![Salida de la marcha contra el cáncer de este domingo en Valladolid.](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/201910/27/media/cortadas/Marcha-Cancer-U30168410172ZjD-U90518260014KRC-624x385@El%20Norte-ElNorte.jpg)
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La trinchera que los vallisoletanos han construido contra el cáncer es cada vez más grande, más férrea, más multitudinaria. La batalla contra la enfermedad tiene en Valladolid uno de sus principales frentes sociales y este domingo por la mañana se volvió a demostrar en las calles, alfombradas con el verde de miles de camisetas, millones de veces besadas por los pasos de las más de 58.000 personas que participaron en la octava edición de la marcha solidaria organizada por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). El objetivo: recaudar fondos para financiar el proyecto de la doctora Irene Ferrer, que investiga medidas eficaces de tratamiento para los tumores pulmonares.
El color verde de las camisetas de la AECC ha inundado las principales calles de Valladolid desde primera hora de la mañana (aquí puedes ver las galerías de fotos).
La inscripción previa ya había certificado el récord:el sábado se alcanzaron los 56.478 dorsales, una cifra que superaba los 54.287 del año pasado (y que queda muy lejos de los 6.500 participantes de la primera marcha, allá por 2011). Si se añaden las inscripciones de última hora, y aunque la AECC no ha ofrecido el dato concreto (ya que hay dorsales que no se entregan por orden, al haber varios puntos de inscripción), la cifra total de asistentes a la marcha superó las 58.000 personas, según los cálculos de la organización.
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Un récord absoluto que sitúa a la cita de Valladolid como la caminata contra el cáncer más numerosa de toda España. Por ejemplo, la de marzo en Madrid reunió a 18.500 participantes. La semana pasada hubo 12.000 corredores en Valencia. Zaragoza congregó en junio a 2.400 personas. Frente a ellas, los 58.000 de ayer en Valladolid.O sea, participó uno de cada nueve vecinos empadronados en la provincia... Porque hasta la capital se desplazaron autobuses y delegaciones (con pancartas incluidas) de Simancas, Medina de Rioseco, Peñafiel, Tudela de Duero, Tordesillas...
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De La Cistérniga llegaron Lilu, Amparo, Rocío y Yolanda.Cuatro amigas con dorsales del 3.966 al 3.969. «Es impresionante lo que se siente al volver a la marcha.Yo he participado varias veces y el año pasado no pude venir porque me diagnosticaron cáncer de páncreas. Casi no me dio tiempo ni a pensarlo. Al poco de decirme que lo tenía, me operaron. Y hoy estoy aquí. Otra vez. Vengo por mí, por quienes han pasado el cáncer y por quienes lo tendrán en el futuro. Porque ninguno estamos libres», asegura Yolanda.
María del Mar (dorsal 5.811) lleva una cartulina con un imperdible en la mochila. Dice 'Va por ti'. En realidad, por vosotros. «Tengo a tres familiares con cáncer (de colon, linfático, de estómago) y a un amigo, de lengua». Marta (25.243) insiste: «Todo el mundo tenemos a un conocido que tiene que hacer frente al cáncer. Es imposible que no tengas a alguien cerca de ti, cuando no eres tú mismo. Y cuando ves que toda una ciudad se une por todas esas personas, es muy emocionante».
El año pasado, 3.426 vallisoletanos recibieron la noticia de que padecían un cáncer. En 2018, 1.440 fallecieron en la provincia por esta enfermedad (sobre todo, pulmón y colorrectal).
Grandes letras justo debajo de la línea de salida le pone palabras al sentimiento común: «Si luchas contra el cáncer, nos tienes aquí». El mensaje se repite en los miles de globos verdes que acompañan a los andarines: «Juntos contra el cáncer». Y también puede leerse en los cartelones que se repartían en la zona de 'photocall': «Hoy he corrido por ti». O en las pancartas desplegadas por varios de los participantes.
Luna (10 años) ha hecho una a escondidas, para que no se enteren en casa, y la ha colocado justo en la línea de meta, para sorprender a su madre, Raquel.Con letras mayúsculas de diferentes colores dice: «Si piensas que puedes, podrás. Te queremos». «Mi madre antes no podía correr. Tenía problemas en la espalda y un inicio de cáncer de mama. Otros años ha hecho la marcha andando y para ella era un reto terminarla corriendo», cuenta Luna. No pudo esconder la sonrisa al ver a su madre llegar. Raquel no pudo esconder las lágrimas al descubrir la sorpresa de su hija.
Unos metros más allá, voluntarios de la AECC repartían botellines de agua y manzanas entre los participantes que llegaban al final de los cinco kilómetros de recorrido. El primero en hacerlo (al igual que el año pasado) fue Marco Leonardo Gutiérrez (dorsal 50.949). Cubrió el recorrido en 16 minutos y 39 segundos (38 segundos menos que en la edición de 2018).
«Para mí es muy importante esta carrera porque puedo demostrar mi amor por el atletismo y apoyar una causa tan importante. Mi abuela tuvo cáncer de colon y se recuperó, salió del paso». El segundo más rápido: Luis Fernando Alaejos (50.948). «Mi abuelo, Manuel Alaejos, falleció hace dos años de cáncer, con metástasis en la cadera. Para mí ha sido siempre un ejemplo a seguir. Me he propuesto seguir sus huellas. Y esta es la mejor forma de recordarlo», dice Luis Fernando.
Como él, decenas de personas señalaban al cielo al concluir un trayecto «que es demostración de esperanza». Porque al final, junto al recuerdo de los seres queridos y desgraciadamente perdidos, la marcha contra el cáncer es «una fiesta en la que celebramos la fortaleza de la investigación, la posibilidad que tenemos de mejorar la calidad y la esperanza de vida de los pacientes con cáncer», asegura Patricia Nieto (dorsal 1.869), gestora de proyectos de investigación de la AECC. El año pasado, la marcha vallisoletana recaudó 270.000 euros. Este año, a falta del recuento final, estará cerca de los 300.000.
«Sin actos como este, seguramente yo no podría estar investigando contra el cáncer de mama», dice Lara Sanoguera (12.295), joven investigadora del Instituto de Biología y Genética Molecular(IBGM) ybeneficiaria de una beca predoctoral. «Es una barbaridad la cantidad de gente implicada con la investigación», añade su colega Cristina Mancebo (dorsal 11.155). «Es difícil encontrar palabras para agradecer todo el apoyo de los vallisoletanos. Después de tanta gente en la calle, de este respaldo, el sentido de responsabilidad que tenemos en la Asociación Española contra el Cáncer es enorme. Y parece que la marcha no tiene límites», asegura Francisco Javier Arroyo, presidente de la sede provincial de la AECC.
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