El candidato a rector de la UVA, José Ramón González. jose c. castillo
Elecciones al Rectorado de la UVA

«Hay que atraer talento. Y hacerlo cuanto antes»

José Ramón González intentará que un catedrático de Letras vuelva a ser rector 40 años después

Antonio Corbillón

Valladolid

Domingo, 20 de febrero 2022, 21:40

El catedrático de Literatura Española de la Universidad de Valladolid (UVA, José Ramón González (México, 62 años) acaba de volver a su vocación docente en la Facultad de Filosofía y Letras, tras su breve experiencia como director general de Políticas Culturales de la Junta, interrumpida ... por la crisis de Gobierno de finales de 2021. Pero aún le quedan fuerzas para dedicarse a la gestión y tratará de ser el primer rector surgido desde las Humanidades en los últimos 45 años de la UVA (el anterior, Alfonso Candaú lo logró en 1977). Le une a sus otros dos rivales, el actual rector, Antonio Largo Cabrerizo, y Helena Castán, el que los tres han formado parte ya de equipos de gobierno. «Un activo que ayudará a agilizar proyectos, gane quien gane», asegura.

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-¿Con qué objetivo se presenta?

-He estado cuatro años en un equipo anterior y casi tres en la Junta, que me han permitido tomar distancia y ver el papel que se está desarrollando. Me planteo aportar mi experiencia, interna y externa, para contribuir a que la UVA tenga la visibilidad que se merece. La situación actual nos ha dejado un poco retrasados con respecto al resto de la región. Hay que dar un impulso.

-Y hacerlo desde las Humanidades, habitualmente marginadas en los gabinetes rectorales..

-Sí, es cierto, Y puede ser el momento de aportar una visión diferente. El último rector de Letras fue hace 40 años. Y esta es una facultad muy importante en cifras (profesorado, alumnos y aportación académica) y estaría bien que pudiera contribuir a las prioridades que necesita esta universidad.

-Dice que ha perdido presencia la UVA. ¿Por dónde iría la devolución de ese peso?

-Hay que recobrar impulso en la internacionalización. Hemos sido una universidad muy volcada hacia el exterior. También sobre por qué nuestras titulaciones, grados, másteres y doctorados resultan poco atractivos para potenciales estudiantes, sobre todo en los dos últimos. No tanto en grados y titulaciones, pero en másteres y doctorados no solo no somos capaces de atraer a estudiantes de otras universidades, sino que ni siquiera a veces logramos retener a los de la nuestra. Y, por supuesto, hay que trabajar en el profesorado y su envejecimiento, con una política proactiva para captar talento. Y hacerlo cuanto antes.

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-Una de las cosas buenas es que los tres candidatos tienen experiencia de gestión.

-El hecho de que tanto Antonio Largo como Helena Castán (los otros aspirantes) como yo tengamos experiencia posibilitará que se puedan activar proyectos lo antes posible para beneficio de la universidad.

-Hace ocho años usted era el único representante de las Humanidades en el equipo rectoral. ¿Puede adelantar cómo sería la configuración del suyo?

-Tiene que haber un equilibrio entre las diferentes áreas. Todos los centros tienen sus propios intereses y problemáticas. Por eso es necesario crear un equipo que integre a gente de Ciencias y Letras. Me planteo un rectorado de integración. Muchas veces se ven las cosas desde perspectivas partidistas. Eso nos lleva a polarizaciones que no son positivas. Necesitamos gente que quiera comprometerse y trabajar aportando su generoso tiempo. Y dispuestos a compartir ideas, aunque sean divergentes..

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-¿Tocaría alguno de los actuales departamentos?

-No, tal y como está ahora me parece razonable. Por ejemplo, hemos dado el salto a lo digital y me parece muy razonable un departamento de Innovación o Modernización Educativa. Pero eso habrá que verlo progresivamente.

-Tras un proceso de supervivencia y adaptación digital, se va a encontrar con una universidad muy distinta a la que dejó hace casi tres años.

-Lo digital ha venido para quedarse, no solo aquí sino en toda administración. Tiene grandes ventajas y algunos inconvenientes. Facilita el acceso a más gente y una proyección mucho mayor. Vamos hacia un modelo mixto en el que lo presencial se va recuperando. Tenemos que convivir y ver para en qué cosas es más eficaz una u otra.

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-¿Cómo espera que sea una campaña que va a ser corta y eso obliga a condensar?

-Estoy seguro de que será de absoluta cordialidad. Va a serlo y debe serlo. Los universitarios debemos dar ejemplo de cómo comportarnos. Son luchas de poder y debates que pueden llevar a tensiones. Pero si no somos capaces de debatir y hacerlo en público, para mí sería una gran decepción. Eso demostraría que la universidad está fracasando en la formación de su propio personal. Y mal ejemplo sería para sus estudiantes.

-¿Qué papel juegan los estudiantes en su visión?

- Hay que tratar de explicarles los programas y tenerlos informados. Yo acabo de regresar a la universidad y, por lo que percibo y me cuenta, estos dos años han provocado que los alumnos están poco involucrados en la vida universitaria. También hay que recordar que están relativamente poco tiempo. Los grados ahora duran cuatro años y eso hace que muchos alumnos puedan vivir un solo proceso rectoral. Y a muchos les pilla acabando su carrera, o empezando y se muestran poco interesados. Es importante que voten y les lleguen los mensajes. Pero hay que ser conscientes de que no es fácil.

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