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Basura en el interior de los edificios sin acabar en el antiguo Rancho Grande. A. Mingueza

Valladolid

El Ayuntamiento analizará la salubridad del antiguo Rancho Grande antes de intervenir

El primer paso será dar con los propietarios del terreno para estudiar la situación desde un prisma sanitario y de seguridad

Álvaro Muñoz

Valladolid

Jueves, 23 de mayo 2024, 00:10

Primera toma de contacto entre la asociación de vecinos del barrio de Buenos Aires y el Ayuntamiento de Valladolid para abordar la problemática de la okupación, y por ende, de sus derivados como las agresiones con residentes en la zona y el tráfico ... al menudeo. Precisamente, en la jornada de este martes, el concejal de Seguridad Ciudadana, Alberto Cuadrado, acompañado de la superintendente de la Policía Municipal, Julia González, mantuvieron una reunión con el representante vecinal de la zona, Emilio Fernández Chicote, con un solo tema encima de la mesa.

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Ya lo anunciaba Fernández Chicote hace unas semanas, concretamente cuando sus vecinos dijeron 'basta ya' ante la espiral de violencia: quería reunirse con el Ayuntamiento para abordar soluciones. Y estas se iniciaron este martes tras escuchar atentamente Cuadrado la evolución de lo que en su día fue un gran restaurante, más tarde un sueño residencial con unas cincuenta viviendas y finalmente, como realidad, un nido de okupación.

Fue la Policía Municipal a ese encuentro con los deberes hechos. Con un informe que analizaba la situación para determinar que alrededor de una quincena de personas residían de forma ilegal en uno de los pocos esqueletos inmobiliarios que quedan de la crisis del ladrillo en la capital vallisoletana. Una cifra que el representante vecinal eleva hasta el medio centenar.

Baile de números que dio paso a las posibles soluciones. «Lo primero que tenemos que hacer es dar con los propietarios de los terrenos», ha incidido Cuadrado. Actualmente, los vecinos desconocen de quién es ese espacio que en su día, precisamente, fue de la familia Fernández Chicote al regentar el antiguo restaurante Rancho Grande.

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Un dato que llegará en los próximos días después del compromiso de Cuadrado con los vecinos. «Tienen una reunión la próxima semana con el concejal de Urbanismo, pero voy a intentar darles esa información antes», ha añadido el edil de Seguridad Ciudadana.

«Vemos más presencia de la Policía y eso siempre ayuda»

Fernández Chicote

Presidente de la asociación vecinal Buenos Aires

A partir de ahí se valorará una intervención del Ayuntamiento para analizar principalmente la salubridad en el interior, así como su seguridad. «No sabemos en qué estado está. Sabemos que es un asunto difícil, pero queremos dar respuesta. En la reunión me detallaron que existe este problema desde el 2016, más o menos. Y nosotros nos lo acabamos de encontrar», ha agregado Cuadrado.

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Por su parte, el presidente de la asociación se mostraba satisfecho tras ser escuchado por el Ayuntamiento. Reconoce que desde los últimos altercados, la violencia ha mermado en los dos bloques abandonados. «Vemos más presencia de la Policía y eso siempre ayuda», ha concluido Fernández Chicote antes de quedar con Ignacio Zarandona en los próximos días.

La gota que colmó el vaso de la paciencia vecinal fue el pasado 29 de abril por una reyerta que protagonizaron «al menos unas cinco personas» en las proximidades de la parada de autobús ubicada en la esquina de las calles Páramo de San Isidro y Cañada de Fuente Amarga, a unos 300 metros del antiguo Rancho.

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Los últimos incidentes

Esas al menos cinco personas se tiraron «adoquines o ladrillos», generando desperfectos allá por donde pasaban, especialmente en la Cañada de Fuente Amarga. Los golpes llegaron a los coches estacionados, mientras la sangre, como si de un reguero se tratara, marcaba el camino de la tumultuosa pelea. «Parecía que iban con intención de matarse. Desde los últimos meses esto es continuo. El problema radica en el Rancho Grande», agregaban desde el anonimato los testigos del enfrentamiento, los mismos que en esa tarde se reunían de urgencia en busca de una solución.

La rápida presencia policial, según relatan, amainó los ánimos de pelea. Llegó la Policía, así como los servicios sanitarios, que trasladaron a tres heridos, con heridas de arma blanca y golpes con objetos contundentes, hasta los complejos sanitarios de la capital. Se les atendió para posteriormente pasar a disposición policial en calidad de detenidos, pues en cuyo historial tienen antecedentes por agresiones y robos. La investigación se cerró con un detenido más al día siguiente.

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Desde entonces, los residentes de la zona lo tienen claro y siguen con su mensaje inicial, el mismo que repiten desde hace unos años. «La solución es demolerlo o vallarlo para que no entren», reiteran.

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