«No me mueve el rencor ni la revancha, siempre camino hacia adelante»

En el año 2019, los socios de Acor quisieron un cambio de rumbo en la forma de dirigir nuestra cooperativa, cuando llevábamos casi 20 años con el mismo presidente y vicepresidente. Después de dos años y medio de reajustes y reorganización de la empresa, así como de conocer con detalle los verdaderos problemas que lastran nuestra economía, estamos en condiciones de asegurar la viabilidad económica de Acor, siempre y cuando se mantenga el cultivo de remolacha. Para nosotros, la rentabilidad del socio es lo primero y urge poner a Acor en positivo, para poder complementar el precio de la remolacha de nuestros socios.

–Destaque tres líneas maestras de su programa

Nuestras líneas se pueden resumir en ajustes y austeridad; no se puede mantener Acor como funcionaba en los años de grandes benéficos del azúcar. Tras los ajustes realizados, la línea a seguir debe ser austeridad en el gasto, modernización y tecnificación con el fin de conseguir una mayor eficiencia y productividad. La inversión debe ser en proyectos seguros y sin riesgo para la cooperativa: la base productiva que supone contar con 4.500 explotaciones nos da la posibilidad de estudiar y sondear nuevos proyectos y colaboraciones con otras empresas del sector agroalimentario. Las malas inversiones realizadas en los años pasados son la causa de nuestra situación actual. Apostamos por el refuerzo del Servicio Agronómico, la transparencia e información puntual al socio, que requiere asesoramiento técnico que, en ocasiones, puede no haber llegado debidamente.

–Con tres candidaturas, el riesgo que se corre es que el voto esté muy dividido y que el ganador no tenga un respaldo contundente. En ese caso, ¿sería factible llevar a cabo el programa planteado? ¿Contempla pactos?

A los hechos me remito, hemos trabajado duro enfrentándonos a una situación crítica y sin ningún apoyo del equipo anterior, sin un relevo y con dificultades internas, y aun así hemos sido capaces de revertir la situación económica y de cumplir lo que prometimos. Solo nos mueve el interés de la cooperativa y del socio. Me comprometí en la última asamblea a ayudar al ganador de las elecciones y a hacer una transición ordenada. Y además, a dejarle trabajar, todo lo contrario a lo que han hecho ellos con nosotros.

– ¿Cómo se reconducen dos años de divisiones?

Trabajando por los intereses de los socios con la gente que aporta ideas y está dispuesta a seguir colaborando. Nunca lo hemos dejado de hacer. Y dando información al socio, algo que la pandemia y las presiones nos ha impedido llevar a cabo. Además, tendiendo la mano al que no piensa como yo. Las divisiones, en muchas ocasiones, se producen cuando priman intereses personales sobre los generales. Por eso hemos tenido la valentía de convocar elecciones generales cuando podíamos haberlo hecho solo para renovar a los cargos vacantes. Queremos que el socio vuelva a hablar y a elegir candidaturas sólidas. No me mueve el rencor ni la revancha. Siempre camino hacia adelante.

–¿Qué espera del futuro de la cooperativa y del cultivo de la remolacha?

Soy muy optimista. Los socios siguen mejorando la producción por hectárea, la cooperativa está mejorando el rendimiento fabril y España es deficitaria en azúcar. La remolacha seguirá siendo un cultivo estratégico porque cumple los requisitos de sostenibilidad y lucha contra el cambio climático. La PAC nos va a garantizar esa ayuda que necesitamos. Ahora ya no podemos parar. Tenemos muchos proyectos urgentes y necesarios, a coste cero.