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Crujirse los nudillos implica explotar unas bolsas de gas que se encuentran dentro de un líquido que ayuda a lubricar las articulaciones. Con el paso de los años y el desgaste, se producen dolores habituales que no son provocadas por ese famoso chasquido. Varios estudios aseguran que esta práctica no afecta en absoluto a futuras enfermedades crónicas como la artritis, pero tampoco afirman que sea beneficioso para la salud.
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Cuando se acude a un profesional, el crujido que realiza para recomponer el cuerpo sí es beneficioso, ya que ayuda a mejorar la movilidad y reducir la presión. Por el contrario, pese a no causar problemas graves de salud, chascar las articulaciones como un tic de origen nervioso es motivo de ponerse en manos de un profesional para controlar esa ansiedad y recurrir a otro tipo de alivio.
Realizar ejercicio físico a nivel principiante al menos tres veces por semana.
Evitar actividades de gran impacto.
Realizar estiramientos musculares.
Elevar la ingesta de productos altos en calcio y vitamina D.
Los chasquidos que se pueden oir las produce las bolsas de gas al explotar dentro de la cápsula de líquido sinovial que hay entre cualquier articulación del cuerpo humano, por eso no se pueden chascar dos veces seguidas. Este líquido lubrica nuestras articulaciones para que funcionen con normalidad. Con la edad o el exceso de uso, este líquido disminuye, las articulaciones se desgastan, y provocan dolores articulares habituales a partir de la tercera edad como el de rodilla, cadera o tobillos que son las articulaciones que más trabajan a lo largo de nuestras vidas.
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