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Fachada del Hospital Clínico de Valladolid. En el círculo, el que fuera su jefe de Admisión, José Luis Calvo. El Norte
Adiós a José Luis Calvo, el profesional «de paciencia infinita» que dedicó media vida al Clínico
Obituario

Adiós a José Luis Calvo, el profesional «de paciencia infinita» que dedicó media vida al Clínico

Jefe del Servicio en el hospital vallisoletano durante los últimos 18 años, aunque jubilado desde hacía tres meses, falleció el pasado sábado a los 66 años

Eva Esteban

Valladolid

Martes, 1 de agosto 2023, 13:54

José Luis Calvo Avilés tenía la capacidad de hacer mejor a todo aquel que se acercaba a él. Era algo intrínseco a su forma de ser. No entendía la vida desde otra óptica que no fuera la de la generosidad y predisposición absoluta. En su día a día, con su familia -deja mujer y dos hijas-, pero también en el trabajo. Jefe del Servicio de Admisión del Hospital Clínico Universitario de Valladolid durante los últimos dieciocho años, falleció el pasado sábado, 29 de julio, a los 66 años tras una enfermedad.

Allí, en 'su' Hospital Clínico, donde pasó media vida, «jamás» olvidarán su meticulosidad y cercanía a la hora de tratar con pacientes. El gerente del centro hospitalario, José Antonio Arranz Velasco, asegura que su fallecimiento «es una gran pérdida, un palo muy duro» para todos los que le conocían, pese a llevar jubilado ya prácticamente tres meses. «Era un gran compañero, una persona muy apreciada y querida», rememora Arranz, al tiempo que destaca que «en un trabajo tan difícil como el suyo siempre echaba una mano a todo el mundo que tenía un problema». Tenía una paciencia «infinita».

Tuvo su primera «toma de contacto» con el Clínico hace más de treinta y cinco años, en 1987. Siempre vinculado al área de Admisión, no tardó en dar el salto a la Coordinación y, más tarde, a la Jefatura del Servicio. «Llevaba fundamentalmente los temas de listas de espera», acota el gerente del hospital, mientras insiste en que era «eminentemente práctico y dialogante».

Siempre dispuesto a colaborar con la dirección del centro, no había reunión de cambio de guardia a la que faltara. «A primera hora de la mañana ahí estaba; siempre colaboró con la organización. La verdad es que era un gran compañero», señala José Antonio Arranz.

Su carácter, afable y diligente, con una cercanía «impresionante», le hizo ganarse el cariño de compañeros y pacientes. «La gente le quería mucho, tanto dentro como fuera del hospital. Su jubilación ya supuso una pérdida importante para nosotros, porque era una gran persona y muy buen profesional, y ahora su fallecimiento nos deja devastados», lamenta el gerente del Hospital Clínico.

Familiares, amigos y compañeros de profesión dieron el último adiós a José Luis Calvo Avilés el pasado domingo en el Tanatorio El Salvador. Descanse en paz.

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