La primera de las convocatorias del 8-M que ha acogido Valladolid esta mañana, organizada por la Coordinadora de mujeres, ha sido calificada por sus responsables como un «éxito absoluto», después de iniciar una primera marcha a las 0.00 de la noche ... por Filipinos que concitó a unas setenta personas, según asistentes a este encuentro. Numerosas asociaciones integradas en la Coordinadora como CCOO, UGT o Stecyl-i, e independientes como Malva o la Casa Feminista han mostrado que un nutrido grupo de personas, pese a ostentar mensajes, pancartas, banderas y lemas diferentes, pueden marchar juntas con una serie de líneas comunes: la lucha contra la brecha que impide la igualdad real y la denuncia de toda violencia sobre las mujeres.
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«Hemos demostrado que somos una fuerza imparable», ha valorado Olga Hurtado, de la Coordinadora de Mujeres, a la cabeza de la marcha: «La incidencia que ha tenido el feminismo ha servido para instalar la necesidad de una igualdad real, de 50/50, en la sociedad». Una igualdad en derechos, pero también en responsabilidades: «Queremos apelar a esa idea prejuiciosa que dice que odiamos al hombre, queremos que se sume a nosotras en esta lucha y asuma el papel que tiene que desempeñar», declaró mientras la comitiva gritaba la consigna «No nos mires, únete».
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Miguel García Marbán
Álex Sánchez
La lectura del manifiesto, que abogó por una sociedad «libre de violencia», clamó por el «final de las agresiones, humillaciones, marginaciones y exclusiones», llamó al cumplimiento del Pacto de Estado, exigió cambios en el reparto de tareas de cuidados y mayor corresponsabilidad en los hombres, aludió a las necesidades del mundo rural y la existencia de un techo de cristal en la esfera laboral, y concluyó con un sonoro «Nos queremos libres, nos queremos vivas» arropado por un inmenso aplauso de las asistentes.
En Amnistía Internacional, una de las ONG integradas en la Coordinadora, valoró su presidenta autonómica, Ana Victoria Pérez, la necesidad de «luchar por los derechos de las mujeres en campañas contra la trata, que es su forma de violencia más agresiva». Por otra parte, en la Federación de Vecinos Antonio Machado, su presidenta Margarita García incidió en el trabajo que se hacía desde las asociaciones vecinales de los barrios, «que buscan inculcar la igualdad desde pequeños pero también a los más mayores, educando sobre juguetes no sexistas o lo pernicioso de los roles de género».
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Batucadas y lemas entre combativos e ingeniosos como 'Sola, borracha, quiero llegar a casa', 'Hasta las tetas de hacer croquetas, 'Con las hermanas trans, solidaridad', 'Que no tenemos miedo' o 'Luego diréis que somos cinco o seis', entre otros, pusieron la banda sonora a esta llamada matutina, en la que no fueron pocas las voces que lamentaron la falta de unidad con respecto a las compañeras de lucha de la Asamblea 8M, que se manifestarían en el turno de tarde.
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Las más elocuentes fueron las integrantes de la Casa Feminista, que aseguraron que irían a ambas convocatorias: «Tenemos que sentarnos a hablar mucho, mirarnos las unas a las otras y comunicarnos», han aseverado. «Tenemos una lucha conjunta que es contra el machismo y contra el patriarcado». Las mujeres de esta asociación portaban mascarillas violetas para prevenir la dispersión de «una enfermedad mucho peor que el coronavirus».
La manifestación matutina, que arrancó puntual en Fuente Dorada y transcurrió por Plaza Mayor, las calles Santiago y Miguel Íscar hasta volver por López Gómez y la plaza de la Universidad, se dio por concluida en torno a las 13.50 horas en Portugalete, y contó con destacadas presencias del ámbito institucional de la ciudad. El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, calificó la jornada como «un día de siembra para el trabajo que se desarrollará el resto del año». La concejala de Educación, María Victoria Soto, ha valorado que actos como este demuestran que «al feminismo no se le va a parar», y apostó porque futuras reformas apelaran a la abolición de la prostitución y la brecha salarial, dos de las urgencias más apremiantes de la agenda para las mujeres. Soto también quiso pedir «unidad a todas las feministas, en especial frente a una derecha que quiere hacernos retroceder en derechos».
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Por la parte de Izquierda Unida, también hubo numerosas personalidades que se dejaron ver como los concejales Manuel Saravia o María Sánchez, más conciliadora también con respecto a la lucha institucional y la de calle: «No solo son compatibles sino que no tienen sentido la una sin la otra», valoró. Sánchez también se congratuló del éxito de esta manifestación, «que destaca el trabajo que ya se ha hecho durante muchos años y visibiliza el compromiso de la gente joven en temas como este o el ecologismo».
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