Las cenas y comidas de empresa, los reencuentros con amigos y familiares, los banquetes de Nochebuena, Navidad, Año Nuevo y Reyes... la época navideña llega cargada de excesos y mantener una dieta saludable se complica con la sucesión de los días festivos. Cada año, existen estudios que demuestran que los ingresos hospitalarios y las incidencias por problemas cardiovasculares aumentan en enero, por lo que es importante vigilar la alimentación durante estas fiestas, especialmente las personas de riesgo, y continuar con la vida saludable entre semana.
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Además, los dulces navideños están presentes en todas las casas españolas meses antes de la llegada de Navidad, lo que incita a 'pecar' antes de tiempo. Un recurso para moderar el consumo de azúcar y de postres poco saludables es retrasar su compra hasta el día de Nochebuena y mantenerlo fuera del alcance los días laborables. Sacar los polvorones, el turrón o el mazapán solamente los festivos o cuando hay visitas.
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El Norte
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Un error muy común es saltarse comidas durante el día, esperando el 'atracón' del almuerzo o cena especial. Esto implica llegar a esa hora con exceso de hambre y devorar todo lo que está en la mesa, provocando empachos. Asimismo, conviene seguir con la dieta saludable durante los días no festivos y tratar de realizar ejercicio físico diariamente, con el fin de equilibrar el aumento de calorías ingeridas y reducir el riesgo de alteraciones en la salud.
Planificar con antelación los menús, añadiendo gran cantidad de alimentos vegetales y moderando aquellos con exceso de grasas, azúcares y sales.
Intentar no comer turrón, polvorones y mazapanes todos los días, reducir su consumo únicamente a los días de fiesta.
Seguir con las pautas de alimentación saludable y ejercicio los días normales, ya que solamente hay cinco celebraciones.
Hidratarse correctamente, reducir la ingesta de bebidas alcohólicas e intercalarla con vasos de agua.
No saltarse ninguna comida, para no tener sensación de hambre y devorar hasta comer en exceso.
Evitar picar sin control de los platos al centro de la mesa, es preferible servirse todo lo que se va a comer para tener más conciencia.
Las carnes de ave, como el pavo y la pularda. Puede ser el gran aliado como plato principal, evitando los rellanos y las salsas que suelen acompañarlas. Conviene utilizar como guarnición la compota de manzana y las ensaladas de berros, rúcula o espinacas.
Mariscos, ya que están compuestos por un 75-80% de agua. Por lo que aportan pocas calorías y gran cantidad de proteínas y minerales, como calcio, fósforo, potasio o hierro.
Pescados grasos, como salmón, atún, sardinas o anchoas, ya que son ricos en proteínas de calidad y omega 3, que es un ácido graso con numerosos beneficios para el organismo.
Futas secas, que concentran minerales, grasas saludables y vitamina E con su función antioxidante.
Hojas grandes de col escalfadas, en lugar del pan de los canapés o las tortitas de arroz.
Salsas saludables y caseras, como aguacate batido con aceite y limón, sustituyendo a la mayonesa.
Utilizar verduras de hoja verde como guarnición de los platos principales. Otras opciones son los acompañamientos a base de lombarda, coles de Bruselas, setas o champiñones.
Como postres, cambiar los turrones, polvorones y mazapanes por las gelatinas, cremas a base de yogur desnatado y macedonias de frutas.
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