II Foro Talento Mujer

Las mujeres emprendedoras de Castilla y León derriban barreras y atraviesan clichés

Monti Gutiérrez, fundadora de mint&rose, emprendió primero en Estados Unidos, donde arrancó un proyecto que ha trasladado a España, en auge, dedicado a calzado, bolsos y accesorios. Si bien su retorno a España le sirvió para darse cuenta de la capacidad que aquí tenía para conciliar mejor, en lo profesional al principio se encontró con una dificultad: el hecho de ser una mujer joven. «Al principio, tuve problemas con los proveedores. Iba con la idea de negocio y al ir a visitar las fábricas notaba que pensaban que era una cría. Tuve que pedir ayuda a mi padre y, cuando él venía conmigo, la cara cambiaba», lamenta.

A pesar de esas trabas iniciales, «que en el momento tragas, aunque no te haga mucha gracia», pudo llevar a cabo su proyecto, enfocado en la venta online y que se está desarrollando físicamente con la apertura de tiendas en distintos sitios de España, donde ve, en general, más dificultades que las que hay en la cultura estadounidense a la hora de pretender emprender.

Como Monti Gutiérrez, Verónica Ratero Gómez de Liaño vivió «la doble discriminación de ser joven y mujer» cuando se dedicaba al mundo de la publicidad, «muy masculino» y en el que notaba que, al trabajar por parejas, «las ideas entraban distinto si las contaba un hombre», y en el de la cocina, «en el que sucede todavía más», por más que el haber sido subcampeona del programa de televisión Masterchef le abriera algunas puertas. «Cambió mi vida y hoy me dedico exclusivamente a la cocina, como creadora de contenido y chef privado», explicó, reconociendo que «la exposición fue una ventaja» que le permitió alzarse a la piscina «con algo de agua», aunque sin obviar algunas de esas trabas que se ha encontrado.

En su horizonte se encuentra la posibilidad de tener un restaurante, aunque «quizás sea ya para 2025», puesto que ahora está enfocada en otras experiencias. «Pero me conozco: el desarrollo de eventos y de chef privados va a desembocar en probar a tener un local», confesó. Entretanto, como otras compañeras, extraña que haya «más referentes, porque a veces, si no ves a otras haciendo aquello con lo que sueñas, no te visualizas ahí».

En todo esto, como reseñó Elena Martínez, directora de Personas de Zona de Laboral Kutxa, «la financiación es clave, porque tiene que haber un acompañamiento» que, en el caso de su entidad, existe. Martínez comenzó a dirigir su primera oficina con 26 años y vivió algún episodio en el que algún cliente se sorprendía al saber que la directora era ella, tanto por su género como por su edad. Con todo, resaltó que «las organizaciones están dando oportunidades», que «lo importante es la capacidad» y que «hay cuestiones de liderazgo que no van unidas al género».