¿Se puede conducir estando de baja por ansiedad, lumbalgia o cervicalgia? La RACE responde

Seas conductor habitual o esporádico, puede surgirte la gran duda de si es posible conducir estando de baja por enfermedad. Renunciar o no a coger el volante. Sabemos que los medicamentos interfieren en la capacidad de conducir. Cerca del 34% de los fármacos causan somnolencia, reducen los reflejos y producen un aumento del tiempo de reacción. A todo ello, se le añade la alteración de la percepción de las distancias, las alteraciones oftalmológicas o de la audición y los estados de confusión y aturdimiento.

Los fármacos no afectan a todas las personas por igual, cada situación personal debe ser valorada por un profesional sanitario. Los artículos 17 y 18 del Reglamento General de Circulación establecen que «los conductores deberán estar en todo momento en condiciones de controlar sus vehículos y mantener su propia libertad de movimientos para garantizar su propia seguridad, la del resto de ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía». Si se lleva a la práctica lo que indica la ley, una persona que no se encuentra con las aptitudes psicofísicas óptimas no podrá conducir, aunque es el profesional sanitario el que tiene la última palabra.

Una persona que sufra enfermedades digestivas, crónicas, neurológicas , respiratorias, psiquiátricas, oncológicas, vasculares, cardíacas y endocrinas no podrá sacarse el carnet de conducir. La DGT advierte que ciertas enfermedades aumentan el riesgo de accidentes y lesiones. No hay escrito que establezca de forma explícita qué tipo de actividades no puede hacer una persona estando de baja, pero sí que es necesario aplicar el sentido común. La Red Automóvil Club de España (RACE) despeja la duda y aclara si es posible conducir estando de baja por ansiedad, lumbalgia o cervicalgia.

La ansiedad es un estado de agitación, inquietud o angustia que tiene como síntomas el mareo, la taquicardia o la sudoración excesiva. Una persona diagnosticada con depresión tiene mayor falta de concentración, experimenta rigidez muscular y su tiempo de reacción aumenta. Los medicamentos ingeridos para tratar la ansiedad pueden provocar somnolencia, visión borrosa y alteran la coordinación. Por ello, una persona que esté de baja por depresión necesita un informe de un psicólogo o psiquiatra que indique que la persona puede renovar o sacarse el carnet de conducir. La propia caja puede informar que no se puede conducir si la persona ha ingerido el medicamento. En la consulta es importante aclarar la duda, el profesional sanitario indicará si una persona diagnosticada con ansiedad puede conducir.

El lumbago es un dolor de la zona baja de la espalda causado por alteraciones de las estructuras que forman la columna vertebral como ligamentos, músculos, discos vertebrales y vértebras. Los antiinflamantorios, analgésicos y relajantes musculares que se ingieren para tratarlo producen sueño, euforia o mareos. Además, producen somnolencia, disminución de la capacidad de concentración y reacción. Por lo tanto, una persona que esté de baja por lumbalgia no está apto para conducir a no ser que un médico indique lo contrario. La multa por conducir estando de baja por una enfermedad que afecte a la conducción alcanza los 6.000 euros.

La cervicalgia es el dolor que afecta a la nuca y a las vértebras cervicales y que pueden extenderse al cuello, la cabeza o las extremidades superiores. Esta molestia limita los movimientos y puede venir acompañada de una disfunción neurológica. Los síntomas más frecuentes de la cervicalgia son: dolor de cabeza, náuseas y vómitos, cansancio, fiebre, trastornos visuales, vértigo, pitidos en los oídos u hormigueo en los hombros y manos. Con estos síntomas, una persona no está apta al volante, por lo tanto, no podrá conducir hasta que el médico dé el visto bueno.

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