La única alternativa al azúcar realmente saludable para endulzar el café

Si a tu rutina de café matutino le añades también de manera cotidiana un par (o más) de cucharadas de azúcar, te interesa leer esto. Y si aún eres de los que tira de sacarina para darle un sabor más dulce porque piensas que es más sano, también. Lo cierto es que los edulcorantes como la estevia, la sacarina, el ciclamato, la sucralosa o el aspatamo son opciones recurrentes porque se esconden bajo el título de sustitutivos saludables, pero nada más lejos de la realidad.

Aunque es cierto que no aportan calorías al café, no quiere decir que sea sano consumirlo de manera habitual. De hecho, la Organización Mundial de la Salud no ha encontrado evidencias significativas de que estos compuestos tengan efectos beneficiosos en la salud. Una aclaración apoyada por un estudio de la Universidad Purdue que destaca que «hasta ahora la ciencia está mostrando que los sustitutos del azúcar realmente no ayudan mucho y que las personas que los consumen a largo plazo terminan con resultados menos saludables que las personas que no los usan».

Existe una alternativa saludable al azúcar para endulzar el café. La canela es la opción más accesible y económica para conseguir ocultar el amargo sabor del café puro. Aunque la miel, por ejemplo, es otra de las alternativas comúnmente conocidas lo cierto es que la que se vende en el supermercado a menudo no es miel 100% y la que sí lo es, tiene un precio elevado.

La canela, por tanto, sería un buen sustitutivo que contribuye además a mejorar la digestión. De hecho, en distintos estudios se ha confirmado que consumir un cuarto de cucharada de canela al día con la comida, -o el café-, acelera hasta veinte veces el metabolismo.

Sin embargo, el paso final al que debemos llegar es a evitar endulzar las comidas o en este caso, el café. Cuando sumamos dulzor a los alimentos, el paladar se acostumbra a ese sabor artificial y aumenta la dependencia al dulce. Una alternativa saludable es optar por bebidas vegetales sin azúcar, pero que por su composición tienen un sabor más dulce que la leche tradicional de vaca.