Consejos para una conducción segura durante días calurosos

El verano es una época marcada por las altas temperaturas y los días con una considerable incidencia solar; lo que, además de traer repercusiones sobre la salud de las personas, puede tener diferentes consecuencias en lo que a seguridad vial se refiere.

Lo cierto es que el calor elevado puede tener un impacto negativo en las carreteras, tanto para la infraestructura como para los vehículos y, por supuesto, sus conductores, aumentando así el riesgo de accidentes.

Esta circunstancia climática puede llegar a causar deformaciones en el asfalto, originando baches o grietas que, en el largo plazo y si no se realiza el mantenimiento adecuado, puede dificultar la conducción segura. Estas condiciones a menudo llegan a sorprender a los conductores, dando lugar a maniobras bruscas y posibles accidentes.

Además, en algunos casos el calor intenso puede deteriorar la señalización vial reduciendo la visibilidad de las marcas de pintura en el pavimento y decolorando las señales de tráfico.

En verano, el calor acelera el desgaste de los neumáticos, lo que obliga a los conductores a mantener una presión adecuada. Además, esto podría llegar a afectar al sistema de frenado, especialmente en vehículos con varios años de uso, disminuyendo su eficiencia y aumentando la distancia necesaria para detener el vehículo, ya que los discos se enfrían con mayor dificultad.

En situaciones más extremas, se puede incrementar la probabilidad de que ocurran fallos en el motor y sobrecalentamiento, ante lo cual se vuelve indispensable el mantenimiento adecuado a lo largo de todo el año.

Las consecuencias del calor sobre las personas son más que conocidas. Sin embargo, toda precaución es poca al volante en estas circunstancias. Por ello, se vuelve especialmente relevante prestar atención a las señales del cuerpo. Los signos de deshidratación o agotamiento como mareos, náuseas o dolor de cabeza pueden ser de vital importancia. Ante ellos, realizar pausas o incluso abandonar la conducción hasta notar mejorías es lo recomendable.

El uso de aire acondicionado puede ser una opción para enfriar el coche de forma rápida, pero el coche deberá ventilarse de forma adecuada.

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