Tres meses han sido necesarios para reducir al olvido la histórica fábrica de Lauki, una planta que fue cerrada y desmantelada hace seis años, en la que una máquina con un enorme brazo articulado rematado por una pinza hidráulica está devorando estos días a ... dentelladas la estructura metálica del último símbolo de la marca, como era su nave principal, de veinte metros de altura, en la que aún lucía el logo de la central lechera vallisoletana.
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Las labores de derribo de las instalaciones, que ocupan una superficie de 20.000 metros cuadrados y en las que tenían cabida 8.677 de edificaciones, comenzaron a principios del mes de marzo, tres meses después de que sus propietarios recibieran la licencia municipal para la demolición de cara a la anunciada construcción de un complejo deportivo, pendiente aún del permiso de obras, que contará con 6.000 metros cuadrados de espacio cubierto y otros 14.000 al aire libre.
La demolición de Lauki afronta ahora la recta final una vez reducidas a escombros la mayoría de sus edificaciones y a falta solo de la desaparición completa de su icónica nave principal, algo que ocurrirá en horas, y de la retirada de los escombros.
1956 Nace la Central Lechera Vallisoletana (Lauki).
2004 Lactalis compra Lauki.
2016 La multinacional francesa cierra la planta el 30 de septiembre.
2018 Los tribunales anulan el uso lácteo de los terrenos.
2021 El Ayuntamiento concede la licencia de demolición y se anuncia la construcción de un complejo deportivo.
Nada recordará entonces en los terrenos de la avenida de Santander la historia de este picón de la ciudad que durante sesenta años (1956-2016) acogió la central lechera vallisoletana hasta su adquisición por la multinacional Lactalis en 2004, con una plantilla que superaba los 150 empleados, y su sonado cierre en 2016, con solo 85 operarios (55 de ellos aceptaron su traslado a otras plantas de la marca francesa, 19 fueron despedidos y 19 prejubilados).
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Los carteles de 'Lauki en lucha', que aún lucían las ventanas de sus oficinas, fueron desapareciendo a medida que avanzaban las labores de demolición, que ahora alcanzan ya su fase final con la caída de la última nave y el icónico logo que lucía con vistas al cauce del Esgueva.
La firma Viding promueve ahora la construcción de un complejo deportivo que ocupará los veinte mil metros cuadrados de Lauki, cuyo suelo (ahora de posible uso dotacional 'colectivo deportivo') pertenece aún a Lactalis, que acabó ganando al Ayuntamiento su pulso por intentar mantener el terreno exclusivamente para uso lácteo a través de los tribunales (2018) y que el 29 de diciembre de 2021 recibió el permiso de derribo. El futuro espacio contará con gimnasio y piscinas cubierta y exterior, pistas polideportivas y de pádel y un amplio espacio ajardinado.
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