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Lejos de ser una moda pasajera está claro que llegaron para quedarse como una alternativa más para moverse por la ciudad. Cada vez son más ... los que se suben al patinete eléctrico como forma de desplazarse cómodamente por Valladolid, pero inevitablemente este incremento de usuarios ha propiciado un «preocupante aumento» de los siniestros viales, tal y como aseguran fuentes policiales. No solo hay más accidentes en los que se ven implicados los usuarios de patinete, también han aumentado las negligencias que cometen, el número de heridos (sobre todo de carácter grave por la falta de estabilidad de estos vehículos) y se ha detectado una mayor presencia de los que están trucados.
Las estadísticas que barajan desde la Unidad de Inspección Central de Guardia de la Policía Local de Valladolid ponen de manifiesto este cambio de tendencia desde el año 2020, cuando ya empezaban a vaticinar la problemática que vendría después. Aquel año, los uniformados intervinieron en 21 accidentes con patinetes implicados, pero solo un año después los siniestros viales se triplicaron para llegar hasta los 59 y desde 2022, cuando se registraron 70, han ido creciendo hasta marcar estadísticas que dan como resultado los 81 accidentes de 2023 y los 112 del conjunto de 2024.
A falta de un censo o registro existente que permita cuantificarlos, el Ayuntamiento de Valladolid cifra en «aproximadamente unos 4.000» los usuarios que hacen uso del patinete de forma ocasional o diaria para transitar por las calles de Valladolid. «Aunque puede que sean incluso más», señala el concejal de Tráfico y Movilidad de Alberto Gutiérrez.
Tanto personal municipal como policial inciden especialmente en «un uso consciente» ante el llamativo incremento de la cantidad de heridos en los últimos tres años. «Muchas veces los modelos de patinetes de uso personal no son muy robustos ni estables y tienen más posibilidad de acabar en accidente», apunta Gutiérrez.
Los accidentes que se saldaron con heridos de carácter leve fueron 44 en 2022 y 38 en los dos años sucesivos. En el caso de los heridos graves fueron trasladados al hospital 18 en 2022; 11 en 2023 y 38 el año pasado. «Es un aumento muy grande, como pasa en los de carácter muy grave, que terminan en la UCI, que han pasado de los 3 de 2022, a los 13 de 2023 y los 10 de este último año», comenta el responsable del grupo policial en el que trabajan una veintena de agentes.
Además destaca la tendencia al alza de los siniestros en los que se ven implicados los usuarios de los VMP «que no resultan heridos o que rechazan ser atendidos por los servicios sanitarios porque no lo consideran necesario. Hemos pasado de 8 en 2022 a 19 y 26 en 2023 y 2024 respectivamente y lo que se produce muchas veces son caídas», apunta.
Son un quebradero de cabeza para los agentes de tráfico, por lo que han puesto el foco en los VMP. «Hemos incrementado la vigilancia a este tipo de vehículos por toda la ciudad con 102 controles en 2022, unos 208 en 2023, y este último año hemos realizado 239», añade el jefe del grupo policial, Alfredo Pérez, quien admite que las «los tiempos avanzan más rápido que las leyes».
Son los usuarios de entre 18 y 40 años los que comprenden el grueso de las denuncias que interponen los agentes cada año y la naturaleza de las sanciones es tan variada como la edad, pero dentro del ranking de las que más se repiten en Valladolid está el hecho de utilizar dispositivos móviles o auriculares mientras se circula en patinete, saltarse semáforos en rojo, no respetar la señalización vial, circular por aceras o por zonas peatonales, transportar un número superior de personas al permitido o no ir lo suficientemente equipado para ser visto por la noche. Conductas que pueden ser sancionadas con hasta 200 euros. «Al no respetar la norma, en consecuencia, las denuncias han crecido de forma exponencial», asegura el jefe del grupo policial. Pasando de las 489 sanciones de 2022, a las 934 denuncias interpuestas en 2023 hasta la mayor escalada que han registrado, 1350 sanciones tramitadas en 2024.
Unas sanciones en las que el consumo de alcohol y drogas a bordo de un patinete no han pasado inadvertidas en los últimos años. Y no con tasas precisamente leves. El último hace apenas dos semanas, cuando un joven de 26 años circulaba de madrugada por la calle Santuario y que fue interceptado por los agentes. El resultado, tras dos pruebas de alcoholemia, fue de 1,20 miligramos por litro de aire espirado. «Nos estamos encontrando con este tipo de situaciones que van en aumento, ya que hemos pasado de 10 denuncias por consumo de alcohol y drogas en 2022 al doble este 2024», apunta Pérez.
La DGT es tajante y castiga estos hechos con multas que varían en función de la gravedad de la infracción. Así, conducir en patinete eléctrico bajo los efectos del alcohol y otras drogas puede acarrear una multa entre 500 y 1.000 euros o de 1.000 euros si se trata de drogas. En caso de dar positivo, además, el patinete quedará inmovilizado, tal y como ocurre con el resto de vehículos. «El año pasado se llevaron al depósito municipal unos 134 vehículos de este tipo», apunta el concejal de Tráfico y Movilidad.
Los agentes han comprobado además el aumento de los VMP trucados que circulan por Valladolid. «Pese a que están diseñados para no alcanzar más de 25 kilómetros por hora, vemos cada vez más trucados y con unas velocidades cada vez mayores. Si hace tiempo el tope lo encontramos en 70 kilómetros por hora, ahora incluso se rebasan esos valores», expone el policía. «Lo denunciamos al carecer de autorización administrativa para conducir porque están usando como VMP algo que está tipificado como vehículo a motor».
La nueva normativa de la DGT aprobada en enero del año pasado, expone que hasta el 22 de enero de 2027 podrán circular todos los patinetes eléctricos, aunque no dispongan de certificado (estos son los comercializados antes de 2024) y, a partir de ese momento solo podrán hacerlo los vehículos de movilidad personal dotados de la correspondiente homologación.
En este sentido y en vista de la «problemática real»que supone el aumento de accidentes y el número creciente de usuarios, el Ayuntamiento de Valladolid quiere mover ficha y agilizar trámites. «Queremos llevar a pleno en el mes de abril una ordenanza que actualmente está en estudio para que se regulen una serie de normas para los usuarios de patinete en la ciudad», señala el concejal de Tráfico y Movilidad.
La idea es incorporar de forma obligatoria cuestiones de seguridad vial como la obligatoriedad del casco, el uso de elementos reflectantes para mejorar la visibilidad de los usuarios y la posesión de un seguro de responsabilidad civil. Junto a estas medidas se expone la idea de crear un registro para tener mayor precisión a la hora de establecer el número de usuarios en una ciudad que, por el momento, dice «no» a la puesta en marcha de empresas de alquiler de este tipo de vehículos de movilidad personal.
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