Aunque en España ya han desaparecido de tiendas y bares los instrumentos de plástico de un solo uso, lo cierto es que seguimos introduciendo en nuestro organismo millones de microplásticos cada día. De hecho, ingerimos una tarjeta de crédito de plástico cada semana. Respiramos, comemos y bebemos estas peligrosas partículas que se encuentran por todas partes en nuestra vida cotidiana. Los expertos aseguran que los bebés alimentados con biberones de plástico tragan millones de microplásticos cada día. ¿Cómo podemos parar esto?
Publicidad
Aunque por desgracia es casi imposible escapar de los microplásticos, para empezar podemos dejar de comprar agua embotellada. Estos envases, realizados normalmente con plástico PET (llevan las siglas y una marca con el número1 en la base), pasan inevitable partículas al agua (y a otras bebidas). Por ello, lo ideal es consumir agua del grifo filtrada de microplásticos (muchos filtros del mercado aportan esta opción). Además, hay que recordar que las botellas de plástico PET no deben reutilizarse nunca, ya que puede ser peligroso para la salud. También conlleva un riesgo importante que estén expuestas a altas temperaturas. Al consumir agua filtrada evitaremos los microplásticos en nuestro cuerpo y ayudaremos a luchar contra la invasión de plástico en la naturaleza al generar menos en nuestra basura diaria. Para llevar fuera de casa, lo mejor es utilizar botellas de cristal o de acero inoxidable, que conservan durante más tiempo el frío y el calor.
Los amantes del té también tienen que tener cuidado con los microplásticos. Aunque el té es un producto natural, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) advierte de que cuando se encuentra empaquetado en bolsitas de formato 'pirámide' puede contener una alta concentración de microplásticos. Lo mejor es adquirir el té y otras infusiones a granel, ya que también las bolsitas comunes contienen plástico, aunque en menor medida.
Noticias Relacionadas
Rebeca Alonso
No solo nos bebemos los microplásticos, sino que también pueden pasar a la comida a través, por ejemplo, de los envoltorios, por lo que es recomendable adquirir alimentos que no lleven protecciones de plástico. Además, los productos de cosmética (incluidos los protectores solares) liberan millones de microplásticos (y otras sustancias tóxicas y contaminantes) que acaban en nuestra piel o en el desagüe y, por consiguiente, en la naturaleza. En este sentido, la opción más recomendable es pasarse a la cosmética ecológica que emplea ingredientes suaves y respetuosos y, a ser posible, utilizar pastillas de jabón natural porque no emplean el plástico en su envase. La colada también contribuye a esta invasión plástica: el 35% de los microplásticos que se encuentran en el mar proviene del agua de las lavadoras y 700.000 fibras en forma de microplásticos se pueden liberar en cada ciclo de lavado, según asegura la OCU. Para lucha contra este problema, lo más recomendable es comprar ropa elaborada con tejidos naturales (y orgánico, a ser posible) y tintada con tintes naturales o, al menos certificada con el estándar oeko tex, así como utilizar detergentes ecológicos y en formatos libres de plásticos como por ejemplo las escamas.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Te puede interesar
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.