Golpes de calor: síntomas y cómo combatir las altas temperaturas

Si bien todos debemos seguir ciertas recomendaciones, las personas mayores de 65 años corren más riesgo de sufrir un golpe de calor tal y como asegura la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). Este trastorno provoca un aumento de la temperatura del cuerpo cuando este alcanza los 40 º o más, lo que provoca que nos deshidratemos, suframos naúseas y vómitos, fiebre, o en casos extremos, la posibilidad de desamayarnos y tener convulsiones.

No obstante, antes de llegar a esos extremos, existen ciertos síntomas que nos alertan de la posibilidad de estar sufriendo un golpe de calor. La Clínica de la Universidad de Navarra, informa de que antes de desmayarnos, por lo general podemos tener la sensación de agotamiento, dolor de cabeza, una respiración acelerada y dolores musculares que derivan en calambres. En estos casos, lo primordial es resguardarse del calor, hidratarnos correctamente y asegurarnos de mantenernos frescos y protegidos del sol. Además de conocer los síntomas de aviso, es importante tomar medidas de prevención ante el calor, sobre todo, en las horas donde las temperaturas son más altas.

Como es habitual, en verano pasamos mucho más tiempo al aire libre, ya sea para tomar el sol en playas o piscinas o para aprovechar el buen tiempo y practicar deporte. No obstante y sobre todo en aquellas semanas donde las temperaturas son extremadamente altas, debemos evitar la exposición directa al sol, principalmente en las horas centrales del día. Si deseas hacer deporte, procura que sea a primera o a última hora, manteniéndote siempre bien hidratado y utilizando cremas de protección solar y accesorios para protegerte del sol como gorras o gafas.

Lugares donde apenas corre el aire como puede ser un vehículo son peligrosos en esta época del año. La Policía Nacional asegura que, con una temperatura ambiental de 39º, nuestro coche puede alcanzar los 70º en algunas zonas del interior. Por tanto, evita siempre dejar a los niños o animales dentro aunque sea por poco tiempo.

Por lo general conviene vestir en estos meses con ropa ligera y que tenga colores claros. Esto se debe a que reflejan más luz que los colores oscuros, motivo por el que desprenden menos calor. A la hora de hacer deporte, procura también utilizar ropa deportiva transpirable, ya que el tejido que se emplea en estas prendas absorve la humedad y hace que nuestro cuerpo no se someta a altos niveles de temperatura.

Mantener nuestro hogar fresco es fundamental para combatir las olas de calor. Para ello, utiliza ventiladores y procura mantener abiertas las ventanas durante la noche. Por el contrario, durante el día conviene que estén cerradas y tapadas con persianas y cortinas para que a los cristales no les de la luz del sol de forma directa y no desprendan tanto calor.

Cuanto más calor hace, más sudor generamos. Esto provoca un aumento en la eliminación de líquidos y electrolitos que deben estar presentes en el cuerpo para tener una buena salud. Para evitarlo, la mejor solución es hidratarnos con agua tibia y con ciertos alimentos, consumiendo una cantidad media de 2,5 litros al día, aunque todo depende de nuestro peso. Además, es importante recordar que las bebidas azucaradas o el alcohol deshidratan y aumentan la frecuencia para orinar y la pérdida excesiva de líquidos por lo que conviene evitarlas.

La clínica de la Universidad de Navarra también advierte de que en caso de sufrir un golpe de calor, hay que trasladar al paciente lo antes posible al servicio de urgencias más próximo. El objetivo es enfriar a la persona mediante paños empapados en agua fría, ventiladores y mantenerla en un lugar fresco y resguardado del sol.