El acusado de pintar la estatua de Colón de Valladolid: «Esa no es mi letra»
Pablo Fernández se enfrenta a cinco años y tres meses de prisión por delitos contra el patrimonio y por asaltar la sede de Democracia Nacional
Con indicios y sin hechos probados. El juicio contra Pablo Fernández, acusado de pintar de rojo la estatua de Colón el 12 de octubre de ... 2019 y de robo con fuerza en la sede del partido Democracia Nacional, ha quedado visto para sentencia. Indicios, todos ellos, que se basan en unas botas que se ven en un vídeo subido a las redes sociales por el grupo Yescas el mismo día de los hechos, en la caligrafía de la frase escrita en la base del monumento (españolismo es fascismo), al parecer por una persona zurda como el acusado, o en el material que portaba el día de la detención de Pablo Fernández (coincide con el descrito por el delegado de Democracia Nacional, Enrique Lemus, en las dos denuncias que interpuso).
Precisamente, el acusado, que solo ha respondido a las preguntas de su abogado, ha negado los hechos y las pruebas presentadas, como dos matrículas de inscripción (cursos 2016/2017 y 2017/2018) en un centro de estudios con las que la Fiscalía y la acusación particular pretenden acreditar que la persona que escribió en la estatua de Colón era la misma que cumplimentó el formulario de acceso. «Esa no es mi letra», ha declarado el joven de 20 años en el momento de los hechos.



En cambio, para la inspectora de la Brigada de la Policía Científica, la grafía de ambas pruebas, aportadas por el director del centro y de las que se desconoce su custodia, son del mismo autor. «Estoy convencida de que se trata de la misma persona», ha afirmado.
Pablo Fernández, que se enfrenta a penas de cinco años y tres meses de prisión y a unos 15.000 euros de indemnización, fue detenido el 12 de febrero de 2020 tras salir de su domicilio con una bolsa en la que se hallaban banderas de Amanecer Dorado, Democracia Nacional, preconstitucionales... «Tenía ese material, que era de una exhibición, y se lo iba a dar a otra persona», ha declarado el joven.
«Cuando se le detuvo, no explicó por qué llevaba esas banderas», ha añadido un policía de la Brigada de Información, que también ha detallado cómo se investigó a Pablo Fernández para dar con su posible autoría. «Hemos visto que Pablo, con esas botas, ha estado en más actos. En Valladolid, las personas adheridas son escasas. Si lo reducimos a hombres, con el vídeo que subieron y las características de la persona que aparece, podía ser Pablo», ha agregado.
Según el Ministerio Público, la acción del joven venía determinada «no solo por la voluntad de ocasionar desperfectos en el monumento, sino también, en una fecha en que se celebra el Día de la Hispanidad, por denostar públicamente y generar una predisposición contra los valores históricos que el conjunto escultórico representa y, especialmente, contra los ciudadanos que pudieran sentirse identificados».

«No me hicieron caso sobre la limpieza de la estatua»
Un informe pericial que fue «obviado». El conservador y restaurador de Bellas Artes Mariano Nieto, encargado de realizar el presupuesto de «recuperar la figura afectada», ha afirmado en el juicio que «no le hicieron caso». Realizó un presupuesto de 12.705 euros en el que especificaba no emplear agua a presión y detergente , «elementos que se emplearon para la limpieza de la escultura. «El monumento es de piedra o bronce, ahora no creo que haya causado un daño inmediato», ha concluido.
Los trabajos de limpieza de la escultura, efectuados por el Ayuntamiento de Valladolid, ascendieron a 844,52 euros.
El juicio ha estado marcado, en la puerta de la Audiencia de Valladolid, por las protestas de grupos que defienden la absolución de Pablo Fernández y otros, afines a Democracia Nacional, que piden la entrada en prisión del joven. Ambos bandos han estado escoltados por la Policía Nacional hasta la salida del acusado.
Precisamente, Pablo Fernández ha organizado concentraciones la semana pasada en Valladolid para criticar las peticiones de la Fiscalía y la acusación particular. «El contexto en el que se produce esta acción, que tiene una obvia justificación política, está enmarcado en las protestas que en todo el mundo se estaban llevando a cabo contra el colonialismo a través de sus símbolos y personajes más destacados», afirmaba Pablo Fernández el pasado jueves ante la estatua de Colón.
«La Fiscalía no trata de alcanzar justicia, sino de aplicar venganza mediante un castigo ejemplarizante. Las peticiones constituyen una aberración, además de ser absolutamente desproporcionadas si se comparan con algunos casos que estamos viendo recientemente y que se saldan con la total impunidad para corruptos, agresores sexuales, narcotraficantes y delincuentes, empezando por el Rey Emérito», añadía el acusado, que ha calificado el procedimiento como «el juicio político más importante de los últimos años en Valladolid».
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