En qué consisten las 'ITV sorpresa'

El día de la ITV, los conductores deben llevar sus vehículos a estaciones certificadas donde se llevará a cabo una inspección que revisará la identificación del vehículo, la carrocería, el chasis y el exterior, el interior del mismo, los componentes de alumbrado y señalización, las emisiones, los frenos, la dirección, entre otros elementos. Todo ello con el fin de asegurar que los vehículos operativos cumplen con las normativas de seguridad y no suponen riesgos durante la circulación tanto para sus ocupantes como para los demás usuarios de la vía.

Sin embargo, además de las anteriormente citadas Inspecciones Técnicas de Vehículos, existen las llamadas 'ITV en carretera' (a menudo conocidas como 'ITV sorpresa'). A pesar de que esta denominación pueda generar cierto desconcierto, realmente se trata de controles rutinarios para vehículos muy específicos —entre los que no se contemplan los turismos—.

Desde la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (Aeca) definen estas revisiones como «una comprobación no anunciada e inesperada a la que pueden ser sometidos en la vía todos los vehículos y que se realiza por la autoridad competente en materia de tráfico o bien, bajo su supervisión, en unidades móviles de ITV». Desde la misma entidad, afirman que el objetivo de estas comprobaciones complementarias es «garantizar que los vehículos que circulan cumplen la legislación vigente tanto desde el punto de vista de seguridad vial como de la protección al medio ambiente».

A pesar de que en otros países de la Unión Europea estos trámites se llevan realizando años, desde hace meses tienen lugar en España como complemento a otras realizadas con medios más precisos, complejos y con personal de estaciones ITV (y siempre bajo la supervisión de los agentes de tráfico).

Específicamente, las conocidas como 'ITV sorpresa' están planteadas en España para garantizar la seguridad de camiones, autobuses y furgonetas de gran tamaño. Por este motivo, estos controles no se aplican a turismos. Sin embargo, los agentes sí que pueden llevar a cabo otros controles en carretera en los que se verifique el mantenimiento del vehículo (ahora sí, incluyendo los turismos) y, en caso de que no sea adecuado, los usuarios estarán ante una infracción grave que acarreará una sanción de 200 euros.

Según recoge la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos, las inspecciones técnicas en carretera se pueden realizar tanto de forma visual (exclusivamente por agentes de la autoridad) como mediante una unidad móvil (haciendo uso de los equipos necesarios y personal técnico formado para la realización de la inspección). Además, en caso de ser necesaria una inspección técnica aún más precisa, el vehículo puede ser dirigido por los agentes de tráfico a una estación de ITV fija para su inspección.

En cualquiera de los casos, de igual forma que sucede en una ITV periódica, la autoridad podrá comprobar elementos como identificación del vehículo, equipo de frenado, dirección, visibilidad, equipo de alumbrado y componentes del sistema eléctrico, ejes, ruedas, neumáticos y suspensión, chasis y elementos acoplados a éste; así como las emisiones contaminantes.

De igual forma, se prestará atención a la sujeción de la carga (si así corresponde). En ese caso, el método de inspección consistirá en una evaluación visual con el fin de asegurar el uso correcto de las medidas pertinentes de sujeción de carga, entre otros exámenes.

AECA-ITV señala asimismo que, en caso de detectarse defectos graves o muy graves durante el control de ITV en carretera, estos deben ser corregidos, y posteriormente, el vehículo deberá presentarse en una estación ITV fija para verificar su adecuada subsanación. Por otro lado, si se detecta que el vehículo tiene la ITV caducada, se impondrá la sanción correspondiente y será obligatorio acudir a una estación fija para realizar la inspección técnica pertinente.

Desde la Dirección General de Tráfico (DGT) afirman que un resultado desfavorable de la ITV se caracteriza porque el vehículo presenta defectos graves que ponen en peligro su seguridad, la de sus ocupantes, y el resto de usuarios de la vía. Como consecuencia, el medio de transporte afectado solamente podrá circular para ir al taller a subsanar los errores y deberá volver a la ITV para pasar una nueva inspección que, por lo general, será gratuita, en un plazo de dos meses.

En cambio, si la ITV es negativa (esta es, en la que se presenta al menos un defecto muy grave, suponiendo un riesgo directo e inmediato para la seguridad vial), el vehículo quedará inhabilitado para circular por la vía pública. De hecho, deberá acudir a un taller en grúa y volver a presentarse a la inspección tras haber subsanado los fallos en un plazo máximo de dos meses.