero para levantarla. Los ministros vienen, pero no concretan.

La Ciudad de la Justicia la verán los vallisoletanos y el parque agroalimentario, también. No son proyectos para mañana. Son a medio y largo plazo. Tengo el convencimiento de que el proyecto del campus estará el año que viene y de que las obras podrán empezar en 2023. A partir de que nosotros demos el suelo al ministerio ya es una cosa gubernamental. Habremos cumplido. En el parque agroalimentario, hemos elaborado un protocolo para involucrar a todas las administraciones. La construcción de la estación de mercancías va a suponer el pistoletazo de salida. Será el embrión sobre el cual se configurará. Va a haber mucho apoyo institucional no solo del Gobierno de España. La Junta se va a involucrar, el sector privado está muy animado a través de Vitartis, tenemos socios con mucho conocimiento como Mercasa, Centrolid... Se dan todos los ingredientes para que sea una realidad y vamos a ver avances importantes.

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«El 90% del día se circula con muchísima fluidez»

tráfico

Alberto Mingueza

«Han sido cuatro años en prisión, suficiente para que los secesionistas hayan aprendido la lección»

–¿Está de acuerdo con el indulto a los presos del 'procés'?

–Es una medida conveniente, necesaria y acertada. Un gobernante debe mirar hacia al futuro. Y en materia de convivencia entre españoles debe velar por la cohesión de nuestra patria. Si queremos reconstruir esa cohesión, es fundamental la altura de miras. La medida va en esa dirección.

–¿El siguiente paso puede ser cambiar la ley para no penalizar el secesionismo? Altura de miras es respetar el Estado de Derecho.

–¿El estado de derecho no se respeta cuando se firma un indulto? Se firman en multitud de ocasiones sin que nadie diga que eso hace resentirse al Estado de Derecho. En cuanto al cambio legistativo, no creo que ese sea el camino. Han sido cuatro años en prisión, tiempo suficiente para que los secesionistas hayan aprendido la lección y no repitan iniciativas que no llevan a ninguna parte. Creo que el indulto es una medida puntual necesaria. El cambio legal no creo que lo sea.

–El PP resucita el soterramiento, igual que su eterno rival en el PSOE local, Cecilio Vadillo.

–Respecto del PP y Vox, que nunca se han apeado del proyecto, hay que estar muy ayuno de propuestas para olvidarse de lo que ha supuesto para ellos. Han sido veinte años de cuentos y no han aprendido nada de nada. Si eso es lo que tienen para Valladolid, están muy mal. Respecto a lo de Vadillo, si se me permite el chascarrillo, a los zombis los veo en Netflix, en 'Walking dead'. Vive de sus reminiscencias del pasado, de las que tampoco ha aprendido gran cosa y mira que se ha dado galletas.

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–¿Será Pilar del Olmo su rival por el PP dentro de dos años?

–Ni lo sé, ni me preocupa. Si un alcalde hace las cosas bien, no se tiene que preocupar del candidato de la oposición. Si es Pilar del Olmo, estupendo. Si no, pues otro será.

–Por ahí ronda también Mercedes Cantalapiedra.

–Me produce la misma preocupación que Del Olmo. Ninguna.

–¿No se podría recuperar ese sueño de enterrar el tren como están haciendo otras ciudades?

–Es un debate sobado... ¿En otras ciudades, en cuáles? ¿En Murcia, que se ha hecho un soterramiento a base de muro pantalla, sin ningún tipo de dificultad orográfica por 200 millones de euros? Ese es el ejemplo. No hay más. Las demás están en la fase en la que estábamos nosotros en 2003, haciendo estudios informativos, etc. Llegamos al Ayuntamiento con 400 millones de deuda y no se había soterrado el ferrocarril. Lo que no podemos es seguir como estamos: con una ciudad mal comunicada, mal permeabilizada y con un tren que pasa en unas condiciones estéticas y funcionales muy malas.

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–Pues el PP quiere paralizar el futuro paso de Delicias.

Ese es el proyecto en el que están: que no hagamos. Ya lo intentaron con el agua. Lo que no quieren es que el ciudadano vea otra realidad. El paso de Labradores y Panaderos va a marcar un antes y un después. En su día, en los años 50, ese paso fue la obra más importante que se había hecho y ahora vamos a hacer otra que va a cambiar completamente la dinámica de la relación que tiene el barrio de Delicias con el resto de la ciudad.

–A Ciudadanos lo tiene bien amarrado con el pacto de presupuestos. ¿Cómo ve el futuro de esta la formación?

–Sus dinámicas locales se han alimentado de la nacional. No tenían implantación, ni referentes. Han tenido que pescar fuera. Recuerdo que anunciaron la posible candidatura de la presidenta de la CEOE en Valladolid y no cuajó. Al final recurrieron a Martín, que venía de la universidad. Si les va bien a nivel nacional, aguantarán y si no, desaparecerán. En Castilla y León les veo peor. Creo que hay una mala valoración de su papel en el Gobierno. Ya no solo es una cuestión de mayor o menor utilidad, sino que aquí se les ha visualizado como la parte más antipática.

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«A Tudanca le viene bien pisar calle; estar con los que gestionan a satisfacción de los ciudadanos»

J. A.

–¿Está Tudanca en horas bajas tras el fiasco de la moción de censura?

–Al revés. La moción de censura es un punto de inflexión, un momento de mucha intensidad política. Luis está en buena forma. A mí me gusta más la oposición que está haciendo ahora que la que hacía al principio de la legislatura. Quizá porque estaba descolocado con lo que se encontró. Tenía visos de lograr un acuerdo con Ciudadanos y eso se fue al traste. Creo que le afectó, como a mí la galleta que me pegué en 2011 tras cuatro años de una oposición que creo fue buena.

–No había apoyos garantizados.

–A toro pasado no se tenían los apoyos, pero cuando se presentó a todo el mundo le tembló el cuerpo. Y en Ciudadanos hubo una sacudida muy fuerte. Tienen un procurador menos y la Junta ha perdido la mayoría absoluta. En Cs algunos estaban deseando apoyarla. No sé si tienen cierto síndrome de Estocolmo con el PP, pero así se comportaron. Estaba bien planteada.

–El otro día se lo llevó de ruta. Algunos creen que el auténtico referente del partido es Puente y que a Tudanca le hace falta que se visualice su respaldo.

–Es bueno que la relación entre el secretario general del PSOE y el alcalde de Valladolid, que es la figura institucional más importante que tiene el partido en la comunidad, sea buena y lo parezca. Ha habido veces que aún siendo buena se ha pensado que no lo era y eso no le conviene ni a él, ni a mí, ni al partido. Le viene bien pisar calle. Que se le vea en conexión con los problemas y las soluciones que se están dando en los territorios. Tenemos un montón de alcaldes, no solo Puente. Segovia, León, Burgos... Hay muchos espejos en los que mirarse. Gente que gestiona a satisfacción de los ciudadanos.

–León de la Riva solía decir que él era la pieza a batir. Ahora es usted. ¿Eso significa que está asentado en el cargo?

–La oposición piensa que el problema no son las siglas, sino la persona. Se ha entrado en una fase de sacudirme en todas las direcciones y de socavar la credibilidad y la imagen de quien se considera que es un peligro para sus opciones. Estoy tranquilo y me siento querido. Voy por la calle y la gente me transmite muchísimo apoyo. Creo que me he convertido en una figura bastante transversal y bastante apartidista. Hay una parte importante de gente de otras ideologías que me respeta. Me lo he ganado. Antes estaba en boca de todo el mundo que me promocionaba para irme con Pedro Sánchez de ministro y ahora todos saben que pudiendo haberlo sido no he querido. Me lo dicen: 'eres la pieza a batir, asúmelo'.

–Hace unas semanas la CEOE agradecía la labor del Ayuntamiento al contratar con empresas locales y ayudar a los autónomos. ¡La patronal!

–El diálogo que tenemos con los empresarios es muy bueno. Se les escucha, ha habido ayudas directas. Entre pitos y flautas hemos puesto 20 millones en ayudas y exenciones. Y eso escuece en la Junta, porque la comparación es tremenda. Lo lógico es que respondan.

«Con Alberto Bustos me entiendo con la mirada, dependerá de lo que decidan»

repesca en toma la palabra

«El proyecto de Ronaldo sale un poco tocado, pero él puede aportar cosas»

real valladolid

–Se le ve menos impulsivo.

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–He rebajado el tono porque he visto que tampoco consigo gran cosa, no cambio el mundo con los tuits, aunque en alguno me salga el ramalazo. En esa línea de intentar representar a todos creo que hay que adoptar ese perfil. Me encuentro más tranquilo. A lo mejor es una cuestión de madurez. No me apetece el lío, quiero hablar con todos, aunque mantenga mi carácter.

–Le llegan críticas sobre la limpieza y el mantenimiento de zonas verdes. «Abandonada», dice el PP, que está Valladolid.

–El servicio de limpieza funciona francamente bien. Los aficionados del Atlético dejaron la Plaza Mayor como un estercolero y a las dos horas estaba como la patena. Hay pocos servicios en España tan eficientes. Con una relación coste-calidad inigualable. Gastamos 36 euros por habitante y año. Es la tercera parte que en Salamanca, que está un puesto por encima de nosotros en el ránking de las ciudades más limpias de España.

–Y los reventones que no cesan.

–Escogen unas banderas un poco raras. También han estado con los toldos de la calle Santamaría. Como no salen de ahí. Ese es su entorno, al Mozart a tomar café. Creen que el mundo es eso. Pero ahora están callados, porque parece que los toldos gustan. Se están cubriendo de vegetación. En el caso del agua, es difícil de entender. ¿Creen que el ciudadano piensa que mandamos un topo a reventar las tuberías? Han estado abandonadas. Y el responsable es quien tuvo privatizado el servicio veinte años y no invirtió un céntimo. Ahora estamos renovando con 13 millones al año.

–El PP nos tiene en un 'ay' con su polémica por el yate. Dicen que le llevan a los tribunales, pero no se sabe cuándo ni cómo.

No creo que lo hagan. Si lo hacen, lo harán a través de alguien interpuesto, porque no quieren asumir las consecuencias de lo que es seguro que será un fracaso rotundo. No hay recorrido judicial y lo saben.

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–Un socialista con amigos con yate. Desde luego...

–En la sociedad hay clichés que son difíciles de erradicar, tanto en la derecha como en la izquierda, donde hay gente a la que no le gusta verte en un yate. El yate es un símbolo, quizá, de la ostentación. Es verdad que tengo varios amigos que tienen barcos y a veces voy en alguno de ellos o voy a casa de un amigo o ellos vienen la mía. No soy un hombre rico, pero no todos los amigos se interesan por esas cosas, se interesan por tu mundo, por tu experiencia vital. Quien crea que el dinero se arrima a un político o un político tiene amigos ricos porque quieren que contrates con ellos, que es lo que han querido decir, se equivocan.

–¿Le inquieta?

–No, pero me sabe mal. Es abrir una puerta a tener que dar explicaciones sobre la vida de uno cuando uno sabe absolutamente que no hay ninguna relación entre el ámbito público y las decisiones que se toman aquí con esas relaciones de carácter personal. En este caso las ha habido precisamente para beneficio del Ayuntamiento. Nos olvidamos de que en el mes de abril del año pasado no éramos capaces de comprar un volumen de mascarillas mínimo para nuestra Policía. Y gracias a la amistad que tenemos me suministra un material que tenía vendido. Que eso se enlace con una relación personal que existía antes y que sigue existiendo me parece querer buscar de manera desesperada una forma de derribarme.

–En principio, los tres ediles de Toma la Palabra no podrán repetir en la lista. ¿No supone desaprovechar experiencia?

–Es meterme en casa del vecino. Yo con mis socios estoy muy a gusto. Son muy buenos concejales. Renunciar a eso por una norma interna que, de alguna manera, supone hacerse el 'harakiri' y no tener unas cabezas visibles que puedan reemplazar a gente con tanto conocimiento ciudadano, se me antoja complicado. Cuando eran Izquierda Unida y cambiaron pensé que era un error porque eran una siglas valoradas. Pero les salió bien. A lo mejor la ciudadanía valora esa medida de renovación y sigue apoyando el proyecto. Renunciar a referentes en política suele ser problemático.

–¿Repescaría a alguno para su lista, como hizo con Chávez?

–Es algo que tendríamos que ver. Me gustan los tres. Manolo Saravia no sé qué querrá hacer, María Sánchez está muy significada políticamente... No es fácil.

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–Le queda Alberto Bustos.

–No oculto que a Alberto tanto política como personalmente le siento muy cercano y con él me entiendo con la mirada. Le considero mi amigo. A los otros dos también, eh. Pero eso no va a depender de mí, sino de las decisiones que tomen ellos.

–El Pucela en Segunda. Además de tristeza, un palo para la economía y la imagen local.

–Me preocupa. Era un proyecto muy ilusionante. Teníamos prácticamente cerrado el proyecto de reforma del estadio, con la ciudad deportiva en la zona del actual 'parking'... Y eso se puede ver afectado por el descenso. Y anímicamente. A una ciudad un equipo en Primera, con el que había conectado muchísimo, aporta intangibles que no se pueden medir solo en dinero. El proyecto de Ronaldo sale un poco tocado, pero creo que él puede aportar cosas. Hay que intentar que el año que viene se recupere ese impulso.

–Una curiosidad: ¿Iván Redondo, el asesor de Sánchez, es tan malo y perverso como lo pintan?

–He tenido una relación muy superficial con él. Hay mucha leyenda. No sé si autofabricada o impulsada por terceros, pero creo que hay más ruido que nueces. Yo no soy muy de asesores. No me gusta la gente que se moja el dedo a ver por dónde sopla el aire para decir ahora hay que hacer esto. Eso, de alguna manera, pervierte la política. La política es la toma de decisiones responsables en beneficio de la comunidad e incluso en ocasiones en las que la sociedad, en una primera instancia, no esté preparada para entenderlas. Hay que explicar y convencer. Igual un asesor habría sacado el dedo y habría aconsejado seguir con el cuento del soterramiento, porque es electoralmente más rentable. Pero no es la política que quiero hacer.

–¿Se le cae la baba con su hija en 'La Voz Kids', eh?

–Estoy muy contento. Sobre todo por la reacción de la gente, que ha sido espectacular. Ella tenía miedo. Al final las hijas de un alcalde tienen que pasar por situaciones complicadas. Es muy buena y ha impuesto su ley. No es la hija del alcalde, sino una niña con mucho talento.

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–Como todos los alcaldes ha tenido que hacer usted su obra de relumbrón: los ascensores de Parquesol.

–Es una propuesta del programa electoral. Tendrá un componente estético llamativo, pero lo que busca es la funcionalidad. Es un proyecto de la movilidad segura, sostenible y sana en el que estamos involucrados. Queremos que la gente vaya al estadio a pie, que baje al centro comercial o al Miguel Delibes o que de un paseo hasta Las Contiendas y que no tenga que coger el coche. Es una obra que tiene todo el sentido del mundo. Y además vamos a intentar que sea bonita y emblemática, que los vecinos de Parquesol y de la ciudad se puedan sentir orgullosos de ella.

–La Cúpula del Milenio, que tanto criticaron ustedes en la oposición, también le ha venido bien a la ciudad, se le ha dado utilidad.

–A mí nunca me pareció una mala operación desde el punto de vista estético y de regeneración urbana. Sí me que me pareció que tenía un coste elevadísimo y una utilidad bastante escasa. Nos está costando todos los años dos millones de euros. Uno para amortizar el préstamo que se pidió para su construcción durante veinte años. Estaremos pagando hasta el año 2031. Otro para dotarla de contenidos. Es el doble de lo que nos cuesta el Patio Herreriano o lo que cuesta el Teatro Calderón. Era una operación de renovación bonita y representa una imagen icónica, pero no estaba tan clara la utilidad. Creo que no tiene nada que ver con la operación que vamos a poner en marcha en Parquesol.

–Espera estar de alcalde hasta 2027. ¿Y luego? Aspiraciones a nivel regional, Madrid, volver a la abogacía...

–No sé como lo puedo decirlo ya. A nivel regional no tengo ninguna aspiración. Quiero ser candidato en 2023 y ser alcalde cuatro años más. Después no garantizo nada. Mi objetivo eran tres mandatos y luego veré. No tengo una decisión tomada. Formo parte de una organización y veremos cómo está, qué es lo que reclama y qué puedo ofrecer yo. O si me apetece seguir otros cuatro años si me veo fuerte y me quedan cosas por hacer. Mi horizonte temporal llega a 2027.

–Hasta esa fecha, ¿qué proyectos tiene como irrenunciables?

–La integración ferroviaria. En 2027 estará terminada al completo. El parque agroalimentario espero que sea una realidad. Y seguir haciendo avanzar a la ciudad en términos de conocimiento público, de difusión... Espero que para entonces el vino sea un elemento central en esa promoción. Lo está siendo ya. Tenemos cerrado un acuerdo con Logroño, voy a cerrar otro con Burdeos, con Oporto... Vamos a ser un polo de atracción en enoturismo en el mundo. También me gustaría tener un parque público de vivienda en condiciones. Tener rehabilitado el 29 de Octubre, en Pajarillos, al completo, reformar Las Viudas y las zonas más desfavorecidas. Una ciudad con una movilidad más ordenada...

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–Llama la atención que el presidente la Junta no haya mantenido una reunión con el alcalde de la ciudad más importante de la comunidad.

–No quiero meter la pata. Hemos tenido reuniones con otros alcaldes, pero no recuerdo un mano a mano.

–¿Y no sería lógico?

–Hay una doble derivada. Una primera de carácter político. El hecho de que yo sea la cabeza institucional visible más importante del PSOE incomoda bastante a la Junta. Y luego hay un problema de comunidad. Hay un complejo en la política autonómica que consiste en que si haces algo para Valladolid, aunque sea groseramente evidente que debes hacerlo, vas a generar un problema en otros territorios. Eso hay que intentar solventarlo. No soy la oposición a la Junta, ni quiero serlo. Se lo he dicho a Mañueco no sé ya las veces. No es mi papel. Valladolid es una oportunidad para Castilla y León. Lo que aquí se hace y en lo que aquí se puede invertir es bueno para el conjunto de la comunidad, porque se benefician ciudadanos de otros territorios y porque en el peor de los casos evitamos que la transferencia se haga en dirección a Madrid. ¿Qué preferimos que la gente se vaya a Madrid con tal de que no vengan aquí? Esto es el corazón de Castilla y León, no es una isla.

-–Ha hablado de alcalde transversal. ¿No es un socialista al uso?

–Hay gente que tiene un concepto de la izquierda bastante equivocado. ¿Qué es ser de izquierdas? Para mi es coger a las personas que han tenido la desgracia, porque han nacido donde han nacido y como han nacido, de la raya doscientos metros por detrás del resto y tratar de acercales a la misma línea de salida. Y en eso no me pasa por la izquierda nadie. Empecé con 14 millones en Servicios Sociales y ahora dedicamos 34. Había 14 viviendas públicas y ahora hay 200. Ser de izquierdas no es venir a acabar con la Navidad, enfrentarse con la religión... Soy muy amigo de Manuela Carmena y le dije que yo nunca habría vestido a los Reyes Magos de payasos. Fue un error. Los madrileños no te han elegido para eso, sino para que los barrios pobres crezcan, prosperen y se igualen un poquito con las zonas ricas. Lo otro es sectarismo y la ciudadanía no lo va a entender. Indudablemente, soy de izquierdas, pero mi concepto es distinto al de otros. No respeto algunos clichés. Soy creyente y he educado a mis hijas en mis creencias, ¿eso me hace ser menos de izquierdas?

–¿Y ese sectarismo de izquierdas que quiere ordenar pensamientos y decide qué es bueno o malo?

–Sectarismo hay en los dos lados. No lo soy. Soy lo contrario. Soy una persona abierta que entiende los puntos de vista de casi todo el mundo, aunque los pueda compartir más o menos. Creo que si la izquierda tuviera un sentido más práctico nos iría mejor. Empecinarse o enzarzarse en determinados debates o posicionamientos no nos ayuda.

–Sentido práctico, en qué.

–Me ha gustado mucho el acercamiento que ha tenido Pedro Sánchez con el Papa. Se lo he transmitido. Hay una Iglesia que se quiere abrir, que se quiere acercar más al espíritu original del cristianismo. Defender más cuestiones que tienen que ver con la igualdad social y menos con otros temas como la homosexualidad, el aborto o la eutanasia. Dejar temas que realmente no tienen nada que ver con el lenguaje cristiano. ¿No es mejor que nos entendamos? Estamos para estar al lado de todos.

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