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Los técnicos de la Concejalía de Planeamiento Urbanístico y Vivienda ya tienen sobre la mesa el anteproyecto del túnel para vehículos que se pretende construir en la rotonda del colegio San Agustín y cuyo coste estimado alcanza los 4.323.443 euros (IVA incluido), según ... recoge el documento. Los arquitectos de este departamento están revisando ahora la propuesta recibida para ajustar algunos aspectos de este paso inferior con el que se busca desatascar este nudo de tráfico, uno de los más conflictivos de la ciudad al confluir en él la circulación de la Carretera de Madrid (N-601) con la de la Ronda Interior (VA-20-avenida de Zamora), dos de las vías de acceso y circunvalación con más intensidad circulatoria de la capital vallisoletana.
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J. Sanz
El prediseño, elaborado por la empresa Consulting de Ingeniería Civil SPL, contempla la construcción de un canal subterráneo de 370 metros de longitud y un solo carril, que dará la posibilidad a los coches y camiones que lleguen desde Laguna de Duero a circular bajo tierra para salir, tras un giro a la izquierda en el interior de este paso, hacia la ronda interior en dirección al polígono de Argales.
El modelo, para que se hagan ustedes una idea, es similar al del túnel que ahora une la calle Daniel del Olmo (Argales), a la altura de la piscina del antiguo matadero, con el Paseo de Zorrilla en dirección a Vallsur.
El cajón previsto en San Agustín tendrá una anchura de seis metros y un gálibo de 5,5, suficiente para dar cabida a los tráileres, principales causantes de los atascos en este punto negro. Ahora, estos vehículos de gran tonelaje son los responsables de las retenciones al quedarse en muchas ocasiones cruzados en la rotonda hasta que el semáforo les da vía libre para continuar la marcha.
El de San Agustín será el tercer túnel para el tráfico rodado desde 2010. Ese año se inauguró el paso deprimido de la avenida de Salamanca con el que se buscaba descongestionar la circulación en la confluencia de esta vía con Padre José Acosta, que conecta la capital con el municipio de Zaratán. Hace poco más de un mes, se ha estrenado el de la calle Andrómeda, que une, bajo las vías, el grueso de la trama urbana con el barrio de Los Santos-Pilarica. La obra de este paso subterráneo, con un carril por sentido y pagado por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), se ha prolongado durante cerca de un lustro.
Que esta rotonda es uno de los puntos negros de tráfico de Valladolid lo avalan los datos que maneja el Gabinete de Movilidad del Ayuntamiento. Entre semana, los aforadores de vehículos situados en ambas vías registran en esta glorieta un total de 65.000 pasos en todas las direcciones. De ellos, 19.400 circulan por la N-601 hacia el centro de la ciudad y la avenida de Zamora.
El análisis de los técnicos municipales se centra ahora en la ubicación de la boca de entrada al paso inferior –por el centro de la Carretera de Madrid o con un rampa a la izquierda de esta vía–, así como en la salida del túnel para solucionar la incorporación de los vehículos a la ronda para que continúen hacia el área industrial de Argales. Fuentes de este departamento señalan que este tipo de cuestiones se están resolviendo en estos momentos y podría producirse algunas variaciones de cara a la licitación del proyecto definitivo.
La intervención planteada está condicionada por las redes de servicios urbanos que atraviesan el subsuelo de esta rotonda. Según destacan los ingenieros de la empresa adjudicataria del anteproyecto, la más importante es un colector general de sección ovoide y hormigón armado que discurre a una profundidad de seis metros, por lo que afecta a la estructura del túnel proyectado.
Así, antes de comenzar la construcción del paso inferior es necesario el desvío de esta infraestructura subterránea. El sistema de construcción propuesto es el de muros 'in situ' para cerrar ambas rampas de entrada y salida y el de muros pantalla para el tramo subterráneo.
El Ayuntamiento de Valladolid quiere contar con el diseño definitivo del túnel cuanto antes para comenzar las conversaciones con el Gobierno central y llegar a una entente sobre su ejecución. La rotonda es, a día de hoy, de titularidad estatal, con lo que habría que negociar o bien su traspaso al Consistorio para que sea este el que acometa la obra o distribuir el coste de la misma entre ambas administraciones. Este proceso para llegar a un acuerdo está aún pendiente de iniciarse.
Lo que está claro es que la obra es una de las más urgentes en materia de movilidad para la ciudad, una reivindicación que se podría calificar de histórica. Francisco Javier León de la Riva ya intentó en varias ocasiones implicar al Gobierno en una solución para descongestionar este nudo de tráfico, aunque las conversaciones no llegaron a buen puerto.
Ante la falta de un proyecto para la rotonda, se confiaba en que la apertura al completo de la Ronda Exterior (VA-30) en el verano de 2014 podría acoger parte del tráfico que circulaba por este punto. Sin embargo, se constató que, aunque la entonces nueva circunvalación absorbía coches, se mantenían los atascos en San Agustín, una situación que sigue en la actualidad.
La obra del túnel es el tajo principal de una intervención más amplia en la Carretera de Madrid. El anteproyecto también recoge la reforma total de esta vía , entre la confluencia del Paseo de Arco de Ladrillo con Juan Carlos I y la glorieta de San Agustín. Así, está previsto dotarla de un diseño urbano con la construcción de aceras y de un carril bici segregado. Estas mejoras mantendrán, sin embargo, los dos carriles de circulación por sentido, aunque ajustados a las medidas urbanas y no a las de una carretera nacional.
La reforma incluirá también la colocación de bancos y la plantación de árboles en todo el recorrido, además de mejorar y poner en valor todo el trazado de las Arcas Reales para que se convierta en un paseo para el disfrute de los vallisoletanos. El coste total previsto, túnel incluido, supera los ocho millones de euros.
Este plan forma parte de una serie de intervenciones previstas en las vías de acceso a la ciudad, como el Camino Viejo de Simancas o la carretera de Fuensaldaña con el objetivo de mejorar la estética y funcionalidad de las mismas. En ambas también está previsto actuar con la creación de canales peatonales, carriles bici, plantación de árboles y creación de zonas estanciales allá donde sea posible.
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