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El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), entidad dependiente del Ministerio de Fomento, ha presentado una demanda en un juzgado de la capital contra la empresa que gestiona el alquiler de la nave en la que se encuentra Estación Gourmet, el proyecto gastronómico y de ocio ... que abrió sus puertas en diciembre del 2013 con la intención de potenciar la oferta de restaurantes en una zona cercana a la estación Campo Grande.
De hecho, la nave donde se ubica, con una superficie de 1.448 metros cuadrados, había sido ocupada con anterioridad por Renfe para gestionar su servicio de paquetería Cargo Express.
La demanda judicial contra la mercantil Ideanerka, constituida en Valladolid en abril del 2013 para llevar a cabo este proyecto, se produce por el impago de las rentas fijadas en el contrato suscrito en mayo de ese año con Adif, así como la reclamación de los gastos de electricidad y agua a los que se había comprometido la empresa arrendataria, según se refleja en el documento..
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En concreto, Adif le reclama 99.028 euros correspondientes a los suministros de ambos servicios desde septiembre de 2018, así como los importes del alquiler desde octubre de ese año y hasta junio de 2019. Ha sido el pasado mes de septiembre cuando la sociedad estatal presentó la demanda por impago.
El Juzgado de Primera Instancia número 8 de Valladolid se ha hecho cargo de este juicio verbal por desahucio, y ha emplazado a la sociedad que gestiona los puestos instalados a que consigne en el cuenta del Ministerio de Justicia los casi 100.000 euros, a los que se sumarán los intereses correspondientes.
En su demanda, en la que se aportan las facturas impagadas, Adif rechaza la posibilidad que permite la ley de que la empresa pueda continuar ocupando las instalaciones aunque pagase las cantidades para evitar el desahucio. Y lo justifica en que ha requerido antes mediante burofax a Ideanerka para que pagase la deuda y no lo hizo.
El órgano judicial ha fijado para el próximo 11 de noviembre una comparecencia de las partes, o en caso contrario se procederá al desahucio sin más trámite. De hecho, la letrada de la Administración de Justicia (LAJ) señala el martes 5 de noviembre para el lanzamiento de la de la parte demandada.
Estación Gourmet abrió sus puertas al público el 10 de diciembre de 2013, en plena crisis y con una expectación comercial para impulsar la oferta gastronómica en la ciudad. Su oferta de bares, restaurantes y puestos incluía 31 empresas, entre ellas una docena de fogones en los que se ofrecía lechazo, marisco o crepería. Tras diversas vicisitudes, hoy solo permanecen abiertos seis, aunque el espacio es el mismo.
En el contrato suscrito el 1 de mayo de 2013, entre Adif e Ideanerka, se establecía que ese espacio tenía como fin destinarlo a la actividad del comercio y servicios al pasajero.
Su vigencia era para siete años, por lo que el acuerdo con el Administrador de Infraestructuras no tuvo reparos en facilitar el nuevo uso para una nave que se hallaba seriamente deteriorada.
El acuerdo establecía una renta anual de 37.200 euros desde el primero al cuarto año, y desde el quinto y hasta el final del contrato pasaría a ser de 66.000 euros. Además se señalaba que podrían existir prórrogas del alquiler a partir de abril de 2020 de mutuo acuerdo.
Aunque la deuda que reclama Adif es de 99.028 euros, la sociedad estatal reconoce en su demanda al juzgado que ha tenido que ejecutar la fianza depositada mediante un aval bancario, para compensar parte de la deuda adquirida por Ideanerka S. L.
En el contrato se fijaba que la mercantil debía de depositar una fianza correspondiente que quedó fijada en 66.000 euros. Pese a cobrarlo, este importe no exonera del pago de las rentas.
Con estas premisas, Ideanerka se dispuso a comercializar los espacios interiores, percibiendo un canon inicial de entre 6.000 y 10.000 euros a cada restaurante, bar o puesto, y un alquiler de otros 600 euros al mes. Por su parte Adif permitía las obras de acondicionamiento.
Aunque los inversores indicaron ese año que se iba destinar unos dos millones de euros para acondicionar la instalación, con calefacción, aire acondicionado, aseos, cocinas y servicios de telecomunicaciones, la cantidad se redujo a la mitad.
Según explican fuentes conocedoras de este proyecto, el mismo sí se cuestionó por parte de los anteriores responsables del Ayuntamiento de Valladolid, que presidía Javier León de la Riva.
Respecto a cuál será el futuro de ese espacio próximo a la estación de Renfe, fuentes de Adif han indicado que «cuando dispongamos de la nave, la empresa estudiará qué hacer con ella».
Mientras tanto, el Juzgado de Primera Instancia número 8 ha advertido a los gestores de la empresa Ideanerka S. L. que si no se presentan a la vista anunciada, con su personación previa en el procedimiento, antes del 5 de noviembre, deberán retirar las cosas y enseres de su propiedad, bajo apercibimiento de considerarlas bienes abandonados a todos los efectos, según dice la ley.
En la jornada de ayer, este diario trató de hablar con la dirección de la empresa en el mismo local, pero rehusó responder sobre el proceso judicial de desahucio.
La idea como negocio parecía buena, pero el tiempo (no ha llegado a los seis años de actividad) se ha encargado de resucitar ese 'misterio' de la hostelería que reza que incluso hasta el mejor local, y en un buen emplazamiento, puede llegar a arruinarse.
El proyecto de Estación Gourmet reunía, sin embargo, dos requisitos fundamentales: un espacio céntrico importante, con los 1.448 metros cuadrados, y un tráfico de público entorno a la estación de ferrocarril, que podía convertirse en potenciales clientes para degustar sus excelencias.
De hecho, los inversores, con datos de la propia sociedad estatal (Adif), explicaron hace seis años que por la estación Campo Grande pasaban más de 3,5 millones de viajeros al año. Y además se contaba con 400 plazas de aparcamiento para esos clientes amantes del cordero, las carnes argentinas, los pescados, quesos, excelentes caldos y cervezas tradicionales. Se añadía además el hecho de que la titularidad fuera de Adif, y ello comportaba en 2013 que la nave no pudiera estar sometida a un control más riguroso por parte municipal.
Un cambio en la ley de Ferrocarril, en 2016, dejó de considerar estas viejas instalaciones como una especie de puerto franco, obligando a solicitar las licencias ambientales y de ruidos.
De los 31 establecimientos que inauguraron, ahora solo restan seis que ocupan algunos de los espacios de los anteriores. Ni la idea de convertir en 2015 a Estación Gourmet como sede de los aficionados del Real Valladolid, para ver los partidos, ni los concursos de banderillas, atrajeron a la clientela.
«Los dos primeros años sí que fueron buenos para la caja, pero claro, nos dimos cuenta que los viajeros si van con prisas a coger el tren o llegan, no entran a los restaurantes, porque se van a casa o al puesto de trabajo», explica un exsocio.
La gestión ahora se realiza por un administrador desde Madrid.
«No hay encargado, ni jefe, ni nada. Soy el cocinero que se ocupa de transmitir a la dirección cualquier problema que haya. Es imposible contactar en este momento con el director», responde uno de los empleados de Estación Gourmet, mientras la música suena en los altavoces de un establecimiento, con más de tres metros de altura, cuya calefacción registra facturas, como la de noviembre del 2018, de unos 4.000 euros. Una cantidad que Adif pretende cobrar ya.
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