Bluesky, Threads, Mastodon: las plataformas alternativas a Twitter y en qué se diferencian

En las últimas semanas, la red social X ha atravesado lo que a todas luces parece ser un significativo éxodo de usuarios. Una de las principales razones de este fenómeno es la serie de cambios en la gestión y funcionamiento de la plataforma tras su adquisición por parte de Elon Musk, aunque no es el único motivo.

Desde que Elon Musk compró Twitter en octubre de 2022, la red social ha experimentado una transformación radical más allá del cambio de nombre a X y del rediseño de su imagen. Entre las decisiones más controvertidas se encuentran despidos masivos, cambios en las políticas de contenido y modificaciones en el algoritmo que regula la visibilidad de los tuits. Aunque Musk afirmó inicialmente que estas medidas estaban orientadas a revitalizar la plataforma y garantizar la libertad de expresión, muchas de ellas han dividido la opinión de los usuarios.

Uno de los ajustes más cuestionados en su inicio fue la implementación de 'Twitter Blue', un modelo de suscripción de pago mensual o anual que otorga beneficios como la verificación de cuentas a particulares y empresas y mayor visibilidad en las interacciones. Este cambio diluyó el prestigio de las verificaciones y generó críticas por favorecer a quienes pueden pagar, relegando a los usuarios gratuitos. Además, la iniciativa dio pie a suplantaciones de identidad por parte de usuarios que adquirían la insignia de verificación con el fin de hacerse pasar por empresas reales.

Otros de los cambios que suscitaron la polémica fueron los aparentes reajustes en el algoritmo implementados durante los primeros meses de 2023. Tal y como reportaron cientos de usuarios, los tuits de Elon Musk aparecían con mucha frecuencia incluso a aquellos que no le seguían.

Una de las polémicas más recientes fue el bloqueo del acceso a X en Brasil anunciado el 30 de agosto de 2024, imponiendo multas diarias de 50.000 reales (unos 8.200 euros) a aquellos que eludieran la prohibición por medio de redes privadas virtuales (VPN). La orden, según dictaron desde Brasil, permanecería en vigor hasta que la plataforma cumpliera con las decisiones del Supremo Tribunal Federal, abonase multas por un total de 18,3 millones de reales y designara a un representante de la compañía en el país sudamericano. Finalmente, el acceso a la red social fue reestablecido el pasado 8 de octubre.

Durante la recta final de la campaña previa a las Elecciones presidenciales de Estados Unidos entre octubre y noviembre de 2024 (y el posterior anuncio de la victoria del candidato republicano Donald Trump) esta nueva ola de descontento hacia la red antes denominada Twitter ha estado en buena parte relacionada con los mensajes políticos emitidos por Elon Musk. El empresario y político sudafricano, tras impulsar económicamente la campaña de Trump, ahora aspira a dirigir el 'DOGE' (Departamento de Eficiencia Gubernamental, por sus siglas en inglés), una suerte de ministerio con el que el futuro presidente promete «desmantelar la burocracia gubernamental, reducir drásticamente el exceso de regulaciones, recortar los gastos superfluos y reestructurar las agencias federales».

Por este motivo, no es de extrañar que cientos de usuarios hayan advertido un marcado incremento en la aparición de mensajes proTrump en su sección 'Para ti' dentro de la red social, incluso aquellos que no mostraban interés ni seguían la campaña electoral en Estados Unidos. Precisamente, un estudio llevado a cabo por la Universidad de Queensland avala este hecho, al haber observado un incremento en las estadísticas de visualización de cuentas de tendencia republicana desde que Elon Musk compartió su apoyo al ahora presidente electo.

Todo esto, unido al ambiente hostil preexistente, no ha hecho sino incentivar la salida de usuarios. ¿Cuántos? El número exacto se desconoce, ya que las estadísticas oficiales de la plataforma no son públicas. Sin embargo, sí que se puede advertir un aumento considerable del número de cuentas recientemente creadas en las redes sociales que compiten como alternativa a la antigua Twitter como lo son Bluesky, Threads o Mastodon, entre otras.

Desde X aseguran haber batido récords durante las elecciones de Estados Unidos con alrededor de 942 millones de publicaciones. Además, en el pasado mes de mayo, Elon Musk aseguró que la red social contaba con más de 600 millones de usuarios activos al mes, de los cuales la mitad hacía uso de la plataforma cada día. No obstante, no existe ningún modo de contrastar estos datos.

Sin embargo, con cada una de las polémicas surgidas en X desde la adquisición por parte de Musk, las estadísticas han reflejado un alza en el uso de redes como Bluesky, que supera los 20 millones de usuarios tras haber reportado hasta un millón de nuevas cuentas al día las jornadas posteriores al anuncio de la victoria de Trump.

También conocida como Bluesky Social, Bluesky es una de las principales redes sociales que se han consolidado como alternativa. Aunque en un inicio se trataba de un espacio poco conocido, la plataforma está experimentando un claro auge, especialmente entre aquellos usuarios interesados en opciones capaces de proporcionar mayor libertad, control y privacidad.

Con un diseño similar al de Twitter y caracterizada por su icono que representa a una mariposa, Bluesky comenzó a fraguarse en 2019 dentro del propio equipo de Twitter como propuesta de Jack Dorsey, cofundador y exCEO de Twitter, bajo la premisa de crear una plataforma donde una sola empresa no tuviera el control, sino una red abierta en la que los usuarios y comunidades tuvieran más autonomía. Fue lanzada en dispositivos Android en abril de 2023.

A pesar de que Bluesky funciona de forma similar a Twitter al permitir la publicación de mensajes cortos acompañados de imágenes, su verdadera innovación radica en cómo está estructurada. En lugar de ser gestionada por una sola empresa, Bluesky es lo que se denomina una red descentralizada, capaz de brindar a los usuarios un mayor control sobre sus datos así como una experiencia de uso libre de la influencia de una única entidad.

Otra de las opciones en auge es Threads, la red social desarrollada por Meta (compañía también propietaria de Facebook, Instagram, y WhatsApp) y estrenada en julio de 2023. En menos de 24 horas tras su lanzamiento, alcanzó la cifra de 70 millones de usuarios registrados, dada la integración con las demás plataformas de Meta. A pesar de este inicio contundente, el ritmo de sus descargas disminuyó de forma considerable pasado su estreno. No obstante, en medio de la actual crisis de X, ha sumado alrededor de 15 millones de nuevos usuarios en dos semanas.

Una de las principales características de esta red social es que su uso está unido estrechamente a Instagram. De hecho, es necesario crear una cuenta en Instagram para hacer uso de Threads que, por el momento, no cuenta con publicidad. Al igual que otras redes sociales de tipo 'microblogging', permite compartir texto y contenido multimedia, así como la posibilidad de responder, compartir y citar aquellas publicaciones de otros usuarios.

Mastodon es otra de las alternativas que más peso ha ganado. Se trata de una red social lanzada inicialmente en octubre de 2016. Tras los cambios implementados por Elon Musk inmediatamente después de la compra de Twitter en octubre de 2022, muchos usuarios decidieron entonces migrar a esta plataforma hasta el punto de sobrecargar los servidores.

Entre las principales características de Mastodon destaca su software libre y de código abierto publicado en GitHub. Sus usuarios se encuentran distribuidos en diferentes servidores independientes que pueden comunicarse entre ellos a través del protocolo de red ActivityPub.

Los usuarios con una cuenta en Mastodon pueden compartir publicaciones de texto acompañadas de imágenes, vídeos, gifs o audio; así como etiquetas o menciones a otros usuarios. Todo ello en comunidades definidas en torno a intereses concretos.

Parler es una red social de origen estadounidense desarrollada en 2018 con dos objetivos: menos censura y políticas de moderación de contenido alternativas. Sin embargo, ha sido cuestionada tanto por periodistas como usuarios por aplicar políticas de restricciones más estrictas de lo que la empresa defiende. En julio de 2020, la plataforma contaba con 2,8 millones de usuarios, muchos de los cuales se unieron a mediados de ese año alentados por Trump y personalidades influyentes de su línea ideológica.

Tras el asalto al Capitolio de Estados Unidos en enero de 2021 por parte de los simpatizantes republicanos convencidos de que se había producido un fraude electoral, la mayoría de las redes sociales vetaron los perfiles oficiales de Donald Trump, ya que hizo uso de ellas para alentar las protestas. En aquel momento, la principal alternativa escogida por el entonces presidente saliente para comunicarse con sus seguidores fue Parler; y por ello muchos de sus seguidores decidieron marcharse allí también.

El 8 de enero de 2021, Parler fue eliminada de Google Play Store tras acusaciones de haber facilitado la organización del asalto al Capitolio de EE.UU. entre sus usuarios. Apple también retiró la 'app' de su tienda, exigiendo mejoras en la moderación de contenido. Además, Amazon suspendió su servicio de alojamiento web, argumentando que Parler no eliminaba contenidos que, según ellos, incitaban a la violencia. Semanas después, el sitio volvió a estar operativo bajo la dirección de un nuevo CEO y un proveedor de alojamiento diferente. Aún continúa envuelta en polémica.

Caso similar es el de las plataformas Truth Social y Gab. La primera de ellas, también conocida como 'TRUTH' fue lanzada por el propio Donald Trump como respuesta al cierre de sus perfiles por parte de Meta y Twitter tras ocurrir el asalto al Capitolio. En la actualidad cuenta con alrededor de 1,5 millones de simpatizantes del político y empresario. Por otro lado, Gab es una red social fundada en 2016 presentada como «alternativa a Twitter», priorizando la libertad de expresión y el discurso libre «que recaiga dentro de la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos». Sin embargo, ha sido duramente criticada por no prohibir el discurso de odio, promover ideas extremistas y albergar a seguidores y líderes de opinión relacionados con movimientos supremacistas blancos.

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