Que nuestro humor cambie a lo largo del día es normal. De forma natural, nuestro organismo responde a los estímulos que le afectan durante la jornada. Hasta aquí todo bien. Pero experimentar cambios frecuentes de humor sin motivo aparente es diferente. Aquí, se puede tratar de un trastorno ciclotímico, también conocido como ciclotimia.
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Las personas que lo sufren presentan periodos de depresión y euforia leves. Además, no suelen ser conscientes de estos cambios de humor. En grandes rasgos, la ciclotimía está caracterizada por una inestabilidad en el estado de ánimo. Durante la segunda fase, la de euforia, se vive un estado de ánimo elevado y también de hiperactividad.
Así, existen diferentes síntomas para cada una de estas fases. En el caso de la euforia aparece un extremismo extremo, aumento de la energía, lo que viene acompañado de una menor necesidad de dormir. Además, el pensamiento se acelera y hay una falta de juicio. Por el contrario, en la fase de depresión leve, aparece la melancolía y ansiedad. También se manifiesta el cansancio, falta de motivación y pérdida de interés por lo que habitualmente gusta.
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El diagnóstico de la patología se da en adultos siempre que los síntomas persistan durante al menos dos años. En los menores, la ciclotimia se diagnostica cuando los síntomas se producen durante un año. Este trastorno no precisa de tratamiento hospitalario para controlar los síntomas.
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