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«Lo que más rabia da es la impotencia que sientes cuando bajas al garaje y te encuentran con la plaza vacía», lamentaba la última víctima, según todos los indicios, de la reaparición de la 'banda del BMW' después de un par de semanas ... de tranquilidad. Los delincuentes, al igual que en ocasiones anteriores, escogieron un municipio pegado a la capital, como es La Cistérniga, para colarse durante la madrugada del miércoles en un garaje comunitario de la calle Constitución. De allí se llevaron un coche, un BMW, claro, e intentaron arrancar otro modelo alemán, aunque no lo consiguieron (lo dejaron bloqueado).
Los hechos ocurrieron en algún momento entre la medianoche y las nueve de la mañana del miércoles en el garaje de un bloque de viviendas de la citada calle de La Cistérniga, próximo a la travesía de la antigua carretera de Soria. «Aparqué el coche por la noche (del martes) y me encontré con la plaza vacía cuando bajé para llevar a mi sobrino al colegio», relataba el propietario, que no dudó en colgar en las redes sociales una fotografía del vehículo sustraído, un BMW 318 de color negro y con la lunas tintadas, de placas 2627 GDW. Aún no había llamado a la Guardia Civil cuando otro vecino le contó que se había encontrado con su BMW, en este caso de la Serie 5, con el bombín de la puerta del conductor reventado, con las ventanillas bajadas y con el sistema de arranque bloqueado. «Debieron intentar arrancarlo con el método que utilicen y, aunque no lo lograron, no había forma de ponerlo en marcha», relata el testigo.
Minutos después acudieron al garaje los agentes de la Guardia Civil para buscar pruebas contra los autores de los robos y examinar, de paso, las dos plantas del subterráneo por si había más coches forzados: «Nos dijeron que solo buscaban BMW y Seat León (el otro clásico de la banda) e Ibiza, pero no encontraron más».
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Así que la 'banda del BMW' sumó así su último golpe en La Cistérniga para superar ya con creces la veintena de vehículos sustraídos tanto en la capital como en su entorno en las últimas semanas. El grueso de los coches eran Seat León (una docena), el modelo favorito del grupo, que utilizan habitualmente para realizar alunizajes o reventar literalmente surtidores de gasolineras con el cajetín de cobro incorporado; seguido de los BMW (ocho), además de un Ibiza y un Audi. «Lo peor del robo es que sabes que lo más probable es que te vas a quedar sin coche –este grupo suele quemarlos para borrar huellas–», anticipa la víctima antes de concretar que su BMW tenía ya trece años, «pero estaba bien y, aunque tengo seguro, lo más que puedo recuperar es su valor actual y me tocará comprarme otro».
Los propios agentes confirmaron a las víctimas que no se habían registrado robos esa noche en la provincia, si bien es cierto que esta banda está llevando a cabo golpes también en el resto de Castilla y León.
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