Tres minutos a solas con la 'banda del BMW'

Hasta la fecha, que se sepa, suman más de un veintena de vehículos sustraídos en la capital y su entorno, que luego queman o arrojan al agua en su mayoría para borrar huellas. Con ellos, en teoría, habrían cometido a estas alturas decenas de robos –algunas fuentes policiales reconocen ­hasta dos asaltos por coche sustraído– en los últimos dos meses sin que nadie hasta la fecha haya podido cazarlos.

Uno de sus últimos golpes tuvo lugar en la madrugada del lunes en un supermercado situado en la principal arteria de entrada a Santovenia, como es la calle Real, donde intentaron desvalijar un Lupa situado junto a una oficina bancaria del BBVA y rodeado de viviendas. Tenían mala vía de escape, y más si se tiene en cuenta que Cabezón tiene cuartel de la Guardia Civil, o que hacia la capital podrían haberse topado con más patrullas. Pero les dio igual.

Las cámaras de seguridad del supermercado recogieron segundo a segundo, y con detalle, el paso de los integrantes de la 'banda del BMW' por el establecimiento. Poco les importaron a los cinco encapuchados, cuyo objetivo era llevarse la caja fuerte situada en el interior de la oficina, la presencia de las cámaras, que saltara la alarma o la cercanía de los vecinos cuando se plantaron, a bordo de un inconfundible modelo blanco de la firma alemana, a la puerta del local a las 2:15 horas del lunes (justo 24 horas antes de dar un golpe idéntico en una tienda de informática de Arroyo).

Las imágenes muestran como los delincuentes, ataviados con plumas y cazadoras con capuchas y con el rostro cubierto con bragas ajustables que solo dejan entrever sus desafiadores ojos, destrozan primero la cerradura de la verja de seguridad para levantar y forzar después con palancas la corredera de ­cristal.

Segundos después, ya en el interior, tres ladrones van directos hacia la puerta blindada de la oficina, dos de ellos portando mazas; mientras un cuarto se queda vigilando en la puerta y el quinto permanece fuera al volante del coche de la huida. La alarma saltó, sí, antes de que uno de los delincuentes, el que estaba en la puerta, reventara la ­centralita a mazazos. Antes y después, eso sí, estuvo mirando directamente al objetivo de la cámara. Le faltó saludar.

Sus compañeros, entre tanto, comenzaron a aporrear la puerta metálica de la oficina a mazazos. Con ganas, pero sin excesiva prisa. No lograron abrirla y luego decidieron hacer lo propio contra el cristal de seguridad que también da al pequeño cuarto en el que a buen seguro sabían que estaba su objetivo final, la caja fuerte. Y lograron entrar por un boquete abierto en el cristal. Entonces vieron que no iba a ser sencillo arrancar de cuajo la caja y llevársela, como este grupo ya hizo con anterioridad en otros golpes. «Habían pasado ya más de dos minutos y decidieron finalmente desistir», apuntan fuentes de la investigación.

Pero ni siquiera entonces, cuando las agujas del reloj estaban a punto de alcanzar los tres minutos, mostraron la más mínima prisa para huir. Salieron tranquilos, con calma, portando sus pesadas mazas camino de la puerta. Y ahí fue cuando las cámaras de seguridad recogieron el momento más surrealista del golpe. Uno de los delincuentes gira su cabeza hacia la izquierda, observa un expositor de colonias y, tras un pequeño titubeo, coge una fragancia y prosigue su ruta hacia la calle.

Lo curioso es que el botín se redujo a eso, un frasquito de la fragancia número 14 de la marca Caravan para hombres, valorado... en 9,95 euros. Y con su colonia, junto a sus compañeros, los delincuentes salieron a la calle y se montaron al turismo que habían estacionado unos metros más atrás (en torno a un banco que evidentemente también cuenta con cámaras de videogilancia).

Las imágenes recogidas por el sistema de seguridad del supermercado, que están siendo analizadas por la Guardia Civil, muestran finalmente cómo la silueta inconfundible de un BMW blanco pasa ante el establecimiento por la calle Real circulando hacia la salida del pueblo que conduce a la carretera que solo permite dirigirse hacia la capital o hacia Cabezón. Apenas habían transcurrido tres minutos, recogidos al detalle por las cámaras, de un golpe fallido que lleva la rúbrica de la nueva 'banda del BMW'.

Punto y seguido, esta vez prácticamente con luz y taquígrafos, al enésimo asalto de unos delincuentes que utilizan los mismos métodos, idénticos, a los del grupo desarticulado hace dos años. Entonces, al margen de sustraer más de sesenta coches (en su mayoría BMW y Seat León), desvalijaron 126 negocios y acumularon un botín valorado en más de un millón de euros. En cinco meses. La nueva 'banda del BMW' apenas lleva un par de meses en acción.