Renunciar a conducir: las señales que te alertan de que ya no eres apto al volante

La Dirección General de Tráfico (DGT) estima que más de dos millones de personas mayores de 65 años disponen del permiso de conducir B en España. El paso de los años hace mella en las capacidades físicas y mentales. Se pierden ciertas facultades; los reflejos, la vista, el oído o la atención no responden de la misma manera. Son las consecuencias de la edad. En España, no existe una edad límite para seguir conduciendo. Lo único que varía es la periodicidad con la que se tiene que renovar el permiso. Los mayores de 65 años deberán renovar el permiso de conducción cada cinco años si disponen de un coche, moto o motocicleta, mientras aquellos que disponen de permisos profesionales de autobuses y camiones deberán renovar cada tres años.

Muchos consideran este tiempo excesivo, ya que durante el tiempo sin renovar su permiso de conducción puede experimentar la disminución de sus capacidades. Por ello, es importante acudir a las revisiones médicas y valoraciones psicotécnicas para conocer las condiciones físicas en la que nos encontramos y actuar en consecuencia.

Si no se cuenta con plenas capacidades físicas y se experimenta una disminución de la agudeza visual y auditiva o se reduce la coordinación es importante consultar con un especialista y esto puede conllevar a que recomiende que se renuncie a conducir. Estas pueden ser algunas de las señales que te alertan que ya no estás apto al volante.

1Reducción de los reflejos y agobio frente al volante. Estar inseguro después de presentar un amplio historial de años conduciendo puede ser una señal que indica que ya no tienes la misma confianza. Actos frecuentes como incorporarse a una vía desde el carril de aceleración, cambiar de dirección o salir de una rotonda pueden ser motivo de estrés y nervios.Los reflejos y la vista son vitales para conducir. No darse cuenta de la presencia de ciclistas o peatones es un síntoma que alerta de la disminución de la agudeza visual. Esto puede provocar pequeños sustos en forma de frenazos que ocasionan que el resto de usuarios de la vía se sientan en riesgo.

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3Rigidez en el cuerpo a la hora de ejecutar movimientos. Dificultad para mover el pie entre el freno y el acelerador, dolores en el cuello, agarrar el volante con fuerza y sufrir temblores o pasar un largo tiempo intentando aparcar también son señales que alertan de la incomodidad que se sufre a la hora de conducir.

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5Conducción molesta. Si el copiloto u otros miembros que se encuentren en el interior del habitáculo como pueden ser familiares o amigos manifiestan su incomodidad y se quejan de ciertas decisiones del conductor significa que no se mantienen ciertas habilidades y ya no existe la misma seguridad al volante.

• Si te causa inquietud no llegar al destino a la hora, no saber orientarte o perderte en trayectos conocidos, planifica el viaje antes de subirte al coche. Evita conducir cuando las condiciones meteorológicas son adversas, cuando hay tráfico denso o cuando hay poca visibilidad.

• Mantén la calma. No por ejecutar las maniobras más rápido se conduce mejor. No ejecutes maniobras arriesgadas ni movimientos de los que no se esté seguro. Lo más importante es la seguridad.

• Importante los tiempos de descanso. Cuando se realiza un viaje largo es importante programar cada cuánto se va a descansar. Lo más aconsejable es descansar al menos 15 minutos por cada hora de viaje.

• Cuidado con la medicación. La somnolencia, reducción de reflejos, aumento del tiempo de reacción o pérdida de la coordinación motora son algunos de los efectos de los medicamentos que pueden influir en la conducción. Consulta con tu médico lo que estás ingiriendo.

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