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La ardilla que espía a los novios en el Campo GrandeY entonces, llega una invitada inesperada. Una ardilla curiosa dispuesta a salir en la foto, a posar junto a una pareja de novios que demuestra su amor en un banco del parque más famoso de Valladolid. Jennifer y Enrique se han visto sorprendidos este viernes por la mañana por la ardilla que 'espía' a las parejas de enamorados en el Campo Grande.
La foto es fruto de una cadena de casualidades. La primera es que ni Jennifer ni Enrique son de Valladolid. De hecho, es la primera vez que, al menos él, pasea por el Campo Grande. Ella es palentina. Él, de Guadalajara. Este viernes estaban de visita en la ciudad para acompañar a la madre de ella, natural de Villalón, quien se ha acercado hasta la capital del Pisuerga para visitar a una amiga. «Mientras, nosotros hemos venido al Campo Grande», explica Jennifer Fuente, 20 años. En la mano lleva una bolsita con avellanas y cacahuetes. «Ya nos habían dicho que había ardillas en el Campo Grande y hemos traído unos frutos secos para darles de comer«, cuenta. Con las manos extendidas y una avellana en las palmas, veían cómo los animalillos se acercaban, primero tímidamente, para conseguir la recompensa a su curiosidad.
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Y aquí entra la segunda casualidad. Carlos Espeso, fotógrafo de El Norte, recorría el Campo Grande en busca de alguien dispuesto a ilustrar una información para el periódico. Necesitaba a una pareja que posara ante la cámara con un gesto de cariño. Vio a Jennifer y a Enrique. Les preguntó sin eran novios. Le contestaron que sí. Llevan dos años y medio juntos. Se conocieron en la residencia doña Urraca de Zamora, donde ambos coincidieron para iniciar sus estudios de Ingeniería Informática. «Empezamos a hablar, nos caímos bien... y una cosa llevó a la otra», cuenta Enrique Cuesta.
El caso es que ambos aceptaron posar para la cámara mientras se daban un beso. El fotógrafo, con su cámara Canon EOS 5D Mark IV, con su objetivo Canon 70-200 2'8, dio unos pasos hacia atrás y empezó a hacer fotografías a esa pareja que se besa en un banco de madera del Campo Grande, en uno de los caminitos interiores que conectan el estanque con la Fuente de la Fama.
El trabajo estaba hecho, el fotógrafo se iba a marchar ya, cuando entró en escena la tercera casualidad. Una ardilla se encaramaba al banco y, desde una esquinita, empezaba a mirar a la acaramelada pareja. Fue entonces cuando Espeso, muy despacio para no asustar al animal, dio unos pasos hacia atrás para volver a sacar nuevas fotos. Y ahí está esa imagen de la ardilla curiosa que acompaña estas líneas. Ahí está esta foto que debía haber ilustrado otra noticia de El Norte y que se ha convertido en un reportaje por sí misma. La historia de la ardilla que espía a las parejas de enamorados en el Campo Grande de Valladolid.
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