Las «robollamadas» o «llamadas fantasma», son una forma de fraude telefónico en la que se recibe una llamada telefónica, y después de varios segundos de silencio, sin que haya interacción, se escucha la palabra «goodbye» (adiós en inglés), seguida inmediatamente de la desconexión de la llamada.
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Se trata de un modo de 'spam' utilizado por operadores de diversos sectores, como las compañías telefónicas, «como estrategia para vender sus productos y ofertas». Así lo define la Unión de Consumidores de Palencia (UCE), que ha alertado de su proliferación. De esta forma, estas llamadas serían realizadas por un 'bot', un programa informático que, en este caso, marca números telefónicos al azar, uno tras otro.
Inscribirse en la Lista Robinson: La Lista Robinson es un servicio que permite dejar de recibir publicidad no deseada, como llamadas telefónicas, correos electrónicos y postales o SMS.
Bloquear números desconocidos: Se puede bloquear manualmente aquellos números que no se reconozcan. De esta forma, no se recibirán más llamadas de estos números. En algunos terminales, existen opciones que impiden las llamadas de aquellos números de teléfono que no figuren en las listas de contacto.
Descargar aplicaciones 'anti-spam': Es posible usar diferentes aplicaciones que identifican y bloquean estas llamadas 'spam'.
Denunciar: Las posibles víctimas de llamadas publicitarias abusivas que infrinjan las regulaciones de protección de datos pueden llevar a cabo denuncias por el uso de datos personales, reclamando a la Agencia Española de Protección de Datos. Esto supone «un paso más» frente a la Lista Robinson.
Revocar el consentimiento: Si la empresa detrás de las llamadas cuenta con el consentimiento del usuario, se puede modificar las preferencias en el contrato con la empresa o contactar directamente con la propia empresa para solicitar el cese de las llamadas.
Desde la Unión de Consumidores de Palencia destacan que «al descolgar, nos podemos encontrar con que los operadores estén ocupados con otra llamada y, por ello, se produce el silencio»; por lo que, a menudo, el propósito de estas llamadas es meramente comercial.
En otros casos, la «llamada fantasma» se realiza para saber si la línea está operativa y comprobar su disponibilidad. Con esta finalidad, se realizan llamadas automáticas en diferentes horarios para, en función de esto, llamar al número de teléfono en cuestión dependiendo de la hora a la que se encuentre disponible. Por lo tanto, las llamadas de estos supuestos no afectarían a la factura del teléfono ni robarían información personal.
Sin embargo, desde el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) recuerdan que algunas llamadas similares pueden ser intentos de estafa. Son las conocidas como 'vishing', una técnica que combina «voz» y 'phishing'. De esta forma, los estafadores llaman a la víctima y, al contestar «sí», nadie responde, cortando la llamada. A partir de este momento, los estafadores, que en muchos casos graban la conversación, pueden hacer uso de la grabación del «sí» para intentar darse de alta en algún servicio bancario en nombre de la víctima o realizar encuestas suplantando su identidad, «proporcionando la grabación de voz como supuesta confirmación de identidad», tal y como advierten desde Incibe.
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Mantener la calma: Ante esta situación, es posible preocuparse, pero mantener la calma y pensar con claridad es esencial. La toma de decisiones racionales ayuda a abordar la situación de manera más eficaz.
Colgar la llamada: Ante la sospecha de que la llamada pueda tratarse de un fraude, lo más eficaz es colgar. No se debe proporcionar ninguna información adicional.
Verificar la identidad: En el caso de recibir una llamada que supuestamente provenga de una entidad financiera o empresa legítima, es recomendable buscar el número de contacto oficial de esa organización y llamar directamente para verificar la autenticidad de la comunicación. Es preciso evitar utilizar los datos de contacto proporcionados por el presunto estafador, ya que podrían ser falsos.
Monitorizar tus cuentas: En caso necesario, puede ser útil realizar un seguimiento de las cuentas bancarias y tarjetas de crédito. Se debe prestar atención constante para detectar posibles actividades inusuales. Si se identifican transacciones no autorizadas, es crucial informar de inmediato al banco correspondiente.
Hacer 'egosurfing': Controlar la información que circula de uno mismo en internet puede ayudar a evitar problemas después de haber sido víctima de una estafa.
Cambiar las contraseñas y los códigos de seguridad: Para garantizar mayor seguridad, se recomienda modificar las contraseñas y códigos de seguridad vinculados a las cuentas que puedan estar comprometidas. Es aconsejable emplear contraseñas robustas y exclusivas, de difícil predicción.
Denunciar la estafa: En caso de ser necesario, se debe proceder con la presentación de la denuncia correspondiente ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, suministrando todos los detalles y evidencias disponibles.
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