La sequía mata a cientos de peces en el Pisuerga

Aunque se siguen realizando análisis, el servicio territorial de Medio Ambiente confirmó ayer por la tarde que la muerte de estos cientos de peces (barbos y carpas, entre otros) vino desencadenada por un descenso del caudal, las elevadas temperaturas de los últimos días y la consiguiente falta de oxígeno para estos animales. «El problema es que al bajar el oxígeno se metieron en una especie de pozas que hay en esa zona y acabaron muriendo», señalaron ayer desde el servicio territorial.

La solución al problema, que los agentes medioambientales han calificado de «leve» –ya que dadas las circunstancias podría haber terminado en un desastre mayor–, llegó mediante la apertura de unos caudales de agua que permitieron a los peces continuar por el cauce con normalidad. «Faltan las últimas investigaciones de la CHD, pero en principio se descarta que se haya producido por algún tipo de vertido tóxico», precisó la responsable de Medio Ambiente.

A pesar de que el fin de semana se retiraron los peces muertos, ayer por la tarde eran varios aun los ejemplares que se podían ver en la orilla del río. Una zona que, según aseguró el alcalde, Javier Calvo, deja actualmente una estampa prácticamente desconocida entre los más mayores de la localidad. «El caudal es tan bajo que ahora mismo hay en el río unas piedras que nunca antes habíamos visto», señalaba el regidor, «preocupado» con la situación, pues añadía que hace unos días un agricultor del pueblo vio cómo algunos peces saltaban desde el agua hacia la tierra por la falta de oxígeno.

Desde la Junta de Castilla y León señalaron que la situación ha sido puntual, como consecuencia de las pozas, el bajo caudal y la falta de oxígeno, pues ni aguas arriba ni aguas abajo se ha repetido la escena. En Cabezón de Pisuerga, donde el río «casi se puede cruzar sin mojarse», no se han encontrado con este problema, según señaló el alcalde, Arturo Fernández, quien añadió que en los 57 años que tiene «jamás había visto el río como está ahora mismo».

El bajo caudal, que en la zona de Valoria es de 1,5 metros cúbicos por segundo, se repite en otros de la provincia como el Esgueva a su paso por Valladolid, donde ha dejado al descubierto parte del lecho.