La historia de Gonzalo: una sonrisa de portada el Domingo de Ramos

Con cinco años recién cumplidos, Gonzalo Borja Marcos vivió este Domingo de Ramos de manera muy especial. Desde primera hora de la mañana se levantó «nervioso y emocionado» por la que iba a ser su primera procesión y en la que llevaría un traje confeccionado por su tía. «Se vistió rápido con una camiseta nueva porque en nuestra familia es tradición estrenar algo», explica su madre, Carmen Marcos.

Comenzó la procesión tras vestirse de cofrade en la Antigua y Gonzalo estaba «muy emocionado de poder salir con el traje, la palma y la medalla». Durante el recorrido, justo cuando la Borriquilla pasaba bajo el balcón de la iglesia de la Vera Cruz, la cámara de Alberto Mingueza captó desde lo alto la imagen que se convertiría en la protagonista de la procesión, en la portada de El Norte y en una de las fotos virales en redes sociales. El pequeño, que no se enteró de que el objetivo le apuntaba, se esmeraba en ese momento en agitar su palma con la fuerza y la alegría que le caracteriza, y tal y como había soñado hasta ese momento.

El pequeño, ajeno a lo que ocurría a su alrededor y centrado en su palma, aguantó las cerca de cuatro horas de recorrido sin mostrar cansancio y con una amplia sonrisa en su rostro. «Nos sorprendió porque siempre pide brazos y el domingo estaba feliz con su traje y su palma», cuenta Antonio Borja, su padre.

Para Gonzalo, alumno del Colegio Internacional de Valladolid, era su primera vez como cofrade, pero su hermano Pablo, que tiene nueve años, lleva procesionando desde los dos y es más consciente de lo que significa. «Nos gusta mucho salir porque vamos con nuestros primos y amigos», cuenta el pequeño. La tradición familiar de procesionar con la Real y Venerable Cofradía de la Preciosísima Sangre de Ntro. Señor Jesucristo evoca a su madre cuando era ella la que desfilaba por las calles de Valladolid, inculcado por su padre, Pablo Marcos González, actual tesorero de la Junta de Cofradías de Semana Santa de Valladolid. «Cuando veo a mis hijos vestidos de cofrades e ilusionados con cada procesión me vienen recuerdos muy bonitos de mi infancia: a mi madre poniéndome la peineta y la mantilla, a mi padre dándome la mano en las procesiones mientras cantábamos la salve a la virgen de las Angustias o el perdón al Cristo de la Preciosísima Sangre, salir en la procesión con mis primos, la alegría del Domingo de Ramos agitando la palma a la borriquilla…», relata emocionada.

Al término de la procesión, la familia de Gonzalo desconocía la existencia de la fotografía hasta que una amiga se la envió tras verla en la página web de El Norte. Ahora, la imagen forma parte de su historia familiar y aseguran tenerla enmarcada en su salón para el recuerdo.

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