Archivan la causa por la muerte del niño de 12 años fallecido por el disparo de un revólver

Era verano, y ambos habían estado jugando en la zona de los jardines minutos antes y decidieron subir a la vivienda en la que no había nadie en ese momento.

El arma, que no estaba declarada legalmente, se encontraba escondida por A. L. J. de 75 años, aunque fue localizada por los niños. Según la versión del mayor de los primos, durante su manejo se produjo un disparo de forma accidental que alcanzó a J. C. L, en la zona de la cabeza.

Tras alertar al Servicio de Emergencias 112, personal sanitario se desplazó hasta la vivienda y decidió trasladar urgentemente al niño al Hospital Clínico Universitario, donde no pudo evitarse su fallecimiento. Su primo, preso de un ataque de ansiedad, tuvo que ser evacuado hasta el Río Hortega.

La investigación realizada por la Policía Nacional, que se personó en la vivienda aquel día y tomó declaración a los familiares, ha determinado que el disparo que salió del revólver propiedad del abuelo se produjo de forma fortuita y sin intencionalidad, por lo que la Fiscalía de Menores ha decidido el sobreseimiento provisionalmente el expedientes abierto por estas diligencias.

Ello supone que el menor de 16 años queda sin responsabilidad penal alguna por estos hechos. El fallecimiento de su primo causó fuerte conmoción en el IES Núñez de Arce, donde cursaba estudios.

La investigación policial determinó que el pequeño residía con su madre en el portal número 3, mientras que la pistola se encontraba en una vivienda del número 7 de esa misma calle Francisco Mendizábal. El arma de fuego que se halló es un revólver Browning 1924 del calibre 6,35 mm, con número de serie A512. No tenía licencia o registro oficial.

Lo sucedido por estos hechos dio lugar no solo al procedimiento en la Fiscalía de Menores para aclarar lo ocurrido, sino a otro procedimiento abreviado que ha llevado el Juzgado de Instrucción número 1 de Valladolid, que aquel día estaba de guardia.

El magistrado determinó en agosto del año pasado el procesamiento del abuelo, A. L. J. por un delito de tenencia de armas prohibidas. El abuelo fue trasladado a la Comisaría de Delicias para que explicase la procedencia del arma.

La Policía señaló en su día que este varón había tenido antecedentes. A día de hoy, se encuentra pendiente de la celebración de la vista oral en un Juzgado de lo Penal.

El artículo 563 del Código Penal establece en su apartado primero que la tenencia de armas prohibidas será castigada con pena de prisión de uno a tres años, que se reduce de uno a dos si éstas son cortas.