No comer en los horarios regulares afecta a la salud

Todos los seres vivos tienen una serie de ciclos biológicos, como por ejemplo la digestión, el tiempo para dormir, las horas para realizar actividades, el tiempo que tardan las células en producir glóbulos rojos o el ciclo menstrual femenino; que se rigen por el reloj corporal central y se suceden en un periodo de tiempo determinado. Estos ciclos se alteran cuando se come a deshoras, se cena muy tarde o no se desayuna, por lo que estos malos hábitos afectan negativamente al buen funcionamiento del organismo. Por culpa del ritmo de vida actual, de las costumbres sociales y de los horarios laborales o de actividad física; resulta complicado cumplir correctamente con estos horarios establecidos.

Existen dos ciclos fundamentales que condicionan el funcionamiento de los demás: actividad - descanso e ingesta de alimentos - metabolismo, ya que si no se sincronizan correctamente, el resto de ritmos no encaja. El resto, que son más pequeños y se conocen como circadianos, se agrupan dentro de otros más grandes.

Las horas de luz y de oscuridad son uno de los factores que determina los ciclos biológicos, el metabolismo depende de éste para ser efectivo. Además, los movimientos intestinales y la secreción de los jugos gástricos dependen de la estabilidad de los ciclos, por lo que conviene mantener unos horarios estables. El cuerpo humano se esfuerza por sincronizar el reloj biológico y el social, dos ritmos que no coinciden en absoluto, lo que provoca cansancio crónico y hábitos perjudiciales.

Asimismo, el peso corporal también depende de los ciclos biológicos, debido a que no se aprovecha bien la energía proporcionada por los alimentos y se acumula en forma de grasa, afecta a la producción de hormonas que activan y desactivan el metabolismo y provoca problemas psicológicos y emocionales.

En el caso de los trabajadores con turnos rotativos y/o nocturnos, el organismo tiene que realizar un sobreesfuerzo para ajustar la secreción hormonal, porque se cambian completamente los ciclos biológicos y este estrés puede provocar la aparición de enfermedades.

Los horarios desordenados de comidas pueden causar problemas digestivos a corto plazo, como malas digestiones, empachos, gases o ardor de estómago. Asicomo disminución de la calidad del sueño. Por otro lado, comer descontrolado y a última hora del día aumenta el peso corporal de las personas, sin importar el número de calorías diarias consumidas.

Un estudio realizado por la Universidad de Cambridge llegó a la conclusión de que ingerir alimentos de manera irregular desembocaba en problemas cardiovasculares, como síndrome metabólico, presión arterial alta o elevado índice de masa corporal. En cambio, seguir unos horarios de comida regulares favorece los valores de insulina máxima y los de colesterol 'malo'.

Además, ingerir alimentos fuera de hora genera que el resto de comidas se alteren, siendo insuficientes o incluso omitiéndose, por lo que al final del día no se alcanza la cantidad óptima de los nutrientes necesarios.

Por tanto, estos problemas de salud que se causan por malos hábitos, como comer a deshoras, saltarse comidas o cenar tarde; pueden solventarse gracias a la regulación de los ciclos biológicos, de la alimentación y de los horarios.

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