La banda del mazo alcanza su versión 8.0

Sin armas para evitar víctimas y posibles condenas abultadas y con la misma contundencia de siempre. Los últimos golpes registrados en la provincia, con nueve asaltos a bares, gasolineras o supermercados, en su mayoría, eso sí, frustrados, apuntan de manera inequívoca a una nueva versión de la banda del BMW, un grupo delincuencial que, en realidad, nació catorce años atrás bajo la denominación de la banda del mazo, el objeto más que contundente que este grupo ha utilizado siempre, aún hoy, para perpetrar sus golpes. Y son muchos. Nada menos que 344 hechos delictivos, entre robos a negocios y de vehículos solo en Valladolid, atribuyen los investigadores de la Policía Nacional y de la Guardia Civil a las ocho versiones de esta banda local desde aquel lejano 2006.

Los agentes buscan ahora a los integrantes de esta enésima reinvención de las siete versiones anteriores de un grupo que en cinco de ellas siempre mantuvo el denominador común de haber estado liderada (presuntamente) por alguno de los tres hermanos de un clan familiar de Las Flores, fundamentalmente por dos de ellos, Pipi (2014, 2015 y 2017) y Pirri (2006 y 2020). En las otras dos había familiares directos o integrantes de sus antecesoras. ¿Quién está ahora detrás de esta versión 8.0 de la banda del mazo? o, según se mire, la 3.0 de la del BMW. Lo que parece claro es que sus actuales miembros han heredado los métodos de sus predecesores, sobre todo, en cuanto a su extrema facilidad a la hora de sustraer coches, modelos alemanes siempre o vinculados, como los Seat, o los BMW y Audi. Para ello, en teoría, disponen de un dispositivo capaz de conectarse a los vehículos para abrirlos y luego arrancarlos. Los testigos de los asaltos registrados en los últimos dos meses en la propia capital y en su entorno coincidieron en señalar que los autores huyeron en Seat León o Ibiza o en distintos modelos de BMW o Audi. Lo de siempre, vaya. Al menos, en las últimas cuatro versiones de la banda (2015-2021).

Pero en esta ocasión llama la atención una aparente inexperiencia de sus nuevos integrantes, como mínimo, a la hora de elegir algunos de sus objetivos, sobre todo, en lo que a bares se refiere, unos negocios con el interior cerrado o cerrados directamente por las restricciones de la pandemia y en los que difícilmente, según reconocen sus víctimas, «pueden encontrar dinero en la caja o en las máquinas tragaperras». Los seis últimos golpes del grupo, cuatro de ellos en bares y otros dos en la gasolinera y el taller Feu Vert del Carrefour de Parquesol, fueron fallecidos. En tres de los negocios ni siquiera pudieron entrar, y eso que se emplearon a fondo con las mazas, y en los del hipermercado no lograron desencajar las cajas fuertes.

Pero sus métodos fueron idénticos a los de sus antecesores. El grupo sustrajo inicialmente sus vehículos favoritos (Seat, BMWo Audi) para utilizarlos en sus desplazamientos. Solo tres de ellos, dos BMWque quemaron en Laguna y Simancas, y un Seat que empotraron contra la puerta de un bar de Puente Duero fueron recuperados –los primeros devorados por el fuego– por los agentes.

Los vídeos grabados por las cámaras de seguridad de algunos de los negocios asaltados muestran un 'modus operandi' idéntico al de las últimas versiones de la banda del BMW. El grupo utiliza dos coches (robados) para sus desplazamiento con cuatro personas a bordo. Dos de ellas vigilan y las otras dos revientan, o lo intentan, puertas o ventanas a mazazos o mediante alunizajes. Luego hacen lo propio en el interior con las tragaperras o las cajas fuertes, estás últimas en gasolineras y negocios como talleres o supermercados. Buscan dinero. Solo eso. Pero el grupo, al igual que sus predecesores, alterna estos robos con otros a negocios como perfumerías en busca de género con una fácil salida en el mercado negro (antes lo hicieron también en comercios de móviles o de informática). Así lo hicieron en diciembre en dos locales de Parquesol y Laguna.

Los golpes, en todos los casos, apenas duran más de dos minutos, el tiempo justo para reunir el botín –solo en tres de sus últimos nueve asaltos lo lograron– y emprender la fuga. Para esto último buscan siempre objetivos situados junto a vías rápidas de huida, fundamentalmente autovías.

Las siete versiones anteriores de la banda original del mazo, incluidas las dos del BMW(2017 y 2020), fueron desarticuladas una tras otra en distintas operaciones que dejaron un total de 88 detenidos acusados de 335 robos. La mayoría, no obstante, cumplieron penas mínimas o fueron directamente exonerados ante las dificultades para probar la participación de todos ellos en los golpes, que suelen cometer con las máximas precauciones en cuanto al uso de guantes o pasamontañas. ¿Caerá ahora la octava versión del grupo? La investigación está abierta.

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