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Al primer golpe de vista, el presupuesto de la Universidad de Valladolid crece. 213 millones para el curso 2020-2021, según el esquema presentado en Consejo de Gobierno por la vicerrectora de Economía, Elena Escudero. Al desgranar las cifras, sin embargo, se comprueba que ... la pandemia, en esto, también ha hecho estragos. Porque lo que crece es, simplemente, el capítulo de gastos de personal, obligado porque se consolidan los incrementos pactados y porque la institución está en pleno proceso de rejuvenecimiento de las plantillas. Tanto es el crecimiento en este apartado que la vicerrectora pidió a la Consejería de Educación que garantizara por escrito que se iba a disponer de los recursos necesarios para abonar las nóminas. «Quise tener por escrito confirmación de la Junta de que el capítulo de personal no se iba a ver afectado. El día 28 de abril de 2020 llegó la confirmación de la Consejería por escrito y firmada de que la UVA tiene autorizado un techo de gasto de 143.911.000 euros», señaló Escudero. El año anterior el gasto en este capítulo fue de 138.137.000 euros.
Es prácticamente lo único que mejora en unas tablas económicas que han visto reducirse los ingresos propios por efecto de la pandemia. «Cerramos colegios mayores, cafeterías, agencia de viajes, fotocopiadoras… Sectores que no van a pagar la parte correspondiente de cánones y eso nos ha supuesto una pérdida de ingresos que afecta a presupuesto». Otro ejemplo que puso Elena Escudero fue el del mecenazgo del Banco de Santander. «Nos financia con 2 millones anuales, pero la entidad se puso en contacto con todas las universidades y nos solicitó que un tercio de esa cantidad se verá afectado para formar un fondo CRUE-Santander para ayudar a la investigación».
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Respecto a 2019, bajan tanto las transferencias corrientes para obras como los ingresos previstos por recursos propios. «En 2020 hemos presupuestado recursos propios por valor de 28,16 millones euros, mientras que en 2019 eran 29,23 millones», resumió Escudero. Las obras se quedarán en 8,6 millones de euros, de los que 5 son para la sede Mergelina, cuya rehabilitación está planificada y programada hasta el año 2022. La finalización del edficio de i+D+i en Soria se lleva otro millón y medio. Para todas las demás quedan apenas dos millones que habrá que repartir entre la reforma de la Biblioteca histórica, una actuación urgente en la fachada de Santa Cruz, donde se registraron desprendimientos recientemente, la cubierta de la residencia Reyes Católicos, el campus de Palencia (que tendrá que conformarse con 150.000 euros).
El único capítulo de gastos que crece, al margen del de personal, es el de ayudas. «Consideramos que se debe ayudar al personal y a familias de nuestros estudiantes, aunque tenemos una capacidad muy limitada», justificaba Elena Escudero. En este apartado se incluyen las becas o los programas de asistencia social. La cantidad crece desde los 6,17 a los 6,42 millones de euros, 250.000 euros de más que suponen, advirtió la vicerrectora, «un esfuerzo importante».
José Antonio Salvador, decano de la Facultad de Comercio, preguntó qué ocurrirá si es preciso, al inicio del próximo curso, acometer reformas de calado en las aulas. Y puso un ejemplo que, llevado al extremo, puede suponer un gasto muy relevante. En las aulas de Comercio, como en las de Filosofía y Letras y en otras muchas, las mesas son corridas y fijas, con asientos plegables atornillados. Si es preciso mantener la distancia de seguridad puede ser necesario, en algunos casos, incluso cambiar el mobiliario. La vicerrectora se mostró dispuesta, llegado ese caso, a introducir las modificaciones presupuestarias necesarias para paliar esas contingencias que, a día de hoy, resultan impredecibles hasta no saber qué ocurrirá con la pandemia.
La institución académica, de hecho, baraja tres posibles escenarios de cara al inicio de curso, y se activarán en función de lo que decidan las autoridades sanitarias. Desde intercalar la docencia online con la presencial hasta recuperar por completo la normalidad o tener que quedarse en una situación como la actual, con todos los estudios derivados a un formato online que era prácticamente residual en la Universidad de Valladolid antes de la pandemia.
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