¿Existe una multa por conducir con chanclas?

A la hora de conducir un coche, regular el asiento, comprobar la altura y posición del volante o colocar los espejos retrovisores son algunas de las acciones rutinarias para transitar de forma segura que, además, aportan comodidad al piloto.

Sin embargo, durante los meses de calor, puede que los conductores se planteen utilizar un calzado más cómodo y fresco, como chanclas y sandalias, pero ¿realmente está esto permitido?

Tal y como afirman desde RACE, «el tipo de calzado utilizado para conducir es una de las principales claves para una conducción segura». Esto se debe a que de estos complementos depende, en gran medida, el tiempo que se tarda en pisar el freno y, por tanto, la distancia recorrida por el vehículo para evitar la colisión con el obstáculo, persona o animal que se haya cruzado en el camino.

Las chanclas no son un calzado que ofrezca una sujeción adecuada. Pueden desprenderse con frecuencia e incluso quedarse enganchadas con algún pedal, lo que podría provocar un accidente.

Todas estas dificultades generadas por conducir con chanclas, sandalias o incluso descalzo, a su vez, provocan un aumento de las distracciones al volante y una situación de estrés motivada por la conducción incómoda.

A pesar de que la conducción con chanclas no sea algo expresamente prohibido en la legislación, los agentes podrían sancionar a los conductores con este tipo de calzado al aplicar el artículo 18 del Reglamento General de Circulación.

Según esta normativa, podría ser motivo de una multa de 80 euros conducir un vehículo sin mantener la libertad de movimientos capaz de garantizar la propia seguridad, la del resto de ocupantes y la de los demás usuarios de la vía.

Como conductor, se debe llevar una vestimenta adecuada que ofrezca la suficiente sujeción y protección, al mismo tiempo que evite cortes o abrasiones.

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