Valladolid

Abierta a los peatones una acera en San Nicolás mientras se remata el derribo del edificio

No obstante, la circulación de vehículos en la calle Puente Mayor, desde Conde de Benavente hasta la desembocadura con Mirabel (tramo que coincide con la plaza), permanecerá vedada una semana más hasta que concluyan las tareas de desescombro, de las que ya se ha ejecutado cerca del 70%, según la información facilitada este viernes por los responsables de las empresas Mongil e Imesapi.

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Durante estos días, una pala retroexcavadora ha permitido agilizar el tajo al retirar con ella las partes más centrales del inmueble. De la fachada principal ya solo queda en pie la estructura de la planta de calle y ahora continúa, de nuevo a mano y desde una cesta-grúa, el derribo de la envolvente trasera, una intervención delicada para que la pared no se derrumbe hacia el patio de luces en el que se sitúa también la cubierta del aparcamiento del número 3 de San Nicolás. Parte de ese estacionamiento sigue perimetrada y sin coches en el primer sótano por precaución.

Dos operarios con sendas pértigas de hierro van deshaciendo esa parte trasera con sumo cuidado para que el escombro caiga hacia el interior el edificio. Las empresas que intervienen en esta operación estiman que espacio será un solar en siete días como máximo. El coste de estos trabajos ronda los 300.000 euros, un dinero que el Ayuntamiento ha adelantado al llevar a cabo la obra por ejecución subsidiaria y ahora tiene que iniciar los trámites para cobrarle esos gastos a la propiedad, una sociedad de herederos de la que fuera la antigua dueña del edificio, que cuenta con más inmuebles en la ciudad, algunos de ellos también en avanzado estado de deterioro, según desveló Urbanismo hace dos semanas.

Según se ha explicado desde la Concejalía, en el expediente municipal se ha recogido la obligación de que la futura construcción que ocupe el terreno resultante tendrá que recrear la estética de la fachada del edificio derribado, ya que estaba catalogada en el Plan General. En un principio, los técnicos valoraron la opción de asegurarla con un andamio de arriostramiento para mantenerla en pie, pero el avanzado estado de deterioro de la edificación lo hacía inviable.

El derribo total del numero 1 de la plaza de San Nicolás pondrá fin a un rosario de requerimientos a la propiedad por parte de la Concejalía de Urbanismo para que afrontara la demolición y que nunca ha llegado a atender. Fue el fin de semana del 11 de enero cuando tras la caída de cascotes de gran tamaño a la vía pública Bomberos y Policía Municipal procedieron a acordonar la zona ante el riesgo de derrumbe inminente de la finca. Al día siguiente, los técnicos municipales y el propio responsable del área, el edil Ignacio Zarandona, analizaron la situación y decidieron acometer la obra de derribo de manera urgente.