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Al principio de curso, la Universidad de Valladolid era una universidad presencial. Tan presencial que solo hacía dos meses que se había creado, a instancias del entonces vicerrector Abel Calle, el Centro de Enseñanza Online, Formación e Innovación Docente de la Universidad de Valladolid (Virtuva). ... La UVA llegaba tarde a la docencia online, mucho más avanzada en otras instituciones, sobre todo en las universidades privadas, y lo hacía con el encargo, según reza la propuesta de creación aprobada entonces, de «crear un centro universitario de servicios que sirva para canalizar la oferta online de la Universidad de Valladolid, integrando la docencia en grados y máster oficiales, la docencia en MOOC (cursos masivos abiertos y online), la docencia en títulos propios, la formación permanente del profesorado y la innovación docente».
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Para comprobar cuál era el grado de «virtualización» de la enseñanza de la UVA solo hay que ir a la oferta de grados y másteres vigente para el próximo curso. Hay un grado semipresencial, el doble de Comercio y Relaciones Laborales que imparten simultáneamente los campus de Palencia y Valladolid. También hay siete másteres semipresenciales y solo dos que son íntegramente en modalidad online, ambos en Valladolid: Ingeniería Informática e Inteligencia de Negocio y Big Data en Entornos Seguros.
Poner en marcha, a partir de aquí y de una tacada todo un sistema de docencia online es un reto mayúsculo, por tanto, que se ha articulado a fuerza de invertir en sistemas y aplicaciones informáticas.
Los profesores han tenido que adaptar todos sus currículos y modos de enseñanza al modo a distancia a través de un campus virtual que hasta ese momento se encontraba bastante infrautilizado, puesto que apenas se utilizaban una pequeña parte de las múltiples opciones que permite, como alojar vídeos o realizar exámenes de diferentes tipos.
La gran prueba para este sistema recién implantado eran los exámenes. Y para evitar problemas de saturación del campus virtual se ha establecido un calendario, previa petición de cada docente, que permite que no haya más de 650 personas examinándose simultáneamente, teniendo en cuenta, según explicó el rector, Antonio Largo, en el Consejo de Gobierno, que permite llegar a 800.
Largo confirmó que se han programado 1.565 exámenes. «De ellos, 272 exámenes se han realizado ya». En 125 de los realizados se han realizado encuestas, cuyos resultados ya se conocen, sobre el funcionamiento de la plataforma, según explicó Largo, «y en el 4% se ha señalado alguna incidencia». El rector calculó que «161 estudiantes sobre 6.300 que se han examinado se han visto afectados en mayor o menor medida. A menudo falsas alarmas o problemas que se resuelven de manera natural».
La secretaria general, Helena Castán, negó que se hayan producido caídas generalizadas o colapsos del sistema. «Ahora mismo me están entrando mensajes que dicen que se ha caído el sistema», comentaba en pleno Consejo de Gobierno. «Pero yo estoy entrando sin ningún problema», apostillaba.
Desde el equipo rectoral de la UVA se lanzó un mensaje al resto de miembros del Consejo de Gobierno para mantener la calma y evitar difundir la sensación de que el sistema se colapsa porque, según reiteró Castán, se debe a situaciones que normalmente se pueden corregir. Puso dos ejemplos. Uno fue el de un examen tipo test que dio problemas y que provocó la queja de los alumnos, que pudieron examinarse sin incidencias horas más tarde, al igual que otro grupo de la misma asignatura, según ha podido confirmar El Norte. Otro ocurrió en una Escuela Técnica porque el programa que se debía utilizar durante el examen solo permite un número determinado de accesos simultáneos y ese parámetro no se había actualizado para adaptarlo a esta situación. «Hemos establecido un protocolo. Los profesores tienen el soporte de los técnicos de informática de los centros. En caso de que el problema no lo puedan resolver, tenemos el Servicio de Tecnologías de la Información y la Comunicación. En tercer caso, acudir al Virtuva», desgranó la secretaria general de la UVA.
Otra de las novedades que se comunicaron, tras su aprobación por el Consejo Social de la UVA, fue la suspensión de la normativa de progreso y permanencia durante este curso y el siguiente. Esta normativa, modificada en 2013, establece el número de convocatorias máximas para aprobar una asignatura o los créditos que se deben superar como mínimo para poder continuar los estudios en la Universidad de Valladolid. «No se aplicarán para el curso 2019-20 ni para el 2020-21 las posibles repercusiones negativas que hayan podido sufrir los estudiantes este curso», señaló el rector, Antonio Largo. César Milano, presidente de la Comisión Académica, señaló que les ha parecido «acertado» suspenderlas «a la vista de lo sucedido» y recordó que, además, la Universidad de Valladolid «está en proceso de modificarlas».
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