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Las piscinas municipales de Valladolid abrirán al público a partir del 29 de junio. El Ayuntamiento habilitará tanto las instalaciones al aire libre, destinadas a la época estival, como las climatizadas, durante este verano. «Creemos que hay que abrirlas sí o sí, porque ... va a haber mucha gente que no va a poderse ir de vacaciones, y las piscinas van a ser necesarias», explica el concejal de Deportes, Alberto Bustos, quien matiza que la normativa se establecerá en el momento que la Junta de Castilla y León fije las bases para la apertura de las instalaciones de baño. «Creemos que puede ser mañana –por hoy–. Desde hace semanas estamos los ayuntamientos de las distintas capitales de la comunidad en conversaciones para ver cómo lo hacemos, porque entendemos que ha habido una evolución, y quizá se puedan esperar medidas más flexibles que las anunciadas en su día», señala Bustos en relación a ese 30% de aforo inicial que se planteó por parte del Gobierno.
En función del porcentaje de acceso de personas, el Consistorio podría implementar unas medidas u otras, pero siempre con el bono de entrada como fórmula preferente para que los usuarios, en el caso de estar completo el aforo, «solo pierdan el tiempo y no dinero». «Los bonos puede ser de cinco, diez, quince... baños, no tendrá caducidad y será desestacionalizado», afirma el edil, quien señala que las entradas individuales se contemplan si el aforo permitido es cercano al 75%, como se ha normalizado en otras regiones, como Galicia. «No podemos vender entras individuales con un aforo muy limitado, y crear colas de personas en la calle, que sería contraproducente», analiza Bustos, quien también adelanta que los precios, «al menos, se mantendrán», con un coste de 3,90 euros para adultos y 2,30 euros para niños.
Coronavirus en Valladolid
El bono y las entradas no solo darán derecho a acceder a las piscinas descubiertas, y las climatizadas también se mantendrán abiertas, pese a que habitualmente se utiliza la temporada estival para su mantenimiento. «Se trata de una forma de contrarrestar el recorte de aforo y de satisfacer esa previsible demanda de vecinos que utilizarán estas instalaciones en ausencia de vacaciones fuera de la ciudad», agrega el concejal, quien también adelanta que a todas las piscinas climatizadas se les abrirá la parte exterior para «el recreo o la toma de sol».
En este espacio la Concejalía contempla una parcelación del área para fomentar que se respete la distancia social, unas medidas que se vigilarán por los socorristas o el personal de seguridad que sea necesario contratar. «Hasta que no salga la normativa, no podemos saber que desembolso vamos a tener que hacer, pero las actuaciones pueden ir en esa línea», concluye el edil, quien admite que la Fundación Municipal de Deportes estima en más de un millón de euros las pérdidas por la falta de ingresos de alquileres de polideportivos y del cierre de piscinas durante el estado de alarma, al que habrá que sumar las inversiones en personal y medidas de higiene para cumplir con la apertura «segura» de estos centros.
La apertura de las piscinas en la ciudad llevará aparejada también la de los recintos de índole privado. En el caso de las comunidades de vecinos con instalaciones para el baño estival, los administradores de fincas admiten que ha sido «uno de los temas que más han abordado con sus usuarios en las últimas semanas, sobre todo, desde las que situación por el coronavirus se ha flexibilizado», afirma Salvador Díez, de la firma Valbuena y Díez, en la capital vallisoletana. «Todo han sido dudas, y la mayoría están pendientes de la Junta de Castilla y León, y la normativa», añade.
En la mayoría de las propiedades, los vecinos han apostado por la autogestión de las instalaciones, con el cierre de los vestuarios y baños comunitarios –en el caso de haberlos–, así como prohibir la entrada a personas ajenas a la propiedad, aunque sean familiares de propietarios o inquilinos. «Es complicado, porque se habla de un 30% del aforo, pero también hay que diferenciar entre el espacio de la instalación y el vaso de la piscina», coinciden varios administradores, que indican que hay comunidades que han apostado por aplicaciones informáticas para controlar el cierre y la apertura de las instalaciones de baño, en función de la reserva de los vecinos; o la cita previa organizada, así como parcelar el césped o superficie adjuntos a la piscina. «Los hay que han apostado por repartirse los horarios entre portales, adjudicar horas... Pero hay mucha incertidumbre», reconoce Salvador Díez, quien incide en que «las medidas sanitarias es el otro problema».
En el caso de otra instalación privada, como son las piscinas de Fasa en el pinar, la dirección ha decidido no abrir «de momento» y se da el plazo de unas semanas para tomar una decisión.
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