Valladolid

El bar de la Pérgola se retrasa y buscan inquilino para el restaurante sin estrenar del Val

Fue el pasado 22 de marzo cuando el Ayuntamiento anunció, en la entrada del mismo jardín histórico, que abría un proceso -expresión de interés le llamó- para poner en marcha la terraza municipal. Se quería que los propios hosteleros expusieran los criterios, necesidades, periodo de la concesión y el precio que estarían dispuestos a pagar por él, de manera que con esa recopilación de datos el Consistorio preparara unas condiciones ventajosas para lograr colocarlo.

Y es que los tres intentos anteriores para reabrirlo se cerraron sin éxito. Hasta en tres ocasiones lo licitó el equipo de Gobierno de PSOE y Toma la Palabra, que fue bajando el canon a pagar sin lograr atraer el interés de ningún licitador. Comenzó en 33.750 euros anuales en 2022, se redujo a 22.500 un año más tarde y en 2024 se quedó en 20.160.

El pasado mes de mayo, tras concluir ese proceso de consulta, el Ayuntamiento de Carnero se mostraba «optimista». El concejal Zarandona avanzaba que había interés en el sector y que algunos proyectos contaban «con una oferta gastronómica y lúdica atractiva». Entonces se dijo que el pliego saldría sin un canon fijado a priori para que fueran los hosteleros los que hicieran su propuesta económica. Pero a día de hoy, se sigue a la espera.

Otro de los establecimientos hosteleros de propiedad municipal al que le está costando encontrar inquilino es el restaurante que se diseñó en la reforma del Mercado del Val y que no se ha llegado a estrenar, pese a los múltiples intentos para que un empresario se haga con él. Ahora, la plataforma de contratación vuelve a colgar el pliego y da de plazo hasta el próximo 17 de septiembre para presentar ofertas.

Situado en la entreplanta de la céntrica plaza de abastos y con una superficie de casi 200 metros cuadrados, el Ayuntamiento pide un canon de 166.593 euros para los treinta años de la concesión, a los que hay que sumar las cuotas mensuales de la comunidad de industriales del mercado. En varias ocasiones ha salido a concurrencia, pero sin éxito. En este caso, el espacio está diáfano y es necesario el montaje completo de la cocina y la sala. «Nos han dicho que hay gente interesada, pero no sabemos mucho más», apunta Pablo Gómez, presidente de los industriales, quien concreta que además de este espacio hay otros cuatro puestos vacantes en las instalaciones.

El Ayuntamiento ha sumado este mismo mes otro establecimiento hostelero a explotar. Se trata del espacio Valladolid Origen, el restaurante del Museo Patio Herreriano, que se quiere convertir en un enclave para promocionar la enogastronomía de la provincia y que será el complemento del Centro del Vino que se habilitará en el antiguo convento de Las Catalinas. El pliego establece un plazo de concesión de quince años prorrogables hasta los veinte y un canon mensual para las arcas públicas de 3.690 euros (44.290 al año). El plazo para presentar ofertas concluye el próximo 10 de septiembre y quien lo haga tiene que tener clara esa apuesta por las denominaciones de origen y las marcas de calidad de la tierra en vinos y alimentos.

El otro bar de propiedad municipal que sí acaba de ser adjudicado es el del Pinar de Antequera. Vuelve a él la familia García-Prieto. Estos hosteleros llevaban gestionando el establecimiento, con el nombre de Bar Antequera, desde hace 23 años y lo harán, al menos, durante una década más. Su oferta, con un canon para este periodo de 616.242 euros, IVA incluido, y otros 257.000 en inversiones previstas para la adecuación del local fue la mejor valorada dentro de las cuatro presentadas, según recoge la formalización del contrato.

El Grupo Antequera cuenta ahora con un negocio en la calle Bronce del polígono de Argales, el Antequera GP, y está a punto de culminar la obra del Malaquita, otro nuevo establecimiento con terraza que abrirá en agosto y que está ubicado a escasos metros del situado en el Pinar, en la zona del antiguo lavadero. En este caso, la oferta está más centrada en las copas de tarde y noche, aunque también habrá una pequeña carta de comida para acompañar a los combinados.