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Aunque no los aparentaba, José Luis Lera cumplió el pasado 11 de mayo 92 años. Sus compañeros acudimos al Suizo, su oficina, a celebrarlo. Fue el último cumpleaños. Ha muerto hoy, sin recuperar su verbo certero y la agudeza de su genio tras una operación ... de cadera.
Periodista y crítico taurino, el niño del colegio del Lourdes que pasó su adolescencia en Palencia, comenzó su vida laboral en Chile, destino lejano para quien el viaje solo tenía sentido en función de la plaza a visitar. Permaneció en el país andino desde 1957 hasta 1963.
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Volvió a Valladolid, su ciudad, a trabajar para la Granja Minaya mientras cursaba por libre los estudios en la Escuela de Periodismo de Madrid. Aficionado a los toros y al teatro, siempre estuvo pendiente de las novedades en ambos campos. Tras algunas colaboraciones, ingresó en El Norte de Castilla en 1976 en la que trabajó hasta su jubilación en 1996. En la redacción del Duque de la Victoria el jefe de Nacional, Internacional y Economía formó el tándem perfecto de corrección, humor y rigor con José Antonio Antón.
A partir de 1983 asumió la crítica taurina en el diario, tarea que también ejerció para la Agencia Efe. Su manera de estar, su prosa y su camaradería le valieron el respeto de la profesión en los cosos de todo el país.
Mantuvo siempre la distancia con diestros y empresarios taurinos lo que no impidió el afecto personal de muchos de ellos. David Luguillano tenía pendiente la inauguración de un rincón en su casa dedicado a José Luis.
Conciliador y social, acudía puntual a su tertulia diaria a última hora de la mañana hasta que las diferencias escindieron al grupo en dos. Desde entonces Lera, que era más de sumar que restar, acudía a ambas en días alternos.
Somos decenas de profesionales los que le debemos saber titular, el conocimiento rudimentario para cortar una crónica taurina, preservar el humor y sobre todo, a pesar de lo criticable que sea el referido, encontrar esa veta que permita concluir «pero es buena gente». Carmina y sus dos hijos pierden marido y padre. Sus amigos de esta casa perdemos al último maestro.
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