Lo más probable es que en alguna ocasión te hayas 'bañado' en refresco al abrir una lata. Puede que se haya caído al suelo, tal vez al sacarla de una máquina expendedora se haya golpeado o simplemente por una broma de mal gusto en la que previamente haya sido agitada. Lo más sencillo para que nuestra bebida no nos salpique, es esperar unos minutos y evitar que por la presión, las burbujas de ácido carbónico arrastren el líquido y este salga disparado.
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No obstante, existe otro truco mucho más rápido e igual de efectivo. Este ya se ha comprobado y hecho viral en redes sociales como Instagram o TikTok. Es muy sencillo, simplemente basta con dar unos golpecitos con los dedos alrededor de la lata. Después, puedes abrir tu refresco sin tener que preocuparte por si ha sufrido un golpe o si ha sido agitado.
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Diego Fernández
Esto tiene una explicación científica. Las bebidas carbonatadas contienen ácido carbónico, un compuesto inestable que se descompone en agua y dióxido de carbono, lo que conocemos comúnmente como las burbujas del refresco que nos provocan cosquillas en los labios cuando bebemos.
Al esperar un tiempo, las burbujas se disuelven de nuevo en el líquido, pero también funciona dar unos golpecitos a la lata para que las burbujas de gas se separen de las paredes y salgan sin empujar el líquido.
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