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El asteroide más famoso de los últimos tiempos, con permiso del que provocó la extinción de los dinosaurios, está de nuevo en el foco, más vigilado que antes. El año marcado para su posible impacto es 2032, y la NASA acaba de comunicar que las probabilidades de impacto han ascendido hasta el 3,1%, convirtiendolo en la roca espacial más amenazadora de la historia.
A pesar de este aumento de las posibilidades, los expertos asegurna que no hay de qué preocuparse. El mundo de la astronomía mundial está pendiente de este suceso y el telescopio James Webb está esperando a clavar su mirada en el 2024 YR4 el mes que viene.
Bruce Betts, el científico jege de la Sociedad Planetaria declaró a la AFP: «No tengo pánico». «Naturalmente, cuando ves que los porcentajes aumentan, no te sientes bien», pero explicó que el proceso habitual mientras dura la recopilación de datos es aumentar la probabilidad antes de caer al 0%.
Desde que se detectase por primera vez en 2024, en el Observatorio El Sauce, en Chile, se han ido haciendo diferentes estudios para entender mejor al objeto 2024 YR4.
Las estimaciones hablan de una anchura de entre 40 y 90 metros, estimable por su brillo, y en cuanto a la composición, no se sale de la norma, sin incluir metales o materiales extraños.
La fecha potencial del impacto en la Tierra sería el 22 de diciembre de 2032, y la probabilidad, un 3,1%, equivalente a acertar cinco veces seguidas el resultado de lanzar una moneda al aire.
En cuanto su peligrosidad, el jefe de la oficina d defensa planeteria de la Agencia Espacial Europea, Richard Moissl, reconoció a AFP que «Es un acontecimiento muy, muy raro», y añadió que: «Esto no es una crisis en este momento. No es el asesino de los dinosaurios. No es el asesino del planeta. Esto es como mucho peligroso para una ciudad».
A diferencia del que provocó la extinción de los dinosaurios, de 10 kilómetros de ancho, el 2024 YR4 entra en la categoría de «asesino de ciudades». No es una ctátrofe global pero puede causar daños significativos.
Este potencial destructivo no viene dado por su tamaño sino por su velocidad, cercana a los 65.000 kilómetros por hora si impacta. Si penetrase en la atmósfera terrestre, lo más probable es que explote en el aire con una fuerza de ocho megatones, 500 veces más que la bomba de Hiroshima, aunque no se puede descartar un cráter de impacto si se acerca a las dimensiones más grandes estimadas.
Los posibles lugares de impacto serían el este del Oceano Pacífico, el norte de Sudamérica, el norte de África, el mar Arábigo, el sur de Asia y el Oceano Atlántico.
La última vez que un asteroide de más de 30 metros supuso un riesgo para la Tierra fue el Apofis, descubierto en 2004. Este objeto llegó a tener un 2,7% de probabilidades de impacto de cara a 2029, pero fue descartada posteriormente por observaciones adicionales.
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