Un cliente de una cadena de comida rápida sostiene una hamburguesa. Mitxel Atrio

La comida rápida, a examen: ingredientes, peligros y alternativas saludables

Algunos platos que parecen saludables a simple vista esconden riesgos para la salud

R. A.

Jueves, 9 de marzo 2023, 17:05

La comida rápida cada vez gana más adeptos, especialmente desde la pandemia, debido a la comodidad de pedir estos platos desde casa. Aunque no es la opción más aconsejable para nuestro cuerpo, hay que recalcar que no es lo mismo comerse una hamburguesa de una cadena multinacional que una pizza cocinada artesanalmente. En cualquier caso, debemos tener cuidado con este tipo de gastronomía, ya que incluso las opciones que parecen relativamente sanas pueden esconder peligros invisibles e importantes para nuestra salud. Por ello, lo más aconsejable es optar por una alternativa saludable que podemos conseguir con algunos pequeños ajustes.

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Pizza

Se trata de uno de los platos más socorridos. Lo más importante es evitar las ultraprocesadas, es decir, las de supermercado o de cadena multinacional, y apostar por un horno de leña artesanal. Además, lo ideal es que la masa esté compuesta de harina integral, algo que es prácticamente imposible encontrar en un local pero sí que podemos poner en práctica fácilmente en casa (también aplicable a la pasta, siempre mejor integral), ya que la masa blanca de cereal refinado contiene demasiados azúcares simples y es la base de este plato. Una alternativa es elaborar una masa con base de coliflor, una opción además apta para celíacos. Tan solo habría que cocer la coliflor, picarla, escurrirla bien para eliminar el agua y mezclarla con un huevo. Los toppings también cuentan: debemos evitar los embutidos, calificados como carcinógenos por la OMS, y elegir verduras, aguacate, huevo (que aporta proteína), setas y champiñones. Si la cocinamos en casa, es importante que la temperatura del horno no sobrepase los 180 grados para que no se generen sustancias dañinas debido a las latas temperaturas.

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Hamburguesa

Ocurre lo mismo con las hamburguesas. Siempre hay que evitar las de las grandes cadenas, ya que llevan multitud de aditivos y aceites refinados tanto en la carne (se trata de preparados industriales) como en el pan. Estos aceites pueden causar inflamación en el cuerpo a largo plazo. Por ello, lo mejor es una hamburguesa casera cocinada en un local o en casa a la plancha y siempre con aceite de oliva virgen extra. En cualquier caso, mientras la carne de la hamburguesa sea roja no conseguiremos una opción del todo saludable, ya que la OMS considera que aumenta el riesgo de padecer cáncer. En este caso, sería más recomendable optar por carne de pavo, por ejemplo, o de pescado como el salmón (rico en omega 3). Otra opción es una hamburguesa a base de legumbres y verduras. El pan, mejor casero e integral, ya que el blanco contiene demasiados azúcares simples. Podemos encontrar pan de molde artesanal en muchas panaderías o animarnos a hacerlo en casa. También podemos sustituir el típico pan de molde circular blando por un mollete artesano, lo que otorgará a la hamburguesa un toque crujiente y distinto. En cuanto a las salsas, es mejor evitar el képchup, ya que lleva demasiado azúcar. Como alternativa, es mucho más sana la mostaza o una salsa casera de tomate. También es importante resaltar que no es recomendable cocinar los alimentos a la brasa o a la parrilla, ya que se generan sustancias químicas que podrían estar relacionadas con una mayor probabilidad de desarrollar cáncer. Por ello, es mejor descartar las barbacoas.

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Kebab

¿De qué está hecha la carne de kebab? Según un análisis que llevó a cabo la Organización de Consumidores, estas carner «tienen poco de folclore turco y mucho de preparado industrial con almidón, conservantes y carnes sorpresa de animales distintos al prometido». Esta organización califica al kebab como «una bomba calórica envuelta en pan de pita y lista para tu estómago», con «mucha grasa y mucha sal». Además, las muestras analizadas por la OCU mostraban carencias importantes en su higiene. Los kebabs están de media (739 calorías y 4,5 gramos de sal) por encima de una hamburguesa del Burger King (648 calorías, 2,3 gramos de sal) o del Mc Donald's (510 calorías, 2,2 gramos de sal). Por ello, aunque a primera vista pueda parecer una opción saludable, no lo es. Una alternativa sería prepararnos un bocadillo casero de carne blanca (pollo o pavo) con pan integral de masa madre y salsa casera de yogur.

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Patatas fritas, bravas...

Las patatas son un manjar muy simple pero delicioso. El problema es que los fritos son muy peligrosos. Cuando pedimos patatas fritas no sabemos nada sobre la calidad del aceite que se ha empleado, la temperatura que se ha alcanzado o si se ha reutilizado. Hay que recordar que en las frituras se puede generar acrilamida, una sustancia química que se forma de forma natural en productos alimenticios ricos en almidón como las patatas durante procesos de elaboración a alta temperatura y que es perjudicial para la salud. Además, en las frituras generalmente se utiliza aceite de girasol, que puede generar inflamación. Lo mejor es emplear aceite de oliva virgen extra y optar por el horno a una temperatura máxima de 180 grados. Una alternativa sería cortar patatas en tiras o rodajas, regarlas con un chorro de aceite de oliva y meterlas al horno. Para aderezarlas podemos elaborar muy rápidamente una vinagreta a base de aceite de oliva virgen extra, vinagre de manzana (una parte por cuatro de aceite aproximadamente), pimentón y ajo en polvo. Otra opción es cortarlas en dados, cocerlas y añadir salsa ali oli casera.

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