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Las hojas de la planta aloe vera se consideran uno de los recursos naturales más utilizados de manera curativa desde el siglo XV a.C., época en la que se data un papiro egipcio con más de una docena de remedios caseros elaborados a base de aloe vera. Asimismo, la primera descripción de sus propiedades es un documento en una tablilla sumeria del año 2000 a.C. Su uso medicinal no es actual, sino que se aprovecha desde hace miles de años. Sus tratamientos para la piel no suelen causar efectos secundario, sin embargo, su ingesta oral está contraindicada para personas embarazadas o en periodo de lactancia, aquellas con trastornos o tratamientos intestinales, diabetes, medicamentos anticoagulantes y niños menores de 12 años.
Las propiedades del aloe vera son un gran aliado de la salud y el bienestar del organismo, gracias a que contiene principios activos, como las aloínas, las aloerresinas, las saponinas o la lignina; fibra, minerales, como el zinc, el cobre o el calcio; vitaminas A, C y E; y aminoácidos. Además, las partes vegetales de la planta poseen mucílagos, una sustancia que se coagula con alcohol. Por tanto, sirve como hidratante, tonificante, emoliente, cicatrizante, desinfectante, antiinflamatorio, astringente, antialérgico, antifúngico, colerético y laxante.
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Los beneficios de las hojas de aloe vera se pueden adquirir por numerosas vías, como en formato de gel, zumo, acíbar, complemento alimenticio -aceite medicinal e infusión- o crema. Además se ha comenzado a comercializar una nueva bebida, que el 30% de su composición se corresponde con aloe vera. Su uso atópico no suele producir efectos secundarios -excepción en personas alérgicas a la planta-, pero su ingesta oral no está recomendada en algunas circunstancias.
El aloe vera, por tanto, es un magnífico remedio casero para aliviar algunos problemas de salud, ya que posee unas propiedades que llevan utilizándose miles de años. Sin embargo, conviene extremar las precauciones y consultar con un profesional cuando el tratamiento se va a tomar por vía oral.
Según varios ensayos clínicos realizados con la planta aloe vera, se concluyó que resultaba eficaz en el tratamiento utópico de los herpes genitales masculinos y de la psoriasis tipo placa leve-moderada. En cuanto a su uso como complemento alimenticio, en 1970, el farmaceútico Bill Cotas consiguió separar el gel de la aloína contenida en la corteza de la hoja, para suavizar su sabor amargo. Asimismo, posee múltiples beneficios para la salud y el organismo:
Regula los niveles de glucosa: favorece la actividad del sistema endocrino y controla el colesterol en la sangre.
Favorece la digestión: actúa como laxante suave para el estreñimiento, ejercita la actividad intestinal y previene las irritaciones o úlceras en las paredes estomacales e intestinales.
Agiliza la cicatrización: gracias a las propiedades antioxidantes e hidratante, ayuda a restaurar la piel en caso de cicatrices, picaduras o estrías.
Controla el dolor y el malestar bloqueando las fibras nerviosas periféricas y produce ácido salicílico, que sirve como antiinflamatorio.
Sirve como coagulante, gracias a que posee calcio, potasio y celulosa; y combate las varices.
Protege la piel, ya que actúa como fotoprotector, hidrata y alivia ante irritaciones; y previene las arrugas, debido a que anestesia los tejidos de la piel, favorece la producción de células y elimina bacteria. Estimula la producción de colágeno y de fibras de elastina.
Es un gran aliado contra la alopecia, la caspa y la seborrea, porque es revitalizante del cabello.
Combate las bacterias y controla las placas de las encías; y eliminas las úlceras bucales y las llagas.
Mujeres embarazados o en periodo de lactancia: el zumo de aloe vera genera efectos secundarios en la leche materna y puede provocar abortos por las contracciones uterinas.
Personas con trastornos o tratamientos intestinales: problemas como la diarrea o los cólicos se pueden incrementar y llegar a deshidratarse, por su función laxante. Tampoco se recomienda en situaciones de colon irritable, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn u obstrucción intestinal.
Personas con diabetes: puede producir situaciones de hipoglucemia, ya que disminuye la glucosa en sangre.
Personas que se encuentran con un tratamiento médico anticoagulante, porque la combinación es peligrosa y contradictoria. Incluso, puede provocar sangrados.
Menores de 12 años: el zumo puede provocar intoxicaciones digestivas.
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