La fiscal del caso de la Circular, Carmen Muñoz, durante la sesión de este martes. TSJCYL

La agonía de la víctima del crimen de la Circular se prolongó al menos durante dos horas, según los forenses

juicio con jurado ·

Los peritos concluyen que los golpes, el estrés y la sofocación por la mordaza precipitaron el fallo cardíaco por la patología crónica que sufría

M. J. Pascual

Valladolid

Martes, 9 de noviembre 2021, 15:28

María Aguña estuvo, por lo menos, dos horas agonizando tirada en el pasillo de su piso de la Circular, después de que los tres asaltantes abandonaran su casa precipitadamente sin prestarle auxilio, tras asustarse al oir los dos timbrazos del telefonillo. Y pudo ... haberse salvado si hubiera llegado de inmediato asistencia médica, según han declarado este martes los dos médicos forenses que estuvieron en la escena del crimen y han realizado los informes de la autopsia y de las lesiones que sufrió la víctima del asalto a su vivienda, el 17 de octubre de 2018. La hora de la muerte la sitúan entre las tres de la tarde (los asaltantes se fueron sobre la una y veinte) y las ocho. Su cuerpo fue encontrado al día siguiente.

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A preguntas de la fiscal del caso, Carmen Muñoz, los peritos forenses han explicado que en la escena del crimen apareció el cuerpo de María Aguña boca arriba, con la cabeza envuelta «con múltiples vueltas» en cinta americana y también cubierta la boca con ella, que le tapaba también parte de las fosas nasales. «la cinta estaba muy apretada e indudablemente le dificultaba la respiración», ha señalado la forense. La causa de la muerte, han afirmado, fue la sofocación, el estrés físico y psíquico por los golpes recibidos y una insuficiencia cardíaca aguda.

Hemorragia

La mayoría de las lesiones en la cara y cabeza no fueron letales, ha subrayado su compañero firmante del informe, pero sí muy grave la hemorragia craneal sufrida, probablemente, como resultado de los golpes en la cara y el zarandeo violento. Esa hemorragia hubiera necesitado tratamiento hospitalario de varias semanas.

No obstante, María padecía una patología del corazón que no se trataba, hipertensión, lo que habría precipitado el fallecimiento. «Efectivamente, tenía más papeletas que otra persona con el corazón sano. Pero lo que determina la muerte es la sofocación y el estrés físico y psíquico, ellos son los que precipitan la insuficiencia cardíaca aguda«. Su patología crónica no conllevaba riesgo de muerte súbita, concluyen los peritos. »Una atención sanitaria en ese momento podría haber evitado el fatal desenlace«.

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