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Esta noticia tiene dos caras: la positiva es la de los 435.500 vallisoletanos que disfrutan de acceso a Internet ultrarrápido, que suponen el 83,5% de la población y se han visto incrementados en más de seis puntos en el último año; la negativa ... son los 85.500 vecinos de aquellos municipios de la provincia que siguen teniendo que conformarse con velocidades de entre 2 y 30 megas (Mbps) y que representan el 16,5% restante.
La cobertura de las redes de banda ancha ultrarrápida (100 Mbps o más) se elevó en España en cinco puntos porcentuales respecto a 2017, debido al crecimiento de la cobertura de FTTH. Precisamente, según se recoge en el Informe de cobertura de banda ancha 2018, publicado en abril por el Ministerio de Economía y Empresa, en la parte de las redes de acceso fijo la plataforma tecnológica de mayor crecimiento es la de fibra óptica hasta el hogar (FTTH), capaz de ofrecer servicios de más de 100 Mbps y por cuyo despliegue masivo han apostado la mayoría de los operadores de telecomunicaciones de red fija. España dispone de la red FTTH más extensa de Europa, con más de 43 millones de accesos.
El incremento de la cobertura de la banda ancha en Valladolid fue superior a la media del país en 2018, ya que superó los seis puntos porcentuales con respecto al año anterior. También es mayor el porcentaje de población con acceso a esos 100 megas, ya que el promedio del conjunto de España se sitúa en el 80,8%.
El resto de alcances de cobertura son como siguen: el 86,25% de los habitantes de la provincia reciben al menos 30 megas (85% de media nacional); el 95,19% tiene cobertura de 10 megas (92,5% en España); y el 99,67% de la población tiene dos Mbps o más, lo que sitúa a Valladolid como la tercera provincia de España con mayor cuota en este tramo, solo por detrás de Madrid y Murcia (97,59% media nacional).
La velocidad de conexión se ha convertido en uno de los ejemplos más paradigmáticos de la discriminación que sufren los pueblos del interior peninsular, que acaba por traducirse en despoblación y abandono del mundo rural. Según el balance del año pasado, más de 15.000 vecinos de 94 municipios vallisoletanos todavía sufren conexiones a Internet de menos de dos megas.
Con los trabajos en curso, el año que viene se prevé que el 98% y el 89% de la población española tendrá acceso a una cobertura de más de 30 Mbps y 100 Mbps, respectivamente.
Mayor certeza tienen los vecinos de las seis localidades vallisoletanas que han entrado en el programa WiFi4EU de la Unión Europea (510 en toda España, de los que 93 son de Castilla y León). La semana pasada se enteraron de que recibirán una ayuda de 15.000 euros para financiar la instalación de conexiones wi-fi gratuitas en espacios públicos como plazas, parques, bibliotecas y centros de salud. Se trata de Alaejos, Fresno el Viejo, Matapozuelos, Medina del Campo, Valoria la Buena y Pedrajas de San Esteban.
Con datos del cierre del año pasado, la plataforma tecnológica con mayor cobertura en el país sigue siendo la de acceso móvil 3,5G, que alcanza a la práctica totalidad de los hogares españoles, con velocidades de pico de hasta 21 Mbps.
De forma simultánea, la velocidad de las redes de acceso móvil se está viendo incrementada con la siguiente generación, la 4G, así como su cobertura gracias a la reutilización de las infraestructuras existentes y a la disponibilidad de la banda de frecuencias de 800 MHz, tras la liberación del dividendo digital. El 4G alcanza ya al 99,5% de la población, dos puntos porcentuales más respecto al año anterior. En Valladolid llega al 98,4%, cuatro puntos más que en 2017.
En cualquier caso, además de tener velocidad de conexión hay que tener interés por conectarse. Según las últimas Encuestas sobre equipamiento y uso de tecnologías en los hogares del INE, la comunidad autónoma está estancada entre las de menor población usuaria de Internet. En concreto lleva tres años cuarta por la cola en la tabla autonómica, con un 17,5% de personas que declaran no haber utilizado Internet en los últimos tres meses, tres puntos y medio por encima de la media nacional.
RUBÉN V, JUSTO
En Valladolid «la brecha digital existe y se nota mucho, las personas mayores comienzan a preguntarse cómo utilizar el 'smartphone' e Internet», explica Francisco Javier López, el subdirector de la Asociación de Voluntarios Mayores de Castilla y León (Avomacyl). La media de edad de la ciudad es de 47 años y presenta una ruptura generacional en la que el auge de Internet es causa de división. Avomacyl es un colectivo en el que voluntarios de más de 60 años apoyan a otros mayores que deciden adaptarse al nuevo entorno. «Como todo avanza tan rápido, hemos visto una necesidad. A veces la mejor manera para aprender a utilizar las herramientas digitales es enseñando a los demás», reconoce.
Los mayores de Valladolid tienen ganas de aprender. ¿Por curiosidad? ¿Por supervivencia? López expone que también existe el deseo de cambiar una situación de soledad. Muchos viven sin nadie y necesitan aprender a comunicarse con su familia, a veces fuera de la ciudad. «Hay un porcentaje del 15% más o menos que quiere aprender a relacionarse a través de las videollamadas porque se sienten solos y quieren ver a sus niños a través del ordenador», describe.
En el último año, 3.543 mayores de 60 años participaron en los 138 talleres de informática que se impartieron. Muchas horas -concretamente 4.287- en las que los interesados aprendieron a realizar presentaciones en 'powerpoint', editar fotografías con 'photoshop', realizar vídeos con 'movie maker' o publicar 'posts' en Faceebook o Instagram.
José Ceruelo ha participado en los cursos de formación de Avomacyl. Opina que «las nuevas tecnologías se imponen» y por ello es «necesario actualizarse». Este vallisoletano sostiene que aportan «comodidad y rapidez»: «Si a través de Internet puedes pedir una cita a la Seguridad Social o apuntar a tu nieto a los campus de verano de la Fundación Municipal de Deportes, ¿para qué vas a moverte de casa?», razona. «E Internet puedes encontrar información que te puede facilitar el día a día».
Ceruelo, no obstante, no es muy partidario de redes sociales como Facebook e Instagram. «He hecho algún curso pero todavía no estoy muy familiarizado. A lo mejor me equivoco pero no lo veo muy necesario». Sí ve positivo el uso de WhatsApp: «Antes pedíamos ayuda a nuestros nietos, pero ahora nos defendemos», presume. Él lo tiene claro: «Deberíamos ser capaces de vivir sin la tecnología. Pero cuando te metes en este mundo, y sales a la calle sin móvil, te sientes incomunicado. Hace 30 años no lo utilizábamos y vivíamos bien. Creo que deberíamos buscar un término medio», argumenta.
Los jóvenes parecen adaptarse rápidamente a los avances tecnológicos. Todo parece fácil. ¿Publicar una 'story' en Instagram? Fácil. ¿Un comentario en Facebook? Fácil. ¿Una videollamada? Venga ya... Sin embargo, tal y cómo evidencia el vicepresidente de Avomacyl, los pasos a seguir no san tan obvios para los individuos de mayor edad. Entonces... ¿Cómo saber si eres competente digitalmente?
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