El superalimento que tenemos en casa y que ayuda a combatir los dolores

Desplazado por los nuevos alimentos, el garbanzo es uno de los grandes olvidados en las despensas más 'healthy' a pesar de su antigüedad en las dietas. Sin embargo, por sus propiedades nutricionales entra dentro de la etiqueta de los 'superalimentos'. Una especie de toda la vida que cumple con las tres 'B' de la calidad: bueno, bonito y barato. Bueno por ser ricos en hidratos de carbono y proteínas con una importante cantidad de fibra, bonito porque a este alimento debemos el mítico cocido y barato porque dentro de esta categoría tan extensa es uno de las opciones más económicas: hasta 0,60€ más barato que, por ejemplo, la quinoa.

A nivel nutricional, no tiene un pero. Un alimento sensiblemente completo que, además de contar con una elevada carga calórica y un escaso fondo de grasas saturadas, destaca por los altos niveles de vitaminas, fibra y proteína que contiene. Sin embargo, esta legumbre se lleva el broche de oro por ser una fuente destacable de hidratos de carbono de absorción lenta que producen una asimilación gradual de la glucosa. Esto evita el desequilibrio de los niveles de azúcar y una mayor energía.

Además, el alto nivel en minerales es también una de las propiedades más destacables. El hierro, el fósforo y el magnesio contribuyen a la formación de hemoglobina y calcio, y permite, por tanto, ejecutar una función antiinflamatoria y protege contra ante las infecciones. Destaca también por ser especialmente rico en vitaminas B1, B6 y ácido fólico.

Rico en carbohidratos y proteínas, se convierten en un recurso especialmente válido para superar el cansancio. Válido tanto para niños, adolescentes, adultos o incluso deportistas, este 'superalimento' se sitúa en el pódium de las legumbres. Además, el fósforo y el magnesio son grandes aliados en los momentos de tensión y estrés que combinados con el alto contenido en vitaminas del grupo B, se consigue alcanzar una regulación del sistema nervioso.

Alto nivel de potasio y bajo nivel de sodio es la combinación ganadora para favorecer la diuresis o expulsión de la orina. Un beneficio especialmente importante en casos de hipertensión arterial, piedras en el riñón o para eliminar un exceso de ácido úrico. Así, consigue aliviar también la retención de líquidos gracias al efecto diurético que provoca.

Un arma potente contra el estreñimiento por sus altos niveles en fibra. Este componente ayuda a las funciones del intestino y combate contra los parásitos intestinales. Además, reduce la inflamación abdominal y ayuda a que tu cuerpo absorba todos los nutrientes de la comida. Frente a la quinoa, los garbanzos tienen diez gramos más de fibra que la quinoa, por lo que comparándolo con este otro gran superalimento, la balanza se pone del lado del garbanzo en la batalla intestinal.

El garbanzo contiene antioxidantes, como el zinc, el selenio o el omega-6 que ayuda al rejuvenecimiento de la piel. Una dosis extra de ácido graso que mejora la salud cutánea y mantiene a raya la formación de arrugas y líneas de expresión. Esta legumbre, además, contiene molibdeno que elimina los sulfitos para tener un 'efecto desintoxicante' sobre la piel.

Los garbanzos ayudan a prevenir las enfermedades cardiovasculares. Las únicas grasas que tienen los garbanzos son los ácidos grasos omega 3 y precisamente eso es lo que ayuda a proteger el corazón y reducir cualquier inflamación que se pueda presentar. Además, esta legumbre dificulta la absorción de colesterol en nuestro cuerpo lo que evita las obstrucciones.

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