Un grupo de trabajadores de Bimbo se hace una foto de familia de despedida frente a la factoría este lunes. Carlos Espeso
Cierre

Adiós agridulce de los trabajadores a la planta de Bimbo en Valladolid

Los empleados se despiden de la fábrica con una mezcla de pena, decepción y esperanza, según el destino de cada uno

Lunes, 30 de diciembre 2024, 20:12

Muchos de ellos han acumulado décadas de antigüedad en Bimbo Valladolid. «Aquí hemos dejado la juventud», sentenciaban, de pie junto al torno de acceso a una planta que miraban con tristeza. Años de dedicación, codo con codo con los compañeros, en los que además ... de especializarse en la elaboración de bollería –los famosos donuts, donettes y minibollicaos, entre otros– han forjado amistades para toda la vida. Un oficio y un contacto diario al que la mayoría ha dicho adiós este 30 de diciembre, último día de producción en las instalaciones de la calle Pirita.

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El cierre formal de la fábrica de la multinacional mexicana de la panadería en el polígono San Cristóbal se hará efectivo mañana, coincidiendo con la Nochevieja, pero los 155 trabajadores que componían la plantilla ya no estarán. Por eso, porque sabían que a partir de este lunes dejarían de estar juntos, habían organizado un almuerzo de hermandad a media mañana al que cada uno había aportado algo (empanadas, tortillas, postres caseros...). Y así, como compañeros, han apurado los últimos momentos en el lugar en el que han pasado tanto tiempo.

Ha sido una despedida agridulce, porque las circunstancias de cada uno son distintas. Aquellos que por edad han podido prejubilarse no podían disimular su satisfacción, seguros de que tendrán más tiempo para la familia sin las ataduras del horario laboral. Para el resto el sentimiento era de pena, por perder «un trabajo fijo» que ya dominaban. Los que han elegido el traslado a Medina del Campo o a otro complejo del grupo lo afrontan con la esperanza de adaptarse pronto, mientras que la incertidumbre reina entre los que se han inclinado por el despido ante la imposibilidad de hacer la mudanza. Sin olvidar la decepción general (alguno manifestaba que «nos han engañado como a gilipollas») por el hecho de que Bimbo hubiera escogido para el plan de reindustrialización a una compañía de logística, Martínez Marcos.

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A esto hacía referencia el presidente del Comité de Empresa, Félix Fernández, de CC OO, que reiteraba que «el transporte aquí no ha cuajado» a tenor de las preferencias expresadas por la plantilla, que ha dejado vacantes un tercio de las plazas que se ofrecían. Con el agravante de que la solución decidida para Valladolid ha sido muy distinta de la que acaba de adoptarse en El Verger (Alicante), donde se ha optado por vender a una firma del sector de la alimentación, Graine International. «Eso hubiera sido lo bueno, es lo que dice todo el mundo. Y es que encima, después de casi un año (allí la clausura se produjo el pasado marzo), todavía les dan la posibilidad de recolocarlos y son 200 puestos», lamentaba.

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De ahí que «la gente está deseando terminar ya de una vez», reconocía Fernández, quien apuntaba que en los dos últimos turnos habían estado «sin hacer nada, sin fabricación» y por eso la nota positiva había sido que «por lo menos nos hemos juntado en el comedor a vernos las caras y despedirnos». Las instalaciones han quedado clausuradas en torno a las 19.00 horas, pero la vinculación con la empresa se mantendrá aún unas jornadas. Hasta el 15 de enero se estarán «liquidando las vacaciones que quedan pendientes», detallaba la cabeza visible del Comité, y a partir de entonces «los que han salido tomarán la decisión de apuntarse al paro y buscar empleo», mientras que los que se incorporan a otra factoría de Bimbo Iberia lo harán «el día 20».

María Se traslada a la planta de Bimbo en Medina del Campo (Valladolid)

«El tema de la carretera no me gusta, pero es lo que hay»

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María, trabajadora de Bimbo que se traslada a Medina del Campo. C. E.

Es el caso de María, quien prefiere no facilitar su apellido y en esa fecha retomará la actividad en Medina del Campo después de sopesar todas las posibilidades que tenía a su alcance. En su caso se da la circunstancia de que la Villa de las Ferias no le resulta en absoluto desconocida, al contrario: «Ha dado la casualidad de que yo antes vivía allí y he estado trece años viniendo aquí a trabajar», recordaba.

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A partir de ahora tendrá que hacer el trayecto inverso y sabe bien a lo que se enfrenta. Al hilo de esto, indicaba resignada que «el tema de la carretera no lo tengo asumido, no me gusta, pero es lo que hay», en referencia al medio centenar de kilómetros que la separarán de la capital vallisoletana en cada trayecto, que en invierno se hacen especialmente duros por la niebla y otras inclemencias meteorológicas.

No es extraño que haya sido una decisión difícil, pero a sus 46 años y con sus circunstancias familiares –es madre de «tres niñas» a las que «hay que darlas de comer»– tiene claro que «es lo que toca». Precisamente sus hijas son el motivo de que mantenga el domicilio familiar en la ciudad, porque «son adolescentes y no las quiero sacar de su entorno, que a ellas les gusta y a mi también».

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Nicolás Nieto

Se traslada a la planta de Bimbo en Solares (Cantabria)

«Confío en que también puedan hacerle un hueco a mi hijo»

Nicolás Nieto, que hará la mudanza con destino a Solares. C. E.

El destino de Nicolás Nieto está más lejos, en la localidad cántabra de Solares. «Teníamos ofertadas cuatro plantas y esta no estaba incluida, pero no había ninguna puerta cerrada y pude decantarme por ella», manifestaba «ilusionado». Algo que no le impedía experimentar un punto de «nostalgia por los compañeros con los que has convivido tantísimos años, porque al final somos una familia».

Aún no sabe qué puesto ocupará, pero confía en acomodarse rápidamente teniendo en cuenta que «allí hacen la bollería salada, que es el burguer y el perrito, y lo hemos hecho aquí hace años y conocemos un poquito la producción». «Creo que nos vamos a poder desenvolver sin ningún problema», expresaba.

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No se va solo, sino con sus dos hijos, y espera que el mayor de ellos pueda acompañarle en esta aventura laboral. «Solicité que le cogieran, puesto que ya estaba aquí por ETT, y de momento no me han dado ninguna contestación, pero confío en que la empresa también pueda hacerle un hueco y que podamos ganarnos allí la vida». Tienen «piso buscado y más o menos todo enlazado, pero queda lo más gordo que es hacer la mudanza» después de Reyes: «Yo nunca he salido de Valladolid, es mi primera vez».

Rocío García Ha optado por el despido

«Lo de Martínez Marcos ha sido una desilusión para todos»

Rocío García, en el paro desde este 1 de enero. C. E.

Rocío García se va al paro desde el próximo 1 de enero porque ninguna de las dos alternativas que tenía a su alcance le ha convencido. «Sobre todo lo de Martínez Marcos ha sido una desilusión para todos, cuando se nos ha dicho que eran 30 camioneros» el grueso de la oferta. «Si la gran mayoría no quiere ir a Medina por la distancia, por el miedo a la carretera por las nieblas que hay en Valladolid, ¿cómo te vas a meter a conducir con un camión, a irte a viajes internacionales, que nos dijeron que podía ser?», razonaba.

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Añadía acto seguido que «la verdad es que ha sido un chasco muy grande, porque nosotros pensábamos que la reindustrialización se iba a hacer pensando en los trabajadores. Bimbo siempre dice que es una empresa 'plenamente humana' y no lo ha demostrado, si lo fuera habría buscado algo que sus trabajadores puedan hacer, no unos camiones», zanjaba.

A sus 47 años y después de 26 años en la multinacional, su idea es «buscar trabajo, con mucha ilusión». Y espera encontrarlo «porque hemos demostrado que somos una fábrica productiva, en prevención hemos estado líderes y se ha demostrado que nos ha cerrado por algo organizativo, no porque haya malos trabajadores».

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Javier Villagarcía Ha podido prejubilarse

«Voy a cuidar de mis tres nietos, que son lo mejor que me ha pasado»

Javier Villagarcía, se prejubila con 64 años. C. E.

Muy distinta es la situación de Javier Villagarcía, 'El abuelo', apelativo con el que le conocen sus compañeros «por ser el más viejo» de la factoría. Se prejubila con 64 años cumplidos y de ellos la friolera de 47 cotizados, una posición desde la que admitía que «se ven las cosas de otra manera». Y más teniendo en cuenta que llegó a Bimbo después de casi cuatro décadas como panadero y que el tiempo que ha estado empleado en la planta de la calle Pirita «ha sido calidad de vida» en contraste con su etapa anterior, porque pasó de entrar a las dos de la madrugada a tener «un horario de siete a tres y además con tu fin de semana de descanso, tus puentes, tus vacaciones...».

¿Qué va a hacer cuando estrene 2025 y esté libre de obligaciones laborales? Lo tiene claro. En el primer lugar de la lista está «cuidar de mis tres nietos, dos niñas y un niño de 5, 3 y 2 años, que son lo mejor que me ha pasado. Iré a buscarles a la guardería», pero no será lo único. Tiene previsto además ejercer una de las funciones típicas de quienes han podido acceder a un retiro más que merecido: «Ya tengo controladas las obras de Parquesol que van a comenzar ahora», comentaba con humor.

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Fernando Arias Ha podido prejubilarse

«Después de 26 años aquí me vuelvo a Asturias»

Fernando Arias, que llegó trasladado desde Gijón y se ha enfrentado a otro cierre. C. E.

Para Fernando Arias el cierre de Valladolid «es el segundo» que sufre, puesto que llegó a la ciudad del Pisuerga trasladado desde la fábrica que Grupo Bimbo clausuró en el polígono industrial Bankunión de Gijón. Suma 37 años vinculado a la compañía de los 59 que está a punto de cumplir, y su intención ahora que ha dejado de trabajar es regresar a la tierrina: «Después de 26 años aquí me vuelvo a Asturias. En cuanto se jubile la mujer», manifestaba rotundo.

Cuando se le pregunta si las condiciones han variado mucho respecto a lo que vivió entonces echa la vista atrás y rememora que «era distinto, eran otras leyes, pero también hubo prejubilaciones y traslados aquí. Vinimos trece y quedamos solo dos». Y pone el acento en que «hay gente que se queda tirada, la mayoría de las chicas que hay aquí andan entre 40 y 50 años, y esas quedan mal». Respecto a los que se mueven a Medina del Campo «son ocho horas más una para ir y otra para volver, te metes en diez», y en relación a Martínez Marcos cree que «lo único que hizo fue aprovechar la oportunidad, pero ¿cómo les vas a decir tú a esas mujeres o a los que quedan aquí que con 50 años saquen un carnet para tirarse a la carretera?».

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